No está claro el mecanismo, pero se intuye que el responsable es el nervio trigémino, el encargado de la sensibilidad de la cara, de los dientes (es el que duele cuando la dentadura está afectada por cualquier enfermedad o intervención quirúrgica) y de otras funciones, como el lagrimeo por una luz intensa o un olor fuerte.

Este estornudo, como todos, se origina porque se irritan las fosas nasales (generalmente por culpa de un pequeño cuerpo extraño) que, tras un mecanismo reflejo a través del nervio trigémino, conduce a una intensa inhalación de aire a los pulmones y causa una contracción diafragmática y abdominal violenta.

Enviada por Violeta Jaén, El Puerto de Santa María (Cádiz).

Redacción QUO