Los últimos años de su vida, Carrie Fisher, la actriz que interpretaba a la princesa Leia en la saga de Star Wars, gozó de la compañía de un amigo muy especial: un bulldog francés llamado Gary. La actriz adoptó al animal con un propósito terapéutico, ya que los médicos le dijeron que cuidar de una mascota podría ayudarla a sobrellevar los síntomas del trastorno bipolar que tenía diagnosticado desde los 29 años. Y, ahora, Gary ha protagonizado una de los momentos más entrañables de estas navidades que (aunque sea de manera oficiosa) ya han comenzado.
El animal estuvo presente en un pase cinematográfico de Los últimos Jedis, la última película que Carrie rodó antes de su muerte. Y según cuentan los presentes, el animal dio muestras de reconocer a su dueña cuando la vio en pantalla, y de emocionarse. Dicen que comenzó a mover las orejas, y que seguía con la cabeza atentamente todos los movimientos que su ama hacía en pantalla.
Por el contrario, Gary (que acudió al estreno vestido de miembro de la resistencia) no se reconoció a si mismo en el filme, en el que aparece caracterizado como la mascota de un alienígena. El próximo sábado 23, se cumplirá un año de la muerte de la actriz, que falleció a causa de un infarto, durante un vuelo que la trasladaba de Londres a Los ángeles.
Vicente Fernández López
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