Ya ha quedado para la cultura popular el hecho de que el tercer lunes de enero es el Blue Monday que, en teoría, significa que sería el día más triste del año. Por supuesto, semejante afirmación es totalmente gratuita, ya que la tristeza es algo muy personal, y no hay ningún estudio estadístico que revele que en este día concreto la gente se sienta más decaída o que se agudicen los síntomas de la depresión. Entonces, ¿cuál es el origen de esta creencia?
En realidad, detrás de todo esto se encuentra una agencia de viajes británica llamada Sky Travel, que quiso realizar un estudio para averiguar en qué fechas aumentaban las reservas para futuros viajes o se realizaban más búsquedas online relacionadas con dicho tema. Para hacer dicho análisis, la agencia contó con la colaboración de Cliff Arnall, un investigador que había trabajado como profesor a tiempo parcial en la Universidad de Cardiff.
En su análisis, Arnall analizó variables como en qué épocas del año se contraen más deudas, la climatología… El caso es que, al final, la agencia consideró que podía ser un buen reclamo publicitario anunciar que habían descubierto la fórmula que revelaba que el tercer lunes de enero era el día más triste del año.
La ecuación valoraba elementos como las deudas contraídas durante las navidades, el mal tiempo reinante en esta época del año y el fracaso al acometer muchos de los propósitos que nos habíamos planteado para el nuevo año. Todo ello daría lugar a que, tal día como hoy, nos enfrentaríamos a la jornada más depresiva del año.
Por supuesto, dicha fórmula carece de ningún rigor científico o matemático y hay que tomarla como lo que realmente es: la simpática ocurrencia de un grupo de publicistas. De cualquier forma, si alguien se siente hoy especialmente triste o desmotivado por los motivos que sean, lo mejor que puede hacer es pensar que mañana será otro día.
Vicente Fernández López