En casi 10 años, Estados Unidos no había sufrido ningún accidente mortal en ninguno de sus aviones, pero la compañía Southwest ha vivido este martesuno a 32.000 pies de distancia del suelo (uno 10 km). Al parecer, uno de sus motores explotó en pleno vuelo sin que se conozcan realmente las causas y provocó la rotura de una de las ventanas. Esto hizo que succionara de forma parcial a una mujer de 43 años, Jennifer Riordan, madre de dos hijos que estaba sentada justo al lado de donde ocurrió la explosión.

[image id=»95875″ data-caption=»Credit: Facebook Marty Martinez» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Rápidamente, varios pasajeros trataron de traerla de vuelta. Todo unido a que la cabina estaba despresurizada, las máscaras con oxígeno acababan de caer del techo y el avión bajaba a miles de pies por minuto para poder hacer cuanto antes un aterrizaje de emergencia. El avión, un Boeing 737-700, sufrió la explosión apenas 20 minutos después de haber despegado del aeropuerto de LaGuardia en Nueva York camino a Dallas.

A pesar de que los pasajeros intentaron taponar el agujero con varios objetos fue difícil conseguirlo y estos también eran aspirados con fuerza en la intrépida bajada del avión hasta el Aeropuerto Internacional de Filadelfia. Una vez en tierra, de los 144 pasajeros, 1 de ellos tuvo que ser atendido en un hospital mientras que otros 12 fueron evaluados en el lugar. El resto, por suerte, salió ileso pero con un gran susto en el cuerpo por lo vivido. Aquí uno de los pasajeros, Marty Martínez, quien decidió comprar WiFi para poder publicar vídeos posteriores al terrible suceso en Facebook.

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Por el momento, la compañía no se atreve a afirmar con seguridad la razón exacta por la que el motor ha explotado, de hecho incluso se espera tardar entre 12 y 15 meses para dar una respuesta a lo sucedido. Sí que han querido apuntar que el avión fue sometido a una inspección dos días antes del accidente. Para que os hagáis una idea de lo ocurrido, parte del motor dañado ha sido encontrado en la localidad de Bernville, a unos 112 km del aeropuerto desde donde salió el avión.

Alberto Pascual García