La ciudad italiana de Bolonia ha sido el escenario de un espectacular y catastrófico accidente provocado al chocar dos vehículos, uno de los cuales transportaba material inflamabale. La colisión ocasionó una colosal explosión que ha provocado (de momento) la muerte de al menos dos personas, y más de sesenta heridos. Además de causar una enorme socavón en la autovía y el derrumbe de uno de su puentes.

El suceso nos ha hecho recordar que un accidente de similares características provocó hace 40 años una de las mayores tragedias de la historia reciente de nuestro país. Fue el 11 de julio de 1978, en el camping de Los Alfaques, situado a orillas del mar y en las afueras del municipio de Alcanar, en la provincia de Tarragona.

Un camión que transportaba propileno licuado reventó cuando circulaba frente al camping. Las chispas provocadas por la rotura hicieron que el material se inflamase, creando una bola de fuego que lo arrasó todo en un radio de 0,5 kilómetros. La temperatura en el lugar de la explosión alcanzó los 2.000 ºC, y algunos supervivientes relataron como el agua del mar comenzó a hervir. La explosión provocó la muerte instantánea de 150 personas, aunque otras muchas fallecieron posteriormente a causa de las graves quemaduras. La cifra total de fallecidos ascendió hasta 243.

La investigación posterior reveló que el camión iba cargado con 25 toneladas de propileno, cuando el máximo permitido era de diecinueve. Iba, por tanto, lleno hacia los topes. El calor hizo que el líquido comenzara a expandirse, pero al no tener espacio para ello, creó una presión que provocó que el vehículo reventara.

A raiz de esta tragedia se introdujeron cambios en la legislación sobre el transporte de materias peligrosas, prohibiendo que se realizase a través de núcleos urbanos o en sus proximidades, y exigiendo que se añadiesen más medidas de seguridad a los vehículos.

Vicente Fernández López