Rodolfo Valentino

El protagonista de ‘Sangre y arena’ (1922) ha sido uno de los galanes más deseados de la historia del cine. Pero lo que enamoró a las mujeres de los años veinte, una época de cierto aperturismo en las costumbres, fue su imagen ambigua –a veces iba maquillado y con joyas– y su forma de besar en la palma de la mano.

Charles Boyer

El primer amante latino del cine sonoro. Su elegancia y modales franceses encandilaron a los estadounidenses tras la II Guerra Mundial. En ‘Argel’ invitaba a Hedy Lamarr a su ‘casbah’. En la vida real, tras morir su mujer, se suicidó.

Marlon Brando

Durante los años cincuenta la rebeldía se convirtió en un valor en alza y Brando representó al prototipo de hombre macho y viril. En ‘Un tranvía llamado deseo’ aparece con camisetas ceñidas y húmedas de sudor. En ‘El último tango en París’, algo más maduro, encarnó la experiencia gracias a la famosa escena de la mantequilla.

Marilyn Monroe

El mito erótico de los cincuenta. Películas como ‘La tentación vive arriba’, ‘Con faldas y a lo loco’, ‘Niágara’ o ‘Bus stop’ pusieron de moda a la mujer con curvas pero escasa de luces. La actriz se convirtió en objeto de deseo de todos los hombres de la época, incluido el presidente Kennedy, con el que se dice que mantuvo un romance.

Brigitte Bardot

La película ‘Y Dios creó a la mujer’, de su marido Roger Vadim, la convirtió en 1956 en un sex symbol. Su inocencia y sus curvas fueron las más deseadas de los años sesenta.

Alain Delon

Hollywood descubrió en los revueltos años sesenta a esta estrella francesa de la seducción. Delon aunaba un físico aniñado con una mirada un tanto perversa que le hizo muy popular. En ‘Il Gattopardo’, se lo disputan dos mujeres.

Richard Gere

‘American Gigolo’ le convirtió en el prototipo de macho viril. Y con los papeles de héroe romántico como en ‘Oficial y caballero’, se consagró como uno de los hombres más deseados en unos bastante pacatos años 80.

Kim Bassinger

Los 80 fueron años de conservadurismo. En ‘Nueve semanas y media’, Kim da vida a una mujer dominada por sus sexualidad, dispuesta a todo con tal de complacer a su perversa pareja.

Sharon Stone

En 1992, ‘Instinto básico’ la encumbra como prototipo de mujer dominadora y ambigua, que toma la iniciativa sobre los hombres. Su cruce de piernas, más que un escándalo, fue una estudiada operación de marketing.