El chileno Alejandro Jodorowsky es un personaje que no deja indiferente. No faltan quienes le consideran un charlatán por su abrazo incondicional a la causa del misticismo y el esoterismo. Pero pocos le pueden negar también que es uno de los cineastas más personales e inclasificables que ha dado el continente americano.

Cofundador junto a Fernando Arrabal del Grupo Pánico, debutó tras las cámaras filmando junto al escritor español Fando y Lis (1968). Unos años después rodó El Topo (1970), su primer filme en solitario y probablemente el más emblemático de su carrera: un western surrealista y lisérgico en el que resonaban los ecos de Luis Buñuel, Sam Peckinpah y Sergio Leone, y cuya influencia puede rastrearse en obras tan diversas como la novela Meridiano de sangre de Cormac McCarthy y en filmes como The last movie de Dennis Hopper.

Desde 1990 llevaba Jodorowsky sin rodar una película. Por eso, constituye todo un acontecimiento el estreno de su nueva cinta, titulada La danza de la realidad. Basada en su propio libro de idéntico título, que Jodorowsky ha definido como una “biografía ficticia”, cuenta la persecución que su padre, un comunista judío de origen ucraniano, sufrió tras intentar atentar contra el presidente chileno Carlos Ibáñez del Campo en los años 20 del pasado siglo. Pero todo este relato lo narra Jodorowsky con una mirada teñida por el surrealismo, la magia y el esoterismo, y también por un tono de cierta ternura que en esta ocasión le acerca al Federico Fellini de Amarcord. Un auténtico ovni cinematográfico en estos tiempos.

Homenaje a la imaginación

Partiendo de hechos reales, Jodorowsky reivindica el poder de la fantasía como un arma necesaria para enfrentarse a la mediocridad de la vida cotidiana.

Imágenes oníricas

El director recurre a los decorados pintados y figuras de cartón para crear una atmósfera irreal.

Influencia felliniana

Los clowns de la cinta son un homenaje al autor italiano.

Estrella invitada… la muerte

La iconografía cristiana y las imágenes macabras son una presencia constante en todos los largometrajes del cineasta chileno.

Cine a contramarea

Las películas de Jodorowsky parecen hechas fuera de época. Rebosan un misticismo zen que remite al espíritu hippy de los años 60.

¿Payaso o provocador nato?

Los detractores de Jodorowsky le echan en cara su falta de sentido del ridículo. El artista ha querido darles carnaza presentando su película desnudo en el tráiler promocional.