Apps que estrechan el vínculo amoroso

Las nuevas tecnologías se han convertido, según el último barómetro del CIS, en un grave escollo para la vida en pareja y familiar: empeoran la comunicación, aumentan los conflictos y reducen la intimidad.  El teléfono móvil ha sido señalado como culpable principal. ¿Cómo revertir su impacto en la vida familiar sin prescindir de la tecnología? Igual que existen apps que ayudan a camuflar una infidelidad, a encontrar pareja o a mejorar la vida sexual, han salido también al mercado numerosas aplicaciones cuya finalidad es precisamente la armonía familiar, facilitar las demostraciones de amor y recuperar la pasión en la pareja. Wunderlist, por ejemplo, está diseñada para organizar la agenda del día de un modo rápido y compartir con la pareja la lista de tareas y el calendario con las actividades más importantes.
Si lo que se necesita es un poco de romanticismo, la red social Couple dispone de una línea de tiempo que permite recordar esos momentos vividos junto a la persona amada.  En ella se puede, además, compartir fotos, chats íntimos o video llamadas en directo.  Para familias con hijos y un millón de obligaciones, Cozi es uno de los métodos de organización más punteros, con almacén de datos y clasificación por temas y colores, anecdotario con reflexiones, quejas o mensajes de cariño. Funciona en móviles y en ordenadores y permite el acceso a todos los miembros de la familia que estén inscritos.
La aplicación más caliente es Kindu, cuyo uso promete mantener alejadas la rutina y la monotonía sexual en la pareja. Dispone de un juego con 600 cuestiones íntimas que anima a averiguar las fantasías del otro o añadir picardía a la relación.
Para esos momentos en los uno necesita un cálido abrazo, la aplicación Avocado ofrece caricias virtuales que llegan al enamorado en forma de vibración. Incluye también otras muchas posibilidades para que los enamorados compartan datos, imágenes y emoticones. Y si la pareja quiere recuperar un espacio privado, aunque sea virtual, Chapter es un diario íntimo donde inmortalizar mensajes, momentos vividos e imágenes.

El “síndrome de vestuario” lleva a los hombres al quirófano

Una parte de la población masculina prefiere ignorar que un pene anormalmente pequeño es solo aquél que carece de la longitud necesaria para la penetración. No importa si mide 4, 7 o 10 centímetros. Su prueba decisiva para estar o no satisfecho con su miembro viril es el vestuario. Al coincidir con otros hombres, comparan y, si el resultado no es de su agrado, nace un miedo, casi siempre infundado, a defraudar a su pareja.
Esta preocupación ha hecho que la estética genital masculina tome cada vez más fuerza. El año pasado, en Alemania se practicaron 14.000 cirugías de alargamiento de pene. En Francia, 2.400 y en España, 1.300. Según las conclusiones del II Congreso Internacional de Médica Campestre, la mayoría de los hombres acomplejados por su pene desoyen a los andrólogos cuando recuerdan que el tamaño del pene en reposo no está relacionado con su tamaño en erección o  cuando recomiendan la visita a un especialista porque un fallo durante el acto sexual puede venir por otras muchas causas.
De todos modos, se trata de una cirugía cada vez más avanzada gracias a técnicas como la que se basa en el uso de células madre con grasa propia del paciente que permite la reabsorción en mayor cantidad para el efecto de alargamiento y engrosamiento del pene.

¿Fue el Kamasutra el primer libro feminista?

Aunque casi siempre se presenta como una galería variopinta de posturas sexuales, el Kamasutra contiene una concepción de la sexualidad y del erotismo mucho más compleja y muy desarrollada. Autores como Ester Masso Guijarro, de la Universidad de Granada, o el psicólogo Fernando Villadangos reclaman el reconocimiento de esta obra como una de las primeras impulsoras del feminismo. “En sus  páginas, el Kamasutra incide en lo femenino y en la experiencia sexual femenina promoviendo una vivencia del sexo esencialmente femenina (lenta, meditativa, incitadora de una mayor contención en la sexualidad masculina a través del aprendizaje y disociando orgasmo y eyaculación)”, dice Masso Guijarro en su ensayo sobre La sexualidad femenina. Y recuerda uno de sus textos: “El cuerpo de la mujer es todo sexual, y salvo que todo su cuerpo empiece a temblar de placer, que cada célula de su cuerpo esté involucrada, no podrá tener una explosión orgásmica”. En el tantra, explica Masso, la mujer es el centro, es la poderosa, es la maestra, es la diosa… invirtiéndose los roles de poder y dominación tradicionales.
Villadangos recuerda que este libro sagrado escrito entre los siglos I a V de nuestra era solo habla de posturas en uno de sus siete capítulos, aunque sea el más conocido en nuestra cultura occidental. “Es una muestra más del gran desconocimiento de la obra en cuestión, que da mucho más valor a otras formas eróticas de disfrutar mutuamente y del placer sexual en la relación de pareja (besos, abrazos, masajes y caricias, sexo oral…) resaltando la importancia del placer de la mujer y de su satisfacción erótica y sexual para la felicidad de la pareja”.
Estos conceptos, que en pleno siglo XXI pueden parecer bastante evidentes, ya fueron planteados en la cultura hindú a través de esta y otras obras hace más de quince siglos. Sin embargo, la sexualidad femenina, más allá de los meros aspectos reproductivos, ha sido negada y censurada hasta hace bien poco en nuestra cultura occidental.

Las salas X echan definitivamente el cierre

El Cine Alba era la última sala X que quedaba en Madrid y agonizaba desde hacía varios años. La crisis económica y la competencia imparable de Internet han llevado al cierre irrevocable hace solo unos días. Los cines X vivieron su momento de esplendor en los años 80 e incluso en los últimos años contaban aún con unos 200.000 espectadores incondicionales cada año, insuficientes, sin embargo, para mantener el negocio.
Para Rafael Sánchez, gerente del Cine Alba, la sala era más un club social de clientela fiel y casi familiar. Los 73 años de vida de esta sala, entre la calle Postas y la Corredera Baja de San Pablo de la capital, quedan ahora recogidos en el documental Paradiso y en los carteles de las películas que el propio Sánchez realizaba a mano antes de cada proyección. Su ingenioso y peculiar estilo naif queda patente en títulos tan disparatados como “Sexo en los Alpes”, “Moviendo mi culito los traigo loquitos” y muchos más de los que componen la historia del Cine Alba.
Rafael Sánchez mereció la mención del productor Omar Razzak cuando recogió el premio al mejor cortometraje en la última Muestra de Cine Internacional de Palencia, hace un par de semanas. Y a él le dedicó el galardón.