En el año 2014, el artista israelí Sigalit Landau sumergió un vestido antiguo en las aguas de un pequeño lago salado. Dos años después, ha vuelto a sacarlo, y el resultado es que la prenda se ha convertido en una especie de estatua formada por miles de cristales de sal.
Imágenes: Cortesía de Sigalit Landau.
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