Tan solo basta con imaginar en la cabeza un movimiento de la mano que esta prótesis robótica será capaz de reproducirlo en cuestión de segundos. Como ejemplo, un juego, el mítico «piedra, papel o tijera» ha servido a un equipo del Laboratorio de Ingeniería de Sistemas Biológicos de la Universidad de Hiroshima para demostrar al mundo que su proyecto funciona. Quien se presta como cobaya humana tiene una mano robótica de plástico impresa en 3D unida a su cuerpo y solo debe imaginar las simples posiciones: un puño para representar una roca, dos dedos abiertos en «V» para simular una tijera o la mano completamente abierta para mostrar una hoja de papel. Cada uno de ellos es reproducido por la mano al instante: «La mano robótica es como una parte de su cuerpo y podrá controlarla como quiera. Combinaremos la tecnología de tal manera que sea como un ser humano completo», explica el profesor Toshio Tsuji, implicado en el proyecto.

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Universidad de Hiroshima

Pero, ¿cómo consiguen este efecto? Lo consiguen gracias a electrodos integrados en el equipo protésico que miden las señales eléctricas de los nervios del cuerpo a través de la piel, de una manera muy parecida a como un electrocardiograma detecta la frecuencia cardíaca de un ser humano. Estas señales se envían al ordenador, que en un margen ínfimo de 5 milisegundos lo traduce en un movimiento. Posteriormente, es el ordenador quien envía las señales de vuelta a los motores de la mano que lo reproducen. Para lograr esta precisión, esta red neuronal (conocida bajo el nombre de Cybernetic Interface) tuvo que ser entrenada previamente con cada uno de esos movimientos, de tal manera que supiera como mover cada uno de los 5 dedos y combinarlos de manera natural para lograr la previsión exacta, ya no solo para jugar a juegos de manos, sino también para recoger una botella de agua o para controlar la fuerza utilizada al estrechar la mano de alguien.

Para conseguir la mayor precisión se han servido de 7 participantes que han formado parte del Centro de Rehabilitación Robótica del Instituto de Asistencia de Hyogo (Kobe). Se les pidió que realizaran una variedad de tareas con la mano que simulaba la vida diaria, como recoger artículos pequeños o apretar el puño. La precisión de los movimientos protésicos de las manos medidos en el estudio para un solo movimiento simple fue superior al 95% y los movimientos complicados y no aprendidos fue del 93%. Eso sí, no todo el mundo es capaz de conseguir un margen tan satisfactorio, por lo que esperan mejorar los entrenamientos de quienes se sumen a sus nuevos progresos.

Eso sí, lo más importante es que el proyecto es uno de los más baratos desarrollados hasta la fecha, ya que habitualmente, estas manos robóticas se fabrican en metal, pero por primera vez lo han hecho en plástico con impresión 3D, lo que abarataría aún más el acceso de personas amputadas a este tipo de tecnología.

Fuente: Eurekalert

Alberto Pascual García