La alarma ha saltado esta mañana en muchos teléfonos cuando accedíamos a nuestra cuenta de Twitter: era necesario cambiar la contraseña cuanto antes por seguridad. ¿A qué viene tanta prisa? ¿Estamos corriendo un riesgo grave si no le hacemos caso?
El responsable técnico de la compañía, Parag Agrawal, se ha visto en la obligación de avisar a los más de 330 millones de usuarios de que han detectado un error grave interno. Twitter guarda todas las contraseñas de sus usuarios de forma encriptada, es decir, tiene un archivo interno por el que cada una de ellas aparece transformada en números y letras que nada tienen que ver con nuestra contraseña real (un proceso al que denominan “hashing”). Pero hace poco han detectado un «malware» que impedía que esa información apareciera así, por lo que cientos de millones de cuentas estaban expuestas a todos los trabajadores de la compañía.
[image id=»96156″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Desde Twitter aseguran que han sido precavidos y han comprobado que no ha existido ningún robo de esta información o un mal uso de ella por parte de terceras personas, por lo que ninguna cuenta está en peligro de ser hackeada. Aún así, y como medida de seguridad, piden a todos los usuarios que de forma inmediata cambien su contraseña y la de las cuentas que tengan asociadas con la cuenta de Twitter para asegurarse de que todas las cuentas vuelven a aparecer encriptadas. Entre los consejos que piden para la creación de una nueva contraseña, Agrawal recomienda:
– Usar un password fuerte que no se utilice en otras webs o redes sociales.
– Hacer una verificación “doble” cuando entremos en nuestra cuenta, lo que permitirá que esta sea más potente y más difícil de hackear.
– Si no eres muy ducho en contraseñas difíciles, usar un creador de contraseñas fuertes, que te ayudará a encontrar la mejor de todas, adaptada a ti.
Por último, lamentan el error y esperan no perder la confianza que tienen en todos sus usuarios. Al menos, han sabido actuar a tiempo y adelantarse a futuros problemas.
Alberto Pascual García