Cuando James Bond necesitaba un nuevo gadget para sus misiones, inmediatamente iba al laboratorio dirigido por Q para hacerse con lo último en tecnología. Los verdaderos espías también tenían a su “señor Q” para proveerse de artilugios únicos. La Central de Inteligencia Americana, CIA, ha abierto un museo con algunos de ellos y, aunque no está abierto al público en general, sí ha subido las imágenes a Flickr para que podamos ver cómo se las apañaban los espías durante la Guerra Fría. Aquí tienes una selección de los chismes más curiosos que hemos visto en su página: CIA Museum.

EL MEDIO ES EL MENSAJE

La comunicación entre espías y contactos era muy complicada. Este sistema permitía enterrar mensajes en el suelo o clavarlos en un árbol, a la espera de ser recogidos.

EL AVISPÓN VERDE

El primer robot-insecto, desarrollado en la década de 1970. Pretendía explorar los sistemas de vigilancia independientes basados en tecnología en miniatura.

EL MICRODOT

Pasar información es algo muy difícil. Esta cámara reducía una hoja entera al tamaño del punto final de esta oración. Un visor especial les permitía, más tarde, leer el contenido.

MONEDA FALSA

En su interior se podían ocultar mensajes o carretes de películas. Era casi indetectable.

CÓDIGO DE HONOR

Para comunicarse, los espías recurrían a los códigos, en los que hay símbolos que representan palabras. Visto desde cierto ángulo, este espejo permitía descifrar el código.

ESTEREOSCOPIO

Gracias a estos “binoculares”, los aliados podían ver en 3D imágenes de territorio enemigo tomadas desde el aire durante la Segunda Guerra Mundial.

ABRECARTAS

Para abrir las cartas sin romper el sobre, los espías recurrían a este dispositivo. Con él podían enrollar la hoja escrita y extraerla sin delatar que lo habían hecho.

CÁMARA FOTOGRÁFICA

Diseñada por el ingeniero letón Walter Zapp en 1937. Fue durante décadas la más utilizada por los espías, ya que cabía en la palma de la mano y tenía una gran calidad.

¡QUE NADIE SE MUEVA!

Este artefacto se camuflaba perfectamente con el entorno y permitía detectar cualquier movimiento en un radio de 300 metros.

EL PEZ VIGÍA

Este robot submarino contaba con un sistema de control sin cables, radar, propulsión y un dispositivo de comunicación. Permitía espiar las zonas costeras y enviar información.