Y no era para menos, porque se trataba de la policía secreta del Ministerio para la Seguridad del Estado. Sus instalaciones –donde hoy se ubica el Stasi-Museum– ocupaban ocho hectáreas y daban trabajo a 20.000 funcionarios. Para ellos solo existía un lema: “El Estado está en todas partes”. La Stasi funcionó desde febrero de 1950 hasta 1989. Se hablaba de ella como uno de los servicios de inteligencia más eficientes del mundo. Trabajaba de forma conjunta con el KGB soviético. Llegó a espiar a más de 6 millones de personas dentro y fuera de la República Democrática Alemana. Contó con 68.000 agentes oficiales y 170.000 colaboradores extraoficiales. Aquí ofrecemos un repertorio de los métodos de espionaje de la temida policía secreta alemana.
Llavero con una cámara Tessina modificada. La Stasi la utilizó desde el momento en que se empezó a fabricar en Suiza, a partir de 1957. Llevaba un mecanismo de relojería para hacer avanzar las imágenes que tomaba.
Cámara F21 Ammer. El aparato se colocaba dentro del abrigo, bien camuflado, y el botón de la prenda se enroscaba en la lente. Método muy utilizado en los años 60 y 70.
La Stasi utilizó, a finales de los 50 y principios de los 60, la cámara espía soviética Totschka. En este caso, el objetivo del aparato quedaba insertado en la tela de la corbata de forma disimulada.
Esta caja contiene arcilla. Sirve para hacer copias de llaves, una práctica habitual cuando se hacía el registro de la vivienda de una persona considerada disidente.
Esqueleto de una llave que puede ser modificada para distintos tipos de cerraduras. De utilidad para registros de apartamentos.
Auricular de un teléfono con micrófono incorporado. Para funcionar y enviar al exterior las conversaciones, dicho micrófono aprovechaba como un “gusano” la energía del teléfono.
Frascos sellados con trapos aparentemente inofensivos. Pero cada uno de ellos contiene el olor de un disidente fichado, es como una huella digital del olor.
Micrófono con forma de bolígrafo. Se llevaba en el bolsillo de la camisa y estaba conectado a un dictáfono. El sonido de las conversaciones era de buena calidad.