La escalada y el alpinismo son deportes que llevan implícito un determinado nivel de riesgo. Pero quienes lo practican lo dan por bien empleado a cambio del placer que supone haber escalado una cumbre. Lo que ocurre es que, ahora, una nueva investigación realizada por la Universidad de Innsbruck, en Austria, revela, que el peligro no termina al llegar a lo alto de la montaña. Más bien al contrario, se puede decir que realmente comienza a partir de ese momento.
Los investigadores analizaron más de tres mil accidentes de distinta gravedad ocurridos en los Alpes, y descubrieron que tres cuartas partes se habían producido al descender de la montaña.
El 46% de dichos accidentes eran caídas, aunque también los había producidos por ataques cardíacos, o desvanecimientos causados por el agotamiento. Pero, ¿por qué se producen más accidentes al bajar de la montaña?
Para los investigadores es evidente que una de las causas puede deberse a que quizás los alpinistas (si no son profesionales) se confían una vez lograda la meta de hacer cima, pensando que ya ha pasado lo peor. Y, al bajar la guardia, aumenta el riesgo de sufrir un accidente durante el regreso.
fuente: The Telegraph.
Vicente Fernández López