La eficacia de la cafeína varía en función de las circunstancias, particularmente del tiempo acumulado de sueño –más bien, de su falta–. Según un estudio reciente, la sustancia puede ser hasta un 64% más eficaz si se toma a la hora adecuada, que no suele coincidir con la habitual (nada más levantarse de la cama). El organismo dispone de sistemas para ponerse en funcionamiento, mediados por hormonas como el cortisol. Retrasar la primera taza hasta las diez de la mañana permite obtener los mismos efectos con dosis menores.
Redacción QUO