Los avances en las técnicas de secuenciación genética permitirían realizar hoy en unas semanas el trabajo que llevó 10 años a los descifradores del genoma humano. Lo malo es que hay que almacenar y analizar las cantidades ingentes de datos que eso genera.
El responsable de esa tarea en el proyecto MetaHIT, Peer Bork, se muestra “preocupado de que en uno o dos años tengamos más datos de los que podamos procesar. Sería una lástima que se creara un cuello de botella” en la ruta para descifrar el microbioma humano. De momento, su centro de Heidelberg ha “alquilado” parte de la potencia del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona.
Redacción QUO