Ryan Manson, futbolista británico del Hull City, se ha convertido a su pesar en el protagonista de las noticias deportivas del fin de semana, tras el partido disputado contra el Chelsea el pasado domingo. El jugador se fracturó el cráneo tras un brutal cabezazo que le propinó Gary Cahill, miembro del equipo rival, cuando ambos trataban de despejar un córner.
Mason (a la derecha en la foto) se desplomó en el suelo y, aunque no presentaba ninguna herida visible, los dolores que sufría eran terribles. El futbolista necesitó que le suministraran oxígeno antes de que los servicios de emergencia le trasladaran al hospital.
Las pruebas realizadas demostraron que se había fracturado varios de los ocho huesos que forman el cráneo y que tenía una hemorragia interna. El futbolista fue intervenido de urgencia y, aunque ya se encuentra en situación estable, tendrá que seguir en observación médica durante varios días para ver como evoluciona.
Paradójicamente, el otro futbolista, Gary Hill no sufrió ninguna lesión. Eso se debe a que fue él quien propinó el violento golpe, mientras que Mason tenía su cuerpo completamente relajado cuando recibió el impacto.
¿Podría haberle costado la vida un golpe así? Por supuesto que sí. Para hacerse a la idea de lo brutal que puede ser el golpe propinado por la cabeza de un futbolista, basta con recordar que una investigación realizada en 2013 por el Imperial College de Londres, reveló que su efecto era similar al de uno de los golpes más fuertes de un boxeador.
De hecho, en la historia del fútbol hay varios ejemplos de jugadores y árbitros muertos por causa de un violento cabezazo. En esta galería repasamos alguno de ellos.