Un equipo de ingenieros de la Universidad de California en Irvine (UCI), liderados por Alon Gorodetsky y Erica Leung, se ha inspirado en la piel de criaturas marinas como calamares y pulpos para desarrollar una manta configurable de próxima generación que les brinda a los usuarios la capacidad de controlar su temperatura. La innovación se detalla en un estudio publicado en Nature Communications.

“Las mantas ultraligeras han existido durante décadas – explica Gorodetsky en un comunicado –. Las utilizan corredores de maratón que se envuelven en ellas para evitar la pérdida de calor corporal después de una carrera. Pero el principal inconveniente es que el material es estático. Sin embargo hemos creado una nueva versión con propiedades modificables para que sea posible regular la cantidad de calor que queda atrapada en el interior o que se libera”.

Los investigadores de la UCI se inspiraron en varias especies de calamares, pulpos y sepias que utilizan su piel como medio para camuflarse. Esta capacidad única de los cefalópodos se debe, en parte, a unas células de la piel llamadas cromatóforos que pueden cambiar instantáneamente de puntos diminutos a discos aplanados.

“Usamos un concepto similar en nuestro trabajo – añade Leung –. Tenemos una capa de estas diminutas “islas” de metal que se unen entre sí. En el estado relajado del material, las islas se agrupan y el material refleja y atrapa el calor, como una manta tradicional. Cuando el material se estira, las islas se separan, permitiendo que la radiación infrarroja pase y el calor se escape”.

 

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Steve Zylius / UCI

Una de las aplicaciones en las que están trabajando es en ropa para disciplinas deportivas en las que los cambios de temperatura sean importantes. Gorodetsky ya está diseñando algunos prototipos para la firma deportiva Under Armour.

“La temperatura a la que las personas se sienten cómodas en una oficina es ligeramente diferente para todos – concluye Gorodetsky – . Mientras unos pueden estar cómodos a 17ºC otros necesitan al menos 22ºC. . Nuestro invento podría permitir crear ropa que se ajuste a la comodidad de cada persona. Esto podría generar un ahorro potencial del 30 al 40% en el uso de energía para calefacción y aire acondicionado”.

Y aquellos corredores de maratón que se envuelven en mantas espaciales podrían escribir un número en una interfaz de usuario integrada en la prenda para lograr el nivel deseado de confort térmico, optimizando el rendimiento durante las carreras y luego recuperarse.

Otros beneficios de este tejido biomimético es su peso ligero, la facilidad y el bajo costo de fabricación y la durabilidad del material.

Juan Scaliter