Mientras Marianne Winkler y su marido disfrutaban de sus vacaciones en la isla de Amrum, encontraron una auténtica joya para los amantes de las buenas historias que vienen del pasado: un mensaje en una botella lanzada al mar hace 108 años por científicos británicos.

Cuando la señora Winkler la recogió de la orilla, vio a través del cristal una frase que decía: «rompa la botella». Antes de llevar a cabo la petición, pidió a su marido si podía rescatar el contenido sin dañar el envase, pero resultó imposible. Así que se decidieron a seguir las instrucciones que se les indicaba. En el interior se encontraron una postal sin fecha y un mensaje escrito en inglés, alemán y holandés que prometía una recompensa de un chelín a cualquier persona que lo devolviese al remitente. «Hicimos lo que pidió, y la historia siguió su curso» explicó la señora Winkler. Enviaron el contenido a la Asociación de Biología Marina de Plymouth, gracias a quiénes conocemos el resto de la historia.

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Según explicaba Guy Baker, director de comunicación de la Asociación, «como podéis imaginar se armó un gran revuelo cuando abrimos el sobre». Resulta que la botella era una de las 1.20 que había lanzado al Mar del Norte entre 1904 y 1906 el científico y expresidente de la Asociación George Parker como parte de un proyecto para conocer más en profundidad las corrientes de aguas profundas. De hecho, las botellas fueron especialmente diseñadas para que hicieran su viaje sobre el fondo del mar, de esa forma serían impulsadas por las corrientes profundas. «La mayoría de botellas fueron encontradas en un tiempo relativamente corto» reconocía Baker. «Estamos hablando de meses en lugar de décadas. Y mucho menos un siglo». Por tanto, el mensaje encontrado por la señora Winkler y su marido es el más antiguo del que se tiene noticia.

Según explicaba Baker, «la Asociación sigue haciendo una investigación similar en la actualidad, pero por fortuna, tenemos acceso a nuevas tecnologías de las que ellos entonces no disponían». La gran mayoría de botellas lanzadas por Parker fueron encontradas por pescadores gracias a redes, otras recuperadas en las orillas de las playas y otras, jamás se supo dónde habían acabado su viaje. Gracias a ellas, el científico pudo demostrar por primera ve que las corrientes profundas iban de este a oeste en el Mar del Norte. También descubrió que la solla (Pleuronectes platessa) nada contra la corriente profunda, una información muy valiosa para los pescadores.

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Según explica el presidente de la Asociación de Biología Marina de Plymouth, «aún estamos a la espera de confirmación por parte del Libro Guiness de los Récords». El actual poseedor de este mérito pasó 99 años y 43 días en el mar y fue lanzado en 1914 y hallado en 2013 en las redes de un barco pesquero. Formaba parte de un experimento científico similar al de Parker. Otro descubrimiento fue reivindicado como el mensaje en una botella más viejo en Alemania el año pasado, aunque aún no se ha reconocido su antigüedad. Habría sido lanzado por un excursionista alemán en 1913.

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Baker afirma que el mensaje encontrado por la señora Winkler y su marido pertenecía a uno de los últimos lotes que envió Parker hace 108 años. La Asociación desconoce si la botella permaneció en el mar durante todo ese tiempo, pero lo que si tuvo claro es que daría a la señora Winkler el chelín que la nota prometía como recompensa. Baker y sus colegas de la Asociación tuvieron que buscarlo en eBay y se lo enviaron por correo a la pareja alemana dándoles las gracias.

Fuentes:

telegraph.co.uk | independent.co.uk |

Redacción QUO