Abril de 2036. Esa es la fecha en la que un asteoide llamado Apophis se aproximará a nuestro planeta. Algunos cálculos realizados estiman que la posibilidad de que dicho cuerpo celeste impacte con la Tierra podría estar cerca del 2%. Dicho así no parece demasiado, pero si es suficiente para que las alarmas hayan saltado entre la comunidad científica y se estén desarrollando posibles estrategias para evitar ese hipotético cataclismo.
Y la más contundente de dichas estrategias ha sido alumbrada en Rusia. La Oficina de Diseños de Cohetes Kakeyev pretende modificar misiles balísticos intercontinentales para poder destruir un asteroide como el que ahora nos ocupa. Sabit Saitgarayev, director de este proyecto, explicó que si detectásemos un asteroide unas pocas horas antes de su colisión, la única respuesta realmente efectiva sería disparar este tipo de misiles, cuyo lanzamiento podría realizarse en cuestión de unos pocos minutos y desde casi cualquier plataforma (camiones, submarinos…). Dichos misiles estarían equipados con varias ojivas nucleares.
Por supuesto, si todo esto llegara a hacerse realidad y finalmente nos viéramos obligados a destruir al dichoso Apophis con una lluvia de misiles, el asteroide quedaría hecho pedazos que, igualmente, caerían a la Tierra. Aunque, claro, el daño sería mucho menor que si lo hiciera de una sola pieza.
En fin, en 2036, si es que seguimos por aquí, veremos que ocurre.
Redacción QUO