La cara de un hombre que fue violentamente asesinado en Escocia hace unos 1.400 años acaba de ser reconstruida digitalmente. ¿El fin? tratar de ayudar a los antropólogos y científicos forenses a resolver cómo se produjo su espantosa muerte.

Los restos del esqueleto fueron encontrados en muy buen estado de conservación en una cueva ubicada cerca de la Isla Negra (este de Escocia). Junto con los restos mortales del hombre, encontraron también evidencias de que la cueva había sido utilizada para forjar hierro. Al desenterrar el esqueleto, parecía que este había sido colocado sobre su espalda con las piernas cruzadas y sus extremidades aplastadas por rocas muy pesadas de la playa.

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El escenario, bastante inusual, captó rápidamente la curiosidad del Centro de Anatomía e Identificación Humana de la Universidad de Dundee (CAHID), quién se llevó los restos mortales al laboratorio para continuar investigando.

La datación por radiocarbono de los huesos confirmó que el hombre había muerto en algún momento entre el 430 y 630 EC. El análisis mostró fracturas masivas en la cara y el cráneo, que según los investigadores se debían a al menos cinco impactos por objetos pesados y contundentes. Según ha explicado el antropólogo forense Dame Sue en un comunicado, «el primer impacto le rompió los dientes del lado derecho. El segundo, le terminó de partir la mandíbula en el lado izquierdo. El tercero le provocó una fractura en la parte posterior de la cabeza». Pero el cruel asesino no se detuvo ahí. «El cuarto y el quinto impacto (en el cráneo) tenían la intención de matarle y fue golpeado con una piedra o algo similar cuando yacía en el suelo».

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Fuente: iflscience.com

Redacción QUO