Unos 4.300 millones de años atrás un asteroide u otro objeto impactó contra la superficie marciana lanzando restos al espacio. Estos podrían formar una nueva luna en nuestro planeta vecino. O reunirse en forma de anillo. Así lo afirma un modelo desarrollado por David Minton y Andrew Hesselbrock. La teoría se basa en que Vastitas Borealis, la llanura más grande del planeta, fue creada por un impacto.
“El choque habría liberado suficiente material fuera de Marte como para formar un anillo”, afirma Hesselbrock en un comunicado. El modelo realizado por estos expertos sugiere que se trata de un proceso cíclico de miles de millones de años: los restos se agrupan para formar un satélite natural, luego se rompen y forman anillos, para reagruparse más tarde otra vez como luna. De acuerdo con Minton, uno de los satélites marcianos, Fobos, podría desintegrarse en el futuro y convertirse en anillo. El proceso tendría un orden específico: primero se formaría el anillo que comenzaría a distanciarse del planeta. En ese momento, los restos comenzarían a unirse hasta formar una nueva luna.
A lo largo del tiempo, este satélite sería atraído por la gravedad marciana hasta llegar al límite de Roche, la distancia a la que ls fuerzas de marea de un cuerpo (Marte en este caso) desintegra un cuerpo más pequeño que se mantiene unido solo por gravedad.
Los resultados, publicados en Nature Geoscience, señalan que esto ya ha ocurrido entre 3 y 7 veces y que Fobos, actualmente acercándose a Marte, muestra la última etapa del ciclo. Según los cálculos, cada nueva luna que se forma en este proceso es unas cinco veces más pequeña que la anterior.
La hipótesis coincide con las condiciones actuales del planeta rojo. “Allí habría enormes cantidades de sedimentos lunares depositándose sobre Marte – añade Minton – cuyo origen era un misterio. Ahora es posible estudiar ese material”.
Juan Scaliter