La mayoría de los expertos coinciden en que las mutaciones que provocan los diferentes tipos de cáncer se deben principalmente a dos motivos: herencia y ambiente. Pero dos años atrás, un grupo de científicos, liderados por Cristian Tomasetti de la Universidad de Johns Hopkins de Baltimore, cuestionaron esa noción con un estudio publicado en Science.Su objetivo era intentar descubrir cuántos tumores se debían a la “mala suerte”. Para ello analizaron en hasta qué punto las divisiones de células madre en células sanas y las mutaciones aleatorias (el ingrediente de “mala suerte”) son las responsables del cáncer en diferentes tejidos. La clave para deducir esto fue estudiar la velocidad a la se piensa que esas células madre se multiplican en diferentes órganos y cuántas son. Una vez obtenida esta información, compararon los datos con la incidencia de distintos tipos de tumores en Estados Unidos y descubrieron que a mayor número de células madre y a una velocidad más rápida de multiplicación de las mismas, mayor es el riesgo de cáncer en ese tejido.
Los resultados implicaban que, al hablar del cáncer, estaríamos ante una enfermedad cuya prevención es más compleja de lo que se creía.
Ahora, el propio Tomasetti ha publicado un nuevo estudio en Science en el que no solo evalúa las tasas de Estados Unidos, sino de otros 68 países y compara la importancia de los factores ambientales y hereditarios con la mencionada “mala suerte”.

Y los resultados son sorprendentes. Los promedios para los diferentes tumores evaluados y en todos los países, indican que “en 32 tipos de cáncer, el 66% de las mutaciones que los provocan se producen de forma azarosa durante la división celular, en varios órganos, a lo largo de toda nuestra vida. Un 29% se pueden producir por el ambiente y apenas un 5% son mutaciones heredadas”, afirman los autores en el estudio.
Mientras tanto, las cifras individuales muestran una disparidad que ha hecho que muchos expertos cuestionen la investigación de Tomasetti. En lo que a cáncer de páncreas respecta, las mutaciones heredadas se mantienen en un 5%, pero las provocadas por factores ambientales descienden a un 18%, mientras que las producidas aleatoriamente llegan al 77%. muy lejos del 95% de las provocadas por el azar cuando se habla de cáncer de próstata.

En declaraciones a la revista Science, Noel Weiss, del Centro de Investigación de Cáncer Fred Hutchinson, se manifestó en contra de los datos obtenidos. “La idea de ver el cáncer como un todo es bastante ajena a nosotros. Las causas de los diferentes tipos son muy diferentes y lo que parece aleatorio hoy no lo parecerá en el futuro”.
Sorprendentemente, Tomasetti no está del todo en desacuerdo con sus críticos. “Por supuesto, estas son estimaciones – afirmó en la presentación del estudio –. Es lo mejor que se puede hacer hoy. Es un cambio de paradigma en cómo pensamos sobre el cáncer. Nunca afirmamos en el estudio que las mutaciones es lo único necesario para el cáncer. No estamos evaluando la proporción de cánceres explicados por mutaciones aleatorias, sino la proporción de mutaciones que son aleatorias, una distinción en la que es fácil perderse, a pesar de su importancia”.
En lo que sí coinciden los autores y la mayoría delos expertos es que el 40% de los cánceres se pueden prevenir.

Juan Scaliter