El triple negativo es la forma más rara, pero también la más agresiva y difícil de tratar del cáncer de mama. Hasta ahora, para este tipo de tumores, los investigadores no habían podido identificar marcadores que les permitieran clasificar a los pacientes según el pronóstico o la probabilidad de responder a diferentes tratamientos. En un nuevo estudio, publicado en Nature Communications, un grupo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) describen una herramienta para la clasificación de pacientes con cáncer triple negativo que, por primera vez, discrimina a aquellos que pueden curarse de aquellos que podrían sufrir una recaída. El sistema también identifica nuevos objetivos farmacológicos e indica que aquellos pacientes con estas dianas, podrían beneficiarse de tratamientos ya existentes.

Los expertos, liderados por Miguel Ángel Quintela, han identificado seis proteínas quinasas, cuyo estado funcional predice la evolución de este tipo de tumores. Además, el equipo de Quintela ha descubierto una forma de estudiar estas proteínas en los hospitales, por lo que en el futuro podría ser una prueba clínica habitual, al igual que el análisis de perfil genético de cualquier tumor.

“Hasta ahora no ha sido posible establecer una relación entre la presencia de determinadas mutaciones en cáncer de mama triple negativo y un pronóstico, o la respuesta a fármacos – explica Quintela en un comunicado –. Nosotros demostramos por primera vez que la proteómica puede ser usada para predecir la evolución del cáncer de mama triple negativo, y para seleccionar combinaciones de parejas de fármacos candidatos a ensayos clínicos”.

Como explican los investigadores en Nature Communications, «si bien los estudios basados en la genética han proporcionado un conocimiento sin precedentes acerca del cáncer de mama y sus subtipos, en el cáncer de mama triple negativo esta novedosa información ha revelado una gran heterogeneidad que ha impedido, hasta ahora, definir factores pronósticos o predictivos. [Este hecho] hace que la quimioterapia convencional siga siendo la principal opción terapéutica en el cáncer de mama triple negativo».

Debido a ello, los investigadores del CNIO optaron por una opción alternativa, en lugar de analizar los genes implicados en el cáncer de mama triple negativo, estudiarían su producto: las proteínas cuya síntesis está ordenada por esos genes. Esta alternativa demostró ser una buena elección.

En muestras de tumores de 34 pacientes, los expertos encontraron las marcas bioquímicas de la activación de las proteínas tumorales y detectaron que, entre todas estas señales, hay una combinación precisa que solo se encuentra en pacientes que recaen.

Los hallazgos fueron validados con análisis de otros 170 pacientes. Aquellos en los que no se activó ninguna de estas proteínas tenían un 95% de probabilidad de curarse, o al menos no sufrir una recaída doce años después del tratamiento. Sin embargo, si incluso una de las seis quinasas estaba activa, el riesgo de recaída se multiplica por diez.

Juan Scaliter