El Dacia Jogger no es solo el siete plazas más barato del mercado sino que ofrece versiones con dos depósitos, uno de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y otro de gasolina.

Se ha convertido en el rey de la categoría de los monovolúmenes no solo porque tiene un precio de partida realmente barato, 16.000 euros, sino porque la mayoría de los rivales del Dacia Jogger han decidido reconvertirse en SUVs.

En el Jogger no encontrarás los sofisticados sistemas de entretenimiento de otros modelos, ni lujo en los acabados, ni sistemas de seguridad como el de la asistencia de mantenimiento de carril. Pero sí siete plazas y los ingredientes básicos para hacer cómodos los viajes.

Encasillarlo no es fácil. Es un poco más corto que un Ford Focus Sportbreak y más alto que un Citroën Grand C4 SpaceTourer, pero mucho más barato que modelos de similares dimensiones como el Audi A4 Allroad y con casi mejor habitabilidad.

Al fondo hay sitio

El espacio es su gran braza. No solo en la parte delantera, sino que en los asientos de la segunda fila podrán viajar cómodamente personas de 1,80 m de altura. La tercera fila es algo más que testimonial; los adultos también se sentirán cómodos si no se trata de viajes de largo recorrido. Y lo mejor es que a pesar de tener siete asientos y una longitud de 4,5 m, el Dacia Jogger también deja algo de espacio para el equipaje. El maletero tiene una capacidad de 270 litros con los siete asientos montados, más de lo que ofrece un Toyota Aygo X Cross. Y si eso no es suficiente, que en viajes largos no lo será, Dacia ofrece unas barras unas barras transversales para cargar cofres de techo, portaesquís o cualquier otra cosa.

Diseño sin sobresaltos

El Dacia Jogger es funcional. Y eso quiere decir que no hay concesiones a frivolidades y sí soluciones prácticas. Entre ellas está un diseño en el que se han elevado un poco las plazas traseras para favorecer que tengan una buena visibilidad. En contra, un portón trasero demasiado grande que requiere un poco de espacio para que pueda ser abierto. También cuenta con la tecnología básica, como limitador de velocidad, y sistemas de Apple Car Play y Android integrados para poder ver una imagen especular del teléfono en la pantalla del sistema de entretenimiento

A todo gas

A la hora de conducir, el Dacia Jogger no tiene grandes aspiraciones. La versión ECO-G de 100 caballos se queda un poco justa de potencia cuando el coche va a plena carga. A cambio tiene la ventaja de que se trata de un coche que en varias de sus versiones, como la ECO-G de 18.900 euros, ofrece la posibilidad de conducir con gasolina o con Gas Licuado de Petróleo (GLP). En otras palabras, etiqueta ECO de la DGT porque es capaz de reducir en un 68% las emisiones de NOx y en un 15% las de CO2.

El GLP fue impulsado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007 porque permite ahorros de un 40-45% respecto a la gasolina. El precio de este combustible es otro reclamo para los grandes ruteros. Un litro de GLP está en torno a 0,90 euros, mientras que uno de gasolina cuesta un euro más, 1,90 euros.

El conductor no tiene que preocuparse de nada. Cuando se acaba el depósito de GLP entra automáticamente el de gasolina sin que se perciba ningún extraño en la forma de conducir. A la hora del repostaje, las dos bocas de llenado están juntas bajo la misma trampilla. El único condicionante a tener en cuenta es que el suministro de GLP requiere enroscar un adaptador suministrado por Dacia para que la operación pueda ser llevada a cabo.

Dentro de todo este mundo de racionalidad que ofrece el Jogger, solo una mancha negra que Dacia deber revisar con urgencia: la valoración que del coche hace EuroNcap, la agencia de seguridad europea del automóvil. Apenas una estrella de las cinco posible obtiene este monovolumen en el que la obsesión por ser barato no debería enturbiar el objetivo de la seguridad.