Si eres una medusa, no te acerques a una Fungia scruposa. Esta especie de coral que vive en solitario y tiene un gran pólipo de unos treinta centímetros de diámetro, se alimenta de las Aurelia aurita, las medusas comunes. Es la primera vez que se descubre un coral que se alimenta de medusas de su mismo tamaño.
Los responsables del hallazgo, un equipo de la Universidad de Tel Aviv (Israel), la ha pillado en pleno festín en el Golfo de Aqaba, ubicado entre Israel, Egipto y Jordania. El descubrimiento, publicado en la revista científica Coral Reefs , describe un proceso de captura no instantáneo, como el de las tortugas o los peces, predadores naturales de las medusas, sino de una duración de muchas horas.
Según uno de los investigadores, Omri Bronstein, es un fenómeno “bastante extraordinario” que supera todo lo que se sabía sobre corales desde hace cien años, y un ejemplo de ventaja evolutiva en un medio afectado por el calentamiento global.

Redacción QUO