El invierno es una estación que conlleva ambiente más frío, nevadas y menos horas de luz. Al menos eso es lo que suele ocurrir durante estos meses. Sin embargo, cada año es diferente y está sujeto a las condiciones meteorológicas concretas de cada fecha. En 2017, vivimos un invierno que comenzó con una dura sequía y que terminó con la llegada de unas lluvias que se prolongaron a lo largo de la que fue la primavera más lluviosa del siglo.

Este drástico cambio se produjo debido a un calentamiento repentino en la estratosfera que modifico y debilitó el vórtice polar. Este año podría suceder lo mismo y esto conllevaría que el invierno fuera más lluvioso en nuestro país y más frío en el norte de Europa. Pero, ¿por qué? ¿Qué cambios provoca ese vórtice polar para que hablemos de un invierno más lluvioso en España?

¿Qué es el vórtice polar?

Es básicamente una región de bajas presiones que se encuentra en ambos hemisferios en la región estratosférica y que confina el aire frío en las regiones polares. De este modo, cuando se rompe o se desplaza -por algún cambio como es el calentamiento súbito estratosférico- ese aire deja de estar confinado en el polo y se desplaza hacia el norte de Europa y Estados Unidos provocando fuertes olas de frío. El año pasado una de estas entradas de aire gélido fue bautizada como la Bestia del Este.

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Cuando este aire frío se desplaza sobre el continente europeo hace que se cree una situación anticiclónica. Los anticiclones actúan como escudos impidiendo el paso de las lluvias y, de este modo, las borrascas que llegan desde el Atlántico se ven obligadas a desviarse hacia España produciendo importantes lluvias en nuestro país.

Este año, hemos comenzado el invierno con relativa calma meteorológica y así prevemos que sea al menos el mes de diciembre y comienzo de enero. Sin embargo, estos cambios que implicarían lluvias en la segunda mitad del invierno ya se empiezan a intuir y podrían dar un vuelco a la situación.

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La cantidad de nieve en Eurasia determina lo que puede ocurrir

Uno de los factores que nos permite determinar qué pasará en la segunda mitad del invierno es la cubierta de nieve que tenemos en Eurasia a mediados de otoño. Si esta avanza de forma muy rápida, se produce la formación de un anticiclón en esta región que propicia una serie de cambios meses después. Y así podría estar ocurriendo.

Cubierta de nieve a mediados del otoño en 2017 y 2018. Rápido avance en ambos casos.
NOAA

Calentamiento repentino en la estratosfera

Las previsiones nos indican que la estratosfera se está calentando y, de ser así, esto podría dar lugar a una subida repentina de los grados que alterase el vórtice polar. La temperatura en la estratosfera suele estar en unos -50ºC, pero en esta época puede rondar los -70ºC. Los modelos indican que puede situarse al menos en -30ºC, lo cual supone un brusco aumento de la temperatura.

Si todos estos indicios se cumplen podríamos hablar de una segunda mitad del invierno más frías en el norte de Europa, pero más lluviosa en el sur, una situación que recordaría bastante a la del año pasado y que marcaría la tendencia no solo del invierno sino muy probablemente de los meses venideros.

Redacción QUO