La mayoría de los mamíferos solocambiamos nuestros dientes una vez en la vida. Pero los elefantes lo hacen nada menos que cinco veces. Y eso se debe a que el tamaño de sus molares tiene que ir adaptándose al volumen que desarrolla la mandíbula, que es muchísimo, dado que estos animales pasan de pesar cien kilos cuando son crías, a varias toneladas en su edad adulta.

Todo lo anterior viene al caso, porque los elefantes también experimentan repentinos cambios de peso que, hasta ahora, tenían desconcertados a los científicos. Variaciones que podían significar una repentina pérdida o ganancia de hasta 300 kilos.

Se barajaba la hipótesis de que pudiera tener que ver con la reproducción o con el cambio de estación. Pero la solución al enigma la ha encontrado un equipo de la Universidad de Zurich, que ha descubierto que la clave de todo está en sus dientes.

La foto que ilustra la noticia, y que ha sido tomada por los autores del estudio, nos permite observar con total claridad el interior de la boca de un elefante, algo insólito para la mayoría de nosotros. Y en ella se aprecian claramente los dientes situados a cada lado del maxilar. Pese a su aspecto estriado, no se trata de varios dientes. Sino que a cada lado, tiene un único molar.

Como ya hemos dicho, el elefante va cambiando de dientes, sustituyendo los viejos por otros más grandes, conforme su mandíbula va aumentando de tamaño. Un proceso en el que el nuevo diente va desplazando al viejo, hasta romperlo y hacerlo caer. Y en el que se produce un momento en el que parte del diente viejo y el nuevo conviven. Eso supone que el elefante tenga más superficie para masticar, lo que hace que el animal ingiera más alimento, produciéndose esa inesperada ganancia de peso.

Posteriormente, cuando el diente viejo ya ha caído, el elefante experimenta un proceso de pérdida de volumen. Un curioso caso de efecto yo-yo.

Fuente: Universidad de Zurich.

Vicente Fernández López