Los gibones viven en enormes selvas asiáticas donde utilizan cánticos de lo más sofisticado para comunicarse con sus congéneres, aparearse o advertir de un peligro. Pues, según un estudio publicado ahora por la revista American Journal of Physical Anthropology, al cantar impostan la voz utilizando las cuerdas vocales exactamente igual que lo hacen los sopranos profesionales humanos.

Lo han descubierto un grupo de investigadores de la Universidad de Kioto que intentaban averiguar cómo es el mecanismo de emisión de estos cánticos. Así descubrieron que este simio manipula sus cuerdas vocales conscientemente según las circunstancias lo que demuestra que, tanto en el caso de los gibones como en el nuestro, lo que determina la estructura de la comunicación no es la anatomía vocal sino el control del tracto vocal.

“Esto nos revela que la fundación fisiológica del habla humana no es tan única”, sentencia este estudio.

Redacción QUO