Nazaré (Portugal)

Este pueblo de pescadores situado a 125 kilómetros del norte de Lisboa es uno de los lugares más visitados por surfistas entre noviembre y marzo. El último récord conseguido allí ha sido para Hugo Vau que llegó a coronar una ola de 35 metros de altura. El secreto para que en esta zona del océano Pacífico se logren estas inmensas obras de la naturaleza está bajo el agua.

Existe un cañón marino subacuático de unos 5 kilómetros de profundidad que se dirige directamente a tierra firme. Con sus más de 230 kilómetros de longitud es el más grande de Europa. Tiene un efecto embudo que amplifica la altura de sus olas justo cuando rompen en la Praia do Norte.

Fuente: Luis Ascenso / Flickr

Mundaka (España)

Uno de los mejores sitios al norte de España, más en concreto en la costa vizcaína, sobre el mar Cantábrico. Justo en la desembocadura de la Ría de Gernika se forma una de las mejores y más largas olas del mundo. Tienen más de 400 metros de longitud y puede llegar a alcanzar los 3 metros de altura. Por aquí han surfeado caras conocidas de este mundo, como Andy Irons, Taj Burrow y Kelly Slater.

Fuente: Surfglassy / Flickr

Pororoca (Amazonas)

También conocida como la gran ola del Amazonas, esta significa “gan estruendo” y hace referencia al ruido ensordecedor que anuncia su llegada… ¡hasta media hora antes! Es una de las olas más largas del mundo y de mayor recorrido, llegando a adentrarse dentro del continente decenas e incluso cientos de kilómetros. Se forma en la desembocadura del Amazonas: donde las corrientes fluviales del río se enfrentan a las mareas del océano Atlántico.

Este fenómeno tiene lugar en algún momento entre los meses de febrero y marzo, momento que esperan muchos surfistas para cabalgarla. Las olas que se forman pueden alcanzar 4 metros de altura, pero están llenas de peligros: la propia fuerza del agua, los árboles y rocas que arrastra, los animales que habitan en sus aguas…

En 2003, el brasileño Picuruta Salazar, se mantuvo 37 minutos sobre la ola.

Fuente. Tess / Flickr

Isla de Maui y Pipeline (Hawái)

Por un lado está “Jaws”, el monstruo de Maui. Es un rompiente de olas gigantes en la costa norte de la isla que lleva su nombre. Esta zona es considerada por los surfistas profesionales como una de las mejores zonas para practicar el deporte. Aquí, las olas son tan inmensas, que pueden llegar los 30 metros de altura, y hay pocos expertos que pueden lograr llevarse ese mérito: como Laird Hamilton, Dave Kalama o Mike Stewart.

Por su parte, Pipeline es una de las más conocidas y de las más fotografiadas. Descubierta en 1961, está situada en la costa norte de Oahu y  tiene una de las mejores olas tuberas del mundo. Eso sí, es una zona muy peligrosa, ya no solo por la altura de las olas, sino por los peligrosos arrecifes llenos de grietas en su fondo. Una mala caída puede ser fatal y la fuerza del agua podría lanzarte contra el fondo. Son muchos los surfistas que ya han perdido su vida en sus aguas.  

Half Moon Bay (California)

Las olas que se forman en esta zona al norte de San Francisco atraen a cientos de surfistas experimentados. Una de esas es Mavericks, la cual se caracteriza por ser de gran tamaño, y formar olas de tamaños muy diversos  desde los 2 a los 15 metros de altura, con un recorrido de casi 300 metros.

Este oleaje se produce por un arrecife submarino de gran tamaño que provoca que el agua se comprima y se eleve a una gran altura. Es también conocida por haberse cobrado la vida de varios surfistas conocidos, como Mark Foo en 1994.

Fuente: Shalom Jacobovitz / Wikimedia Commons