Cada vez son más las empresas turísticas que ofrecen un paseíto en barco para mirar delfines y otros cetáceos en los lugares de costa. Un ratito, y a menudo sin mucha consideración hacia las necesidades de las criaturas marinas.

Frente a esa discutida moda están quienes deciden pasar una parte de sus vacaciones entregados a la causa marina con todas sus consecuencias. Embarcar en un velero o ferry y navegar melena al viento durante una semana, más o menos, mientras se otean las aguas a la espera de ver aparecer los brillantes lomos de los animales.

Pero nada de embelesarse: hay que tomar notas, datos sobre su número, la especie y las características más relevantes para la investigación.

Con ese fin, las organizaciones que proponen estas actividades programan cursos de formación a cargo de los profesionales que participan en la travesía.

En puro espíritu de cooperación, las tareas de ayuda en la limpieza del barco o en la cocina suelen ser habituales.

Aprender viento en popa

Dónde: www.shndelmar.org,

www.cenma.org,

www.whalewatchtarifa.net,

www.circe-asso.org

Redacción QUO