Según una reciente investigación llevada a cabo por la Unidad de Gestión del Conocimiento del Hospital de Baza en Granada, el 25% de los textos (uno de cada cuatro mensajes) referidos a Salud dentro de los libros escolares, no están basados en ninguna clase de evidencia científica como, por ejemplo, «respirar por la nariz en lugar de por la boca evita resfriados».

El estudio, publicado en la revista BMC Public Health, recopiló la información albergada en los libros escolares de Granada desde el 1 de marzo de 2006 al 1 de junio de 2007. Del total de los 844 mensajes analizados, el 61% se clasificó con un nivel desconocido de evidencia y un 15% de ellos correspondían a la categoría en la que se conoce el nivel de certeza científica.

Pero, en cambio, un 24,6% no manifestaba ninguna evidencia científica conocida por ningún científico en su sano juicio: «después de comer no nades, el proceso digestivo puede alterarse y puedes sufrír un corte de digestión» e incluso algunos mensajes llegaban más lejos e iban contra la realidad científica: «Ante una lesión muscular siempre hay que guardar reposo» o «hay que desinfectar las heridas con agua oxigenada».

En definitiva, más del 70% de los mensajes que están relacionados con dietas, malnutrición, higiene de los alimentos, tabaco, SIDA, etc. se basaban en un nivel desconocido de evidencia. Un poco por encima, con un 35% se encontraban los mensajes sobre embarazo y bebés y en un 37%, las afirmaciones más certeras de salud que los pequeños pueden ver en sus libros, las relacionadas con salud bucal.

Según Inés Mª Barrio Cantalejo, autora principal del estudio, «Nuestros resultados sugieren la necesidad de establecer estándares que indiquen a profesores o editores de libros de texto escolares cómo seleccionar los mensajes de salud. Esto facilitaría la adquisición de conocimientos veraces sobre esta materia en los escolares».

Redacción QUO