No es probable que muchos de nuestros lectores vayan a comer carne de morsa en un futuro cercano, pero si alguno estuviera planeando viajar a Alaska, entonces tenemos que comunicarle que las autoridades sanitarias locales recomiendan no consumirla si está muy bien cocida.

¿La causa? Pues que contiene un parásito que puede causar una enfermedad conocida como triquinosis. Al ingerirla, las larvas pasan al intestino y de ahí se extienden por el organismo enquistándose en los músculos. El parásito puede vivir durante años en el organismo humano, provocando fiebres, dificultad al caminar, dolores musculares, diarrea… Y en algunos casos extremos, si afecta al corazón o el cerebro, puede provocar incluso la muerte.

La triquinosis es una enfermedad que solemos vincular con el consumo de carne de cerdo, pero lo cierto es que se considera que casi todos los animales silvestres pueden transmitir el parásito. De hecho, en Alaska se han registrado más de doscientos casos desde 1975, y cien de ellos se debieron al consumo de carne de morsa.

Se trata de un plato típico en las regiones árticas. Dicen que es una carne muy sabrosa debido a su elevado contenido graso, aunque también por ese motivo resulta muy calórica. Entre los inuits es habitual incluso consumirla fermentada.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López