Un terrible caso ha sacudido a la opinión pública de Hong Kong. Una joven de 23 años llamada Pang Ching-yu, asesinó a sus padres a puñaladas y luego se suicidó. Pero antes de quitarse la vida, la chica dejó escrita una nota en la que explicaba que estaba traumatizada por padecer un eczema, una afección de la piel que puede ser hereditaria, y culpaba a sus padres por ello.

Poco después se supo que la joven, estudiante de enfermería, también practicaba fitness y al parecer había comenzado a tomar esteroides para mejorar su fuerza y su forma física. Este hecho ha reabierto una vieja polémica: ¿pueden los esteroides trastornar a una persona hasta el punto de impulsarla a cometer actos criminales?

El tema ya viene de lejos. Concretamente de 1990, cuando un estudio realizado por H.G. Pope y D. L. Katz analizó los casos de tres hombres acusados de asesinato y que coincidían en el hecho de haber consumido anabolizantes. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el uso de esteroides podía estimular comportamientos extremedamente violentos. Los resultados fueron confirmados en otro estudio realizado en 1998 por P. Korkia.

La crónica negra vuelve a poner sobre el tapete con cierto frecuencia la posibilidad de que los esteroides puedan trastornar a quien los consume hasta el punto de impulsarle a cometer un asesinato. Uno de los casos más conocidos es el del luchador Chris Benoit, quien en 2007 asesinó a su esposa e hijo y luego se suicidó. Varios médicos aseguraron en el juicio que el consumo de anabolizantes pudo se run factor determinante en su comportamiento homicida.

Por supuesto son los casos más extremos, pero hay abundantes estudios que respaldan la idea de que el consumo de esteroides puede ser un factor de riesgo que estimulen las conductas agresivas y violentas de diversos tipos

Fuente: CNN.

Vicente Fernández López