Hacer ejercicio dos horas antes de acostarse ayuda a conciliar mejor el sueño. Por el contrario, si no dejamos pasar ese tiempo, nos puede afectar negativamente
Leer un libro, ver la tele o mirar el teléfono móvil son algunos rituales que hacemos antes de dormir. Pero ¿qué pasa si practicamos ejercicio previamente?
Investigadores de la Universidad de Concordia, en Canadá, han analizado los datos de 15 estudios para ver cómo influye una sola sesión de intensa en adultos sanos, jóvenes y de mediana edad horas antes de acostarse.
Las variables utilizadas han sido en el momento del ejercicio (al principio y al final de la noche) y las horas entre el parón del entrenamiento y la hora de acostarse (menos de dos horas, alrededor de dos horas y de dos a cuatro horas). El nivel físico de los participantes, la intensidad y la duración también se han tenido en cuenta.
Según el autor principal de este estudio, Emmanuel Frimpong, es conveniente hacer ejercicio dos horas antes de acostarse porque ayuda a conciliar mejor el sueño. Por el contrario, si no dejamos pasar ese tiempo, nos afecta negativamente a la hora de dormir y la duración disminuye.
Para un mayor periodo del sueño es adecuado hacer gimnasia intensa, sobre todo de ciclismo, a primera hora de la noche entre 30 y 60 minutos. Aunque este tipo de actividades disminuye en la etapa del movimiento ocular rápido, más conocida como la fase REM.
Es importante saber si estamos más activos por las mañanas o por las tardes-noches. Los ejercicios de alta intensidad, realizados a última hora de la noche, pueden provocar trastornos del sueño para los de costumbres matutinas.
Eso sí, debemos mantener un horario constante. Para los adultos sanos, jóvenes y de mediana edad, es aconsejable realizarlos a primera hora de la noche.
Hay otros trucos como evitar comidas pesadas, beber mucha agua o ducharse antes de dormir que facilitan el reposo.
En definitiva, el ejercicio es favorable para que descansemos mejor. Aunque si lo hacemos a determinadas horas del día, o poco antes de meternos a la cama, puede alterar el sueño. Esta es la conclusión del metanálisis publicado en la revista Sleep Medicine Reviews.
REFERENCIA
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