“Su fama era mayor que sus contribuciones como actriz” era la frase con la que empezaba el obituario de Marilyn Monroe publicado por NYT en 1962. Si bien la idea de que las estrellas mueren jóvenes es casi un cliché, puede que Marilyn fuese la excepción y no la regla. Investigadores de Sidney se han puesto manos a la obra y han recopilado los 1000 obituarios publicados por el New York Times desde 2009 a 2011. Tras analizarlos detenidamente, llegaron a la conclusión que las personas que poseían el pack de éxito y fama vivían menos tiempo.
Si bien la edad media de mortalidad de famosos y deportistas era alta, 77, 2 años, no lo era tanto como aquellos que habían obtenido el éxito en otros campos sin relacionarse con el mundo de la fama. Es el ejemplo de los empresarios y otros similares, que alcanzaron la edad media de 83 años. Filántropos, académicos y médicos eran más propensos a morir de vejez, un diagnóstico menos frecuente para artistas, deportistas y creativos.
*Publicado en el nº 214 de @QuoRevista
Redacción QUO