Solemos vincular la imagen de un grafitero a la de una persona joven, con una estética rebelde o inconformista. pero, lo cierto es que no hay ningún condicionante que impida a una persona de cualquier edad o clase social, empuñar un spray de pintura y plasmar su creatividad sobre una pared. Por ese motivo, se ha creado en Lisboa el taller artístico LATA 65, destinado a tratar de inculcar a los ancianos la pasión por el graffiti. de momento, ya hay más de cien que parecen haberse enganchado a esta forma de arte urbano, y lo cierto es que apuntan manera.

Fotos: Cortesía de LATA 65.

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