Unos los quieren más amplios, con un estilo más dinámico, que sean capaces de alcanzar grandes velocidades en apenas segundos o que tengan un motor completamente ecológico. El sector del motor trabaja para conseguir todo aquello que el consumidor requiere y su público está dispuesto a pagar por todo ello sin importar el precio. Como por ejemplo, eliminar el olor a nuevo de los coches cuando estos son entregados al comprador.

Sí, a pesar de que hay muchos a quienes les encanta ese aroma a recién estrenado y que incluso supone todo un orgullo del que presumir en cada viaje no es algo que resulte especialmente agradable a uno de los mercados más pujantes del sector: los chinos. Al parecer, más de un 10 % de los compradores de China no sienten nada atractivo que su nuevo vehículo tenga ese olor tan característico. Según el director senior de la página web especializada J.D. Power, en declaraciones a Detroit Free Press: «Para que os hagáis una idea, el problema supera en más del doble a la siguiente mayor preocupación, el consumo excesivo de combustible».

¿De dónde viene ese olor a nuevo?

Manuel Breva ColmeiroGetty Images

Este aroma proviene del calentamiento de los materiales de los que está compuesto el coche, principalmente de las maderas o cueros de su interior. Ante esta tesitura, la compañía Ford está ya pensando en una solución. De hecho, ha patentado una idea que tiene que ver con acelerar ese proceso de «horneado». Es decir, ¿para qué esperar a que el olor se vaya de manera natural si el propio coche podría ayudar a eliminarlo cuando este no se encuentra en uso?

En principio, la propuesta implica que un futuro, los vehículos que sean semiautónomos o totalmente autónomos se aparquen solos en zonas donde estén expuestos a una temperatura adecuada para eliminar estos olores. Pero no solo eso, también habla de un encendido interno de la calefacción o pequeños acelerones intermitentes de motor para dar más velocidad al proceso. De esta manera, el coche se «cuece» más rápido permitiendo que el «olor a nuevo» se vaya por la ventana cuando se use de nuevo.

Por el momento es solo una idea, pero no creemos que sea una buena idea dentro de un escenario donde existe una preocupación tan grande por el medioambiente y el calentamiento global.

Tiempo al tiempo.

Alberto Pascual García