Dicen que siempre hay que decir la verdad, ser sincero y mostrar las cosas como son, pero no siempre es adecuado hacerlo a la cara o uno no se atreve. Pero, ¿y si pudieras conseguirlo de forma anónima, de manera que pudieras ayudar con tus comentarios a alguien que lo necesita o darle consejos sobre un problema? ¿O incluso que fueras tú mismo quien recibiera esos mensajes secretos?

Ahora se puede gracias a la aplicación Sarahah (que en árabe significa “honestidad”), creada por el programador saudí Zain al-Abidin Tawfiq y que fue lanzada de forma gratuita al mercado móvil el pasado mes de febrero. El éxito fue abrumador con unos 2 millones y medio de usuarios en Egipto, 1,7 millones en Túnez y 1,2 millones en Arabia Saudí. Pero ahora parece que este éxito quiere expandirse a nivel mundial y desde que fuera lanzada en junio en la Apple Store, se ha convertido en poco tiempo en la aplicación número 1 en descargas.

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El problema es que cuando un usuario se encuentra en el anonimato para poder criticar se corre el riesgo de ser excesivamente honesto. A pesar de que Sarahah esperaba que la gente usara la app para ayudar a sus usuarios a conocer sus fuerzas y debilidades, parece que a muchos se les está yendo de las manos y están viendo en esta herramienta una nueva forma de acosar y fomentar el odio. De hecho, algunos comentarios escritos en las opiniones de la app dejan mucho que desear. Este es uno: “Mi hijo se hizo una cuenta y en menos de 24 horas alguien ya había puesto un comentario racista en su perfil y que debería ser atacado. Esta aplicación está sembrando la semilla del odio”. Mientras, otros advierten del problema que puede suponer para jóvenes con baja autoestima: “No la recomiendo, a menos que quieras sufrir bullying” o “Padres, no dejéis que vuestros hijos se la descarguen, fomenta el suicidio”.

A esto se suma que la aplicación permite compartir estos mensajes en otras redes sociales, como Snapchat, Instagram, Twitter o Facebook, por lo que el mensaje no se queda solo en el móvil de quien lo manda, sino que incluso pueden llegar a distribuirlo en la red. No es la primera aplicación que permite comentar de forma anónima. En 2017, la app “Yik Yak”, con un modus operandi parecido a Sarahah, se vio obligada a cerrar tras numerosas críticas y al mal uso que se hizo de ella, fomentando el odio y el insulto fácil, aunque sus fundadores aseguraron en su momento que lo hicieron por cerrar un episodio de su vida.

Pero no todos son malos comentarios. Hay gente que está viendo en la aplicación una forma de reafirmarse en sus fortalezas, de sentirse animado y descubrir que hay gente que le ayuda a ser mejor persona día a día.

A pesar de los comentarios tanto de un lado como de otro, la aplicación se mantiene en primera posición del Apple Store, pero no parece haber alcanzado aún popularidad en Android. Habrá que esperar y ver su evolución, pero una cosa está clara: la curiosidad mató al gato.

Fuente: BusinessInsider

Alberto Pascual García