A partir de ahora, los invidentes ya pueden disfrutar de las grandes obras maestras de la pintura. Pero, por supuesto, tienen que «verlas» con las manos. Marc Dillon es un diseñador de Helsinki que ha puesto en marcha un proyecto llamado The unseen art project. La idea consiste en usar impresoras 3D para crear moldes que permitan fabricar copias tridimensionales de dichos cuadros. De esa manera, los invidentes podrán conocer por fin al tacto como es la sonrisa de La Gioconda.