Los pulmones son una importante interfaz entre el cuerpo y el ambiente exterior: con cada respiración, una superficie de aproximadamente 100 metros cuadrados intercambia oxígeno por dióxido de carbono. A diario, más de 10.000 litros de aire pasan por estos órganos y con ellos llegan virus, bacterias y contaminantes que deben ser combatidos por nuestro cuerpo.
Para defendernos de estos intrusos, los pulmones albergan su propio arsenal de células inmunes altamente especializadas. El problema es que, hasta ahora, se desconocía cómo surgía este equilibrio al nacer. Ahora, por primera vez, un grupo de expertos liderados por Sylvia Knapp, de la Universidad Médica de Viena, ha demostrado, con la ayuda de modelos de ratón, que el primer aliento de un recién nacido libera señales cruciales que dan forma al medio inmunológico de los pulmones.
El estudio, publicado en Cell Reports, revela que las fuerzas mecánicas de la ventilación espontánea al nacer, conducen a la liberación de interleuquina (IL) -33, una citoquina de amplio espectro, esta provoca la aparición de células linfoides innatas de tipo 2 (ILC2s) que migran al tejido pulmonar, donde liberan IL-13, otra citoquina. Esta segunda señal determina el futuro de los macrófagos alveolares al inducir el fenotipo M2 antiinflamatorio.
«Las células ILC2 – explica Simona Saluzzo, una de las co-autoras en un comunicado – son fundamentales en la defensa de los pulmones contra los parásitos o virus de la gripe. Ahora comprendemos que justo después del nacimiento, las ILC2 son responsables de la diferenciación de los macrófagos alveolares en células especializadas que mantienen el sistema inmunológico bajo control y aseguran que los pulmones se mantengan saludables y aseguren un intercambio de gases adecuado”.
El ILC2 protege los pulmones de la inflamación excesiva, pero hay letra pequeña: “El mecanismo que mantiene la función pulmonar del intercambio gaseoso – señala Knapp –, también explica por qué la neumonía bacteriana es la principal causa de muerte por una enfermedad infecciosa en los países occidentales”.
Juan Scaliter