En 1889 se descubrieron cerca del complejo megalítico de Stonehenge una serie de cilindros de piedra, con una antigüedad aproximada de 5.000 años, que fueron bautizados con el nombre de Tambores de Folkton. Se especuló con que podían tener un significado ritual, pero lo cierto es que la función de los mismos ha sido un misterio hasta ahora.

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Pero el enigma acaba de ser resuelto por un equipo del University College de Londres. Y lo que han descubierto es que dichos cilindros pudieron haber sido utilizados como elementos de referencia para tomar medidas, durante la construcción del complejo.

Enrollando cuerdas en torno a los cilindros, comprobaron que una cuerda de 3,22 metros daba diez vueltas alrededor del cilindro más pequeño, y unas seis o siente entorno a los más grandes.

Los investigadores creen que con este rudimentario método, los constructores de Stonehenge podían calcular las medidas de los bloques de piedra, y calcular también el espacio que había que dejar entre ellos.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López