Las pelis más locas de Semana Santa

Las pelis más locas de Semana Santa

Olvídense por un rato de Ben Hur o La túnica sangrada y vamos a repasar algunas de las películas de Pascua más disparatadas o insólitas jamás rodadas. Cine sacro (o no tanto) que en estas fechas nunca ponen por la tele. ¿Por qué será?

El clan de los nazarenos (1975)

Una de las cintas más disparatadas que un servidor ha tenido ocasión de contemplar. Su protagonista, interpretado por el solvente Javier Escrivá, es un sacerdote tentado por el lado oscuro; ya saben, la carne, las drogas, el dinero… y que lidera una banda de delincuentes formada ¡por cofrades sevillanos! El fulano tiene un plan realmente diabólico. Llevar una vida absolutamente pecaminosa y en el último momento, cuando esté a punto de morir, arrepentirse para así salvar su alma. Un auténtico genio del mal, como verán ustedes. Pero como existe la justicia poética, la muerte sorprenderá a nuestro entrañable villano sin darle tiempo a arrepentirse y, acabará purgando sus maldades en el fuego del infierno. ¿Y luego dicen que el cine religioso no es divertido?

El largo viernes santo (1980)

Casi una obra maestra. Para que luego no se me quejen y me digan no les recomiendo también buen cine. Bob Hoskins y Helen Mirren protagonizan esta cinta británica sobre el enfrentamiento entre la mafia londinense y el IRA. Un salvaje ajuste de cuentas que teñirá el viernes santo de sangre. Es una película sucia, violenta, descarnada y amoral, donde no hay personajes positivos. Tan solo, cadáveres o individuos a un paso de serlo.

Lauren y los ninjas nazarenos del infierno (1984)

Hay títulos que bien merecen un Oscar. En este caso se trata del delirante título español que le pusieron a una desopilante película de acción turca protagonizada por Cuneyt Arkin, todo un ídolo del frikismo. Lo de Lauren se debe al parecido que el actor otomano guardaba con el desaparecido Lauren Postigo, y lo de los nazarenos a la similitud que los trajes de los ninjas guardan con los de nuestros cofrades nacionales. La cinta no hay por donde cogerla. Es la prueba definitiva de que el infracine puede llegar hasta los más ignotos abismos de la abominación. Infrainterpretaciones, peleas de saldo, decorados (es un decir) de risa… Realmente parece una cinta filmada por chabolistas, más que una película profesional.

Resurrección (1999)

El director Russell Mulcahy y el actor Christopher Lambert, que en los años 80 facturaron aquel taquillazo titulado Los inmortales, volvieron a unir sus fuerzas en este violentísimo thriller deudor de la mítica Seven. Aquí Lambert es un policía que investiga los asesinatos de un psicópata que siempre roba algún miembro de sus desafortunadas víctimas. El detective descubrirá que lo que el asesino pretende es reconstruir el cuerpo de Cristo antes del domingo de resurrección. La premisa argumental es realmente delirante, y la película no defrauda en lo que a desmelene se refiere. Pero tiene la virtud de recordarnos que, en el fondo, por muy píos que nos pongamos, la Semana Santa siempre ha tenido un indudable componente gore. En fin, una torrija sangrienta para que la disfruten los más cafres de la casa.

Redacción QUO

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‘Juego de Tronos’: Personajes, tramas, profecías y preguntas sin respuestas de cara a la temporada 8

‘Juego de Tronos’: Personajes, tramas, profecías y preguntas sin respuestas de cara a la temporada 8

Hay unos cuantos (muchos) cabos sueltos que le rondan la cabeza a cualquier fan de Juego de Tronos a falta de siete semanas para que se estrene la octava y última temporada de la serie en HBO. Básicamente tienen que ver con quién gana la batalla final entre los caminantes blancos y, bueno, el resto del mundo dispuesto a luchar y si Jon, legítimo heredero del Trono de Hierro, se enterará de quiénes son su padres (Lyanna Stark y Rahegar Targaryen) y el efecto que esto tendrá sobre él, sobre Daenerys (¿Aceptará a su amorcito? ¿Jon dejará embarazada a Daenerys? ¿Si se queda embarazada seguirá adelante con el embarazo? Oye, los Targaryen siempre han recurrido al incesto para mantener su linaje puro, así que… ¿qué es otro incestillo más tía-sobrino?) y sobre el resto de los Siete Reinos (¿Reclamará el trono Jon, a quien tradicionalmente le ha interesado entre poco y muy poco el poder?). Más de uno y más de dos esperábamos haberlo descubierto a lo largo de la temporada 7, pero el septón divino no estuvo por la labor. Ah, y si veremos a Jon montado en un dragón. Y si volverá Fantasma, su lobo blanquito.

Hemos hecho un buen examen de conciencia y hemos repasado todas las dudas que nos han dejado las siete temporadas anteriores (bueno, vale, nos hemos vuelto a ver la penúltima temporada, pero, para el caso, viene a ser lo mismo), para extraer todas las grandes preguntas que se tienen que responder en el final de Juego de Tronos.

Por un lado están las consecuencias de la relación Jon-Daenerys: ¿Cómo responderán los señores del Norte cuando se enteren de que Jon, ejem, también es un Targaryen, nada menos que un Targaryen? Rhaegar puede ser su verdadero padre y Aegon puede ser su verdadero nombre, pero Jon Nieve es un hijo del Norte.

¿O qué pensará Sansa Stark cuando llegue Jon con su tía no precisamente Federica? Porque gracia, lo que se dice gracia, no le hace que Jon haya hincado la rodilla delante de Daenerys.

¿Por qué Tyrion está tan preocupado por la relación entre Daenerys y Jon? ¿Se huele algo? Tyrion estaba, pervertidillo de él, observando a través de la rendija de la puerta del barco mientras Jon y Daenerys repasaban todo lo que sabían sobre la Caída de Roma y los Diez Mandamientos. ¿En serio que es exclusivamente por las ramificaciones políticas que podrían derivar de tanta coyunda, independiente de que sean familiares?

¿Qué secretos van a salir de los libros de Sam que robó de la Ciudadela? Sam, recuerda, se llevó varios libros de la sección restringida de la biblioteca antes de dejar la Ciudadela. Porque le tienen que dar algún sentido al personaje de Sam y a toda esa información. Además, si no, no tendría sentido la bola que gira en los títulos de crédito. Y dicho esto: ¿Se volverán a reunir Sam y Jon en algún momento en la octava temporada?

Sam temporada final juego de tronos

HBO

Volviendo al origen Targaryen de Jon y Danerys… ¿Qué peso tendrá la profecía de Azor Ahai, que podría estar apuntando a Jon o Daenerys, en la temporada final? La profecía dice así (al menos en Choque de Reyes):

Está escrito en los antiguos libros de Asshai que llegará un día tras un largo verano, un día en que las estrellas sangrarán y el aliento gélido de la oscuridad descenderá sobre el mundo. En esa hora espantosa, un guerrero sacará del fuego una espada llameante. Y esa espada será Dueña de Luz, la Espada Roja de los Héroes, y el que la esgrima será Azor Ahai renacido, y la oscuridad huirá a su paso.


¿Qué pasará con el bebé de Cersei? ¿Porque no se te habrá olvidado que está embarazada? Sí, ese embarazo que va justo en contra de esa profecía que le soltaron a Cersei cuando era pequeña y que rezaba que sólo tendría tres hijos. ¿Qué va a pasar con ese bebé? ¿Era una chorrada la profecía? ¿En serio no le van a dar ningún valor a ese bebé en la octava temporada?

Y hablando de Cersei y Desembarco del Rey… ¿dónde está planeando Cersei enviar su ejército y a la Compañía Dorada? Cersei contrató al grupo mercenario de Essos y envió a Euron a por ellos. ¿Los utilizará para recuperar Roca Casterly? ¿O únicamente para proteger Desembarco del Rey? ¿Y quién estará al frente de la Compañía Dorada? ¿Daario, como han apuntado algunos fans en distintos foros?

¿A dónde va Jaime Lannister? ¿A Invernalia, verdad (ya es Invernalia en El Corte Inglés, así que está claro? ¿Se reunirá con Brienne? Brienne y Jaime tienen cada uno una espada de acero valyria forjada con el metal que formó la gran espada de Ned Stark…

¿Cuál es el plan de Theon para rescatar a Yara? Theon tuvo un momento de redención personal en el final de la temporada siete cuando reunió a los Hijos del Hierro que quedaban por ahí para ir a salvar a Yara. ¿Pero a dónde van? ¿De vuelta a Desembarco del Rey? ¿A Pyke? ¿Habrá pelea entre Theon y Euron? ¿Conseguirá Theon, de verdad, redimir sus pecados o morirá como se merece?

¿Cuándo regresará Melisandre y traerá a Kinvara, la alta sacerdotisa de R’hllor? Melisandre le prometió a Varys que regresaría, y que moriría en «este país extraño». Cuando vuelva, ¿volveremos a ver a Kinvara? Kinvara, recuerda, apareció en la sexta temporada, donde le reveló a Varys que sabía muchos secretos sobre su pasado. También dijo que Daenerys era la heroína que salvaría al mundo… (y eso que escuchas de fondo somos nosotros silbando la sintonía de Juego de Tronos en tu oreja).

Ah, otra cosa: ¿Jon y Arya finalmente se reunirán? Venga, Jon fue el que le dio a Arya su espada. Y hasta aquí hemos llegado.

Rafael Galán

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¿Nunca te has preguntado por qué Spider-Man lleva guion?

Si quieres escribir bien Spider-Man tienes que hacerlo así, cascándole el guion entre medias. Porque si no, lo estás (estamos) escribiendo mal. Aunque la verdadera pregunta no es por qué lleva guion Spider-Man, o por qué no lo lleva Aquaman, o Iron Man, sino más bien, por qué la gente no quiere ponérselo. Si me preguntas a mí, te diré que es porque crecí con los cómics de Forum, que no se lo ponían, y por una cosa que se llama SEO y con la que no te quiero aburrir ahora (que básicamente se resume a que no soy el único que busca en Google ‘spiderman’ junto y sin guión… Y en minúscula). Pero yo no soy la gente. Así que he decidido investigar.

Vayamos por partes. Porque la historia del guion de Spider-Man se las trae. Según Stan Lee, padre de la criatura junto a Steve Ditko, la razón era bastante simplona: no quería que se confundiera con Superman. Así de sencillo. En principio. Stan Lee nos abrió los ojos en su cuenta de Twitter:

Y a Stan Lee, medio en broma, medio en serio, no le gustaba que los verdaderos aficionados a los superhéroes, en general, y a Spidey, en particular, no le pusiéramos el guion:

Luego ya, sencillamente, se le iba la pinza:

Esto era, por si no lo has notado, su forma de pedir perdón por la tontería que acababa de soltar en Twitter. Así era 2010: en lugar de borrar un tuit cuando te equivocabas (tanto si te dabas cuenta en el momento, como si era a toro pasado, cuando querías reconducir una carrera política, nivel Íñigo Errejón), te disculpabas y punto. Con mayor o menor tino, pero te disculpabas. ¡Qué tiempos aquellos!

En fin. Y ahora viene el por qué decíamos que la historia es curiosa. Porque resulta que cuando nació el personaje, Stan Lee no tenía tan claro lo del guion en el medio. En la portada del último número de Amazing Fantasy #15, en 1962, donde aparecía por primera vez el personaje, su nombre se escribía como dos palabras separadas: Spider Man. Del guion, ninguna noticia:

Amazing Fantasy Spider Man 1962

Marvel Comics

Pero luego, dentro del ejemplar, unas veces aparecía con guion y otras, separado. A partes casi iguales. Y así ocurriría, por lo menos, durante los años 60. Es cierto que cuando Spidey estrenó serie propia en 1963, el guion ya apareció en portada y en los textos interiores de la historia (con algunas excepciones, que entendemos que son erratas):

the amazing spider man #1 1963

Marvel Comics

Sin embargo, no aparecía en las cartas a los lectores de Stan Lee que incluían religiosamente el cómic de Spider-Man y todos los cómics de Marvel durante los años siguientes, donde el guion vinculado al nombre del superhéroe aparecía y desaparecía como el Guadiana. No hay más que echar un vistazo a la historia de Marvel a través del libro de John Morrow Kirby & Lee: Stuf’ Said!: The complex genesis of the Marvel Universe.

Pero es que es más. Cuando Stan Lee escribía el nombre sin guion, lo escribía junto: Spiderman. Porque al propio Stan Lee se le olvidaba meter el guion. Así que si la gema del tiempo le hubiera permitido viajar al pasado, se habría enfadado consigo mismo. Mucho.

Y todo este lío es verdaderamente curioso porque mientras el personaje estuvo en la cabeza de su padre original, Jack Kirby, antes de compartir su idea con Stan Lee, se escribía junto: Spiderman. La idea de Spider-Man surgió de un personaje que fue idea de Jack Kirby y Joe Simon en la década de los 50, que nunca llegó a ver el papel, y que primero se llamó Spiderman y luego Silver Spider. Pero para lo que nos importa, cuando el personaje llegó en papel al despacho de Stan Lee se llamaba Spiderman. Al final, el personaje lo desarrollaron Steve Ditko y Stan Lee porque los diseños de Kirby no convencían al guionista (¿pillas la ironía?) de las gafas tintadas. En los primeros diseños de Ditko, el personaje no tenía guión:

diseño original de Spiderman de Steve Ditko

Steve Ditko

Con lo que te tienes que quedar es con que, al final, Stan Lee se apropió del personaje, lo que siembra una duda razonable. Lo hizo suyo, pero la idea original no fue nunca suya.

Lee, quien la verdad nunca dio muchos detalles, decía que quería que Spider-Man se diferenciase de Superman, con una S de Spider y una M de Man, bien separadas y en mayúscula, no sabemos si por un tema de marketing o por un tema de licencias, que no tiene pinta. Pero, ¿podía haberse separado también para no parecerse al Spiderman original de Kirby? ¿Puede ser que luego las meninges le jugaran una mala pasada a Stan Lee y por eso le pusiera su nombre original, juntito y sin guion, a la mínima de cambio?

Rafael Galán

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Blue Monday: 10 películas tristes para llorar como si no hubiera un mañana

Blue Monday: 10 películas tristes para llorar como si no hubiera un mañana

En los días de bajón, tienes dos opciones: o coger un libro de Paulo Coelho y tirar de filosofía de autoayuda para autoengañarte un ratito, o darte el placer de revolcarte en tu propia mierda con un peliculón de gente que sufre más que tú para llorar en esa única compañía. Ya verás que después hasta te sentirás mejor.

Melancolía (Lars Von Trier, 2011)

Melancholia

Azul, como el Blue Monday, es el planeta que se estrella contra la tierra en este peliculón de Lars Von Trier (así empieza, no es spoiler). Una propuesta extraña dividida en dos partes muy diferenciadas: en la primera se celebra una decadente boda en un castillo maravilloso, con movimientos de cámara frenéticos y tramas más o menos normales; en la segunda, todos esos protagonistas, con una magnética Kirsten Dunst como hipnótico centro de gravedad, se preparan para el fin de la humanidad. Te recuerda que tú también te vas a morir, que todos estamos solos y que es absurdo revolverse contra esa aplastante verdad.

Si aún te queda un poco de esperanza después de verla, márcate una sesión triple con Rompiendo las olas y Bailando en la oscuridad y acuérdate de mentar a Von Trier en tu epitafio.

Camino (Javier Fesser, 2008)

Camino

Cuánta rabia y desesperación siente el espectador, que no la protagonista, ante esta durísima historia sobre una niña con un cáncer terminal y su familia del Opus Dei. 6 Goyas, incluido Mejor Película, Director, Guión y las dos actrices protagonistas, elevaron a los cielos a un drama incómodo, polémico, basado en hechos reales. Duele y deprime ver cómo se intenta instrumentalizar la agonía de esta niña. Aunque la mirada de Nerea Camacho es pura luz, cuando terminas de verla te sientes rodeado por una oscuridad pegajosa y falaz.

Mi vida sin mí (Isabel Coixet, 2003)

Mi vida sin mí

No es la mejor película de Isabel Coixet, ni la más dura (La vida secreta de las palabras se lleva la palma, pero tiene algo de luz). Pero Mi vida sin mí es como un clásico moderno de la tristeza. La historia es sencilla: una joven descubre que padece una enfermedad mortal y monta un plan para que su marido y sus hijos queden de la mejor manera posible cuando ella no esté. Es lúcida, es poética, es sutil (Sarah Polley es una superdotada para transmitir melancolía) y, si te pilla en un día tonto, es perfecta como catarsis para tirar de la cadena y que se vayan las aguas turbias que se enganchan al estómago.

Un monstruo viene a verme (J. Bayona, 2016)

Un monstruo viene a verme

Jota Bayona es un jinete de las emociones. Se sube a nuestro lomo y nos lleva donde le da la santa gana. En El Orfanato cabalgó por nuestros miedos, en Lo imposible saltó al galope por nuestra angustia… Y en Un monstruo viene a verme hace cabriolas sobre la tristeza más profunda: asumir que tienes que perder a quien más quieres. La película es una maravilla visual que te echa raíces ya desde la primera media hora, te mantiene rígido durante el tronco y, al llegar a las ramas, verás que sobre tu cara hay más lágrimas que hojas. ¿Efectista? A tope. ¿Consigue lo que busca? Más que ninguna otra.

Quédate a mi lado (Chris Columbus, 1998)

Quédate a mi lado

En el diccionario, junto a la definición de «dramón», aparece un fotograma de esta película. En algunos tramos podría pasar por película de Antena 3 de después de comer –cuando la programan en televisión siempre es en esa franja–, pero Susan Sarandon y Julia Roberts suben mucho el nivel. La trama se plantea como un dramita sentimental –los conflictos entre una mujer con la madre de los hijos de su pareja– pero la enfermedad de la segunda cambia totalmente la perspectiva. Esta peli es perfecta si quieres llorar pero rodeado de sentimientos bonitos, no de mal rollo.

Manchester frente al mar (Kenneth Lonergan, 2016)

Manchester frente al mar

El Oscar al Mejor Guión y Mejor Actor (para el hermanísimo Cassey Affleck) dan nivelazo a esta película bastante durita de ver. El punto de partida no es demasiado original (un tipo solitario que tiene que volver a su pueblo natal para hacerse cargo de su sobrino huérfano), pero el desarrollo es tan gris, húmedo, rasposo y deprimente, y todo con profunda calidad, que no podía faltar en esta lista. Para helarte los sentimientos, si es que tienes.

Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010)

Toy Story 3

Fue un caso muy sorprendente. La tercera parte de Toy Story toca una tecla, la del asumir que las cosas cambian, que parece muy sencilla, pero quizá el cine nunca la había mostrado de una forma tan brillante y efectiva. Sí, es una película de animación en principio dirigida a los niños, pero ese giro tan profundamente emotivo logra encogerte el corazón. Pero de forma literal. Se te estruja dentro del pecho. Claro que es Pixar y que la moraleja final es positiva, pero durante esos minutos en que Woody está hundido en la mierda, todos somos un muñeco de trapo.

Extra: al nivel de esa escena están los primeros minutos de Up, una de las historias de amor más bonitas, condensadas y tristes que existen.

Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004)

Million Dollar Baby

Es la antipelícula de superación, como el lado oscuro de Karate Kid. La relación entre maestro y aprendiz tiene en Million Dollar Baby muchas más sombras que luces. La decepción tiene más fuerza que la alegría. El sinsentido golpea más duro que la confianza. El destino te deja KO, no alza tu brazo en señal de victoria. Clint Eastwood alcanzó el cénit de su cine seco y contundente dirigiendo delante y detrás de las cámaras a la fiera de Hillary Swank. Su final es el gancho perfecto para que termines el día mordiendo la lona.

Mi chica (Howard Zieff, 1991)

Mi chica

Vamos a endulzar un poco la lista. Mi chica parte de una premisa que podría ser oscura –una niña obsesionada con la muerte–, pero el desarrollo es luminoso, romántico, encantador. Es solo el giro final lo que le permite entrar en esta clasificación. Esta peli resérvala para días muy, muy tontos, a poder ser con mal de amores, para soltar un poquito de lastre.

La soledad (Jaime Rosales, 2007)

La soledad

Obra maestra del minimalismo cotidiano. Y droga dura, que no queremos engañar a nadie. La película, ganadora del Goya, retrata con una lentitud abrumadora que acaba calando hasta los huesos la vida de dos mujeres normales a las que no les pasa nada llamativo. Es esa cadencia, esa duración extrema de los planos inanes, la que acaba por generar una sensación única en el espectador que esté dispuesto a entrar en ella. Si te toca, te tumba.

Extra: Amor (Michael Haneke, 2012)

Amor

Con Haneke pasa como con Lars Von Trier: su filmografía entera cabría en esta lista. La cinta blanca, Caché… Nos quedamos con Amor por la catetada de que triunfó en los Oscar y, ya en serio, porque probablemente es el más triste y certero retrato que el cine ha hecho jamás de la decadencia humana. De la inevitable decrepitud. Pero también del compromiso, de la unión y de lo que anuncia el título. A nuestro entender, ganan los primeros retratos, y por eso es la obra maestra de la tristeza.

Redacción QUO

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Películas de terror en el siglo XXI: el mejor cine de miedo año a año

Sustos, terror ambiental o miedos ancestrales: sea cual sea tu forma favorita de pasar un buen mal rato viendo una película, la encontrarás en este repaso a los mejores títulos de género de lo que llevamos de siglo. Elegimos nuestra favorita por cada año y unas cuantas aspirantes que se ha quedado cerca.

2018 – Un lugar tranquilo (John Krasinski)

Un lugar tranquilo

Para los que buscan: angustia psicológica, metáforas de la vida actual y un silencio sepulcral en la sala.

La crítica habla de ella como la película de terror del año. y eso que compite con títulos tan potentes y perturbadores como Hereditary. Como sugiere el título, es una película tranquila, pero no le hace justicia a la ansiedad que provoca el silencio de esta creación de John Krasinski, director y protagonista. Es la historia de un hombre (Krasinski) y su esposa (Emily Blunt, que también es su mujer en la vida real) en un mundo postapocalíptico habitado por monstruos ciegos pero con el sentido del oído muy desarrollado. La familia no puede hablar, no puede llevar zapatos, no pueden ni jugar al Monopoly porque el sonido del dado contra el tablero sería suficiente para atraer a los monstruos. Estornuda y estás muerto en cuestión de segundos. Más allá de la original trama, verla en el cine es una experiencia incómoda pero inolvidable.

Otras recomendaciones (lo mejor está por llegar):

Hereditary (Ari Aster)

Slender Man (Sylvain White)

La monja (Corin Hardy)

Insidious: la última llave (Adam Robitel)

2017 – Déjame salir (Jordan Peele)

Déjame salir

Para los que buscan: Racismo buenista, thrillers psicológicos y tazas de té bien cargadas.

Un joven afroamericano visita a la adinerada familia de su novia blanca. Al principio achaca la forzada simpatía con la que es recibido al nerviosismo de sus suegros por afrontar esa relación interracial, pero pronto empieza a descubrir que algo no va bien en la casa. Jordan Peele, la mitad del dúo cómico del programa ‘Key & Peele’, sorprendió a todos con esta historia de terror que subraya que los racistas más peligrosos de la actualidad no son los nazis que acuden a las manifestaciones de la Alt-Right antorcha en mano, sino los que se quedan en casa asintiendo en silencio.

Otras recomendaciones:

Verónica (Paco Plaza)

It (Andrés Muschietti)

Creep 2 (Patrick Brice)

madre! (Darren Aronofsky)

Mom and Dad (Brian Taylor)

The Ritual (David Bruckner)

Life (Vida) (Daniel Espinosa)

2016 – El extraño (Na Hong-jin)

El extraño

Para los que buscan: Thrillers policiacos, exorcismos ancestrales y demonios en la montaña.

Salvajes asesinatos sin explicación empiezan a suceder en un pequeño villorrio de Corea del Sur. Los vecinos señalan a un ermitaño japonés que vive en la montaña mientras Jong-Gu, un torpón policía, hace lo que puede por resolver el caso. De la comedia negra costumbrista, el director de ‘The Chaser’ pasa poco a poco a una tramas oscura y retorcida repleta de rituales, religiones, demonios y engaños. Si alguien tiene que romperte la mente, que sea un surcoreano.

Otras recomendaciones:

Calle Cloverfield 10 (Dan Trachtenberg)

No respires (Fede Álvarez)

Train to Busan (Yeon Sang-ho)

Múltiple (M. Night Shyamalan)

La autopsia de Jane Doe (André Øvredal)

31 (Rob Zombie)

Under the Shadow (Babak Anvari)

2015 – La bruja (Robert Eggers)

La bruja

Para los que buscan: Terrores del nuevo mundo, paganismo familiar y cabras negras.

En la oscura, oscura Nueva Inglaterra del XVII, una familia de colonos intenta rehacer su vida frente a un tenebroso bosque. La desesperación por la falta de cosechas, y la desaparición del hijo recién nacido, crean rencillas entre los devotos parientes que no dudan en acusarse unos a otros de todos los males mientras, por si acaso, vigilan el bosque de reojo. 90 minutos de brujería, miedos y dudas le bastaron a Robert Eggers para estrenarse a lo grande en el mundo del cine y hacer que los incondicionales del género se apuntasen su nombre a fuego.

Otras recomendaciones:

La invitación (Karyn Kusama)

Green Room (Jeremy Saulnier)

La visita (M. Night Shyamalan)

Deathgasm (Jason Lei Howden)

Office (Hong Won-Chan)

Bone Tomahawk (Bone Tomahawk)

Krampus – Maldita Navidad (Michael Dougherty)

2014 – It Follows (David Robert Mitchell)

It follows

Para los que buscan: Amenazas incansables, terrores adolescentes y venéreas sobrenaturales.

Jay acaba de recibir una maldición. Tras mantener relaciones con un chico, este le explica que una entidad irá tras ella lenta pero incansablemente y que, para que deje de hacerlo, tendrá que acostarse con otra persona. La joven descubrirá además que el insistente ser adopta cualquier aspecto y que solo ella puede verlo. Atemporal, inquietante y con una brillante banda sonora, David Robert Mitchell cautivó a todo aquel que se topó con este título en 2014.

Otras recomendaciones:

Babadook (Jennifer Kent)

Creep (Patrick Brice)

Lo que hacemos en las sombras (Taika Waititi, Jemaine Clement)

Zombis nazis 2 (Tommy Wirkola)

Tusk (Kevin Smith)

Eliminado (Levan Gabriadze)

Spring (Justin Benson, Aaron Moorhead)

2013 – Expediente Warren: The Conjuring (James Wan)

Expediente Warren: The Conjuring

Para los que buscan: Hechos reales, casas encantadas y a Iker y Carmen.

Ed y Lorraine Warren dedicaron su vida a estudiar casas encantadas y ayudar a sus habitantes a desembarazarse de espíritus y demonios. En este título conocemos a los Perron, una familia que, a principios de los 70, vivió toda una pesadilla en su caserón de Rhode Island. Y es que Wan no había tenido suficiente con crear una franquicia de éxito y volver al terror de los 80, así que nos regaló esta mezcla de terror ambiental setentero salteado con elementos del nuevo milenio que entusiasmaron tanto a los curiosos como a los más curtidos amantes del género.

Otras recomendaciones:

Coherence (James Ward Byrkit)

Under the Skin (Jonathan Glazer)

Wolf Creek 2 (Greg McLean)

The Sacrament (Ti West)

Posesión infernal (Evil Dead) (Fede Álvarez)

Oculus: El espejo del mal (Mike Flanagan)

The Purge: La noche de las bestias (James DeMonaco)

2012 – La cabaña en el bosque (Drew Goddard)

La cabaña en el bosque

Para los que buscan: Todo lo anterior y todo lo siguiente.

Cinco jóvenes van a pasar el fin de semana en una tranquila cabaña campestre alejada del mundanal ruido. Pronto se darán cuenta de que algo anda mal en su nuevo hogar, especialmente cuando en el sótano encuentran todo tipo de artilugios extraños. Al mismo tiempo, dos funcionarios vigilan la estancia de los amigos en la casa a través de cámaras ocultas situadas en cada rincón. Drew Goddard y Joss Whedon se lo pasaron como niños deconstruyendo el género para entregarnos esta combinación perfecta de todos los elementos conocidos hasta el momento. Y un sirenito.

Otras recomendaciones:

[•REC]³: Génesis (Paco Plaza)

The Lords of Salem (Rob Zombie)

V/H/S (Adam Wingard, Glenn McQuaid, Radio Silence, David Bruckner, Joe Swanberg, Ti West)

John muere al final (Don Coscarelli)

Stitches (Conor McMahon)

Resolution (Justin Benson, Aaron Moorhead)

Grabbers (Jon Wright)

2011 – Mientras duermes (Jaume Balagueró)

Mientras duermes

Para los que buscan: Terror de bloque, psicópatas del día a día y un nuevo portero.

César es el magnífico portero de un bloque de pisos. Puntual, organizado, limpio y minucioso, conoce a la perfección los hábitos de todos sus vecinos. El único problema es que al bueno de César le gusta el dolor ajeno, una afición que consigue mantener en reposo hasta que se topa con la siempre sonriente vecina del 5ªB, una joven tan feliz que hace que el psicópata salga a la superficie y se salte todas sus normas. Balagueró persigue con la cámara a una enorme Luis Tosar, obligando al espectador a que sufra cuando el villano está en peligro.

Otras recomendaciones:

Red State (Kevin Smith)

Kill List (Ben Wheatley)

Tú eres el siguiente (Adam Wingard)

Attack the Block (Joe Cornish)

The Human Centipede 2 (Tom Six)

Scream 4 (Wes Craven)

2010 – Insidious (James Wan)

Insidious

Para los que buscan: Entidades malignas, proyecciones astrales y expertos en lo paranormal.

Tras un accidente doméstico, uno de los hijos de Josh y Renai entra en coma. Desde ese momento, notan que una fuerza sobrenatural viven en su casa, algo que no cambia al mudarse y que obligará a la pareja a contar con la ayuda de Elise Reiner, experta en el mundo oculto. Wan se saca de la manda su propio ‘Poltergeist’ con este brillante relato que, salvo un innecesario plano de CGI de menos de un segundo, podría haber sido rodado íntegramente en los 80.

Otras recomendaciones:

Trollhunter (André Øvredal)

Cisne negro (Darren Aronofsky)

Balada triste de trompeta (Álex de la Iglesia)

Tucker & Dale contra el mal (Eli Craig)

Secuestrados (Miguel Ángel Vivas)

2009 – Arrástrame al infierno (Sam Raimi)

Arrástrame al infierno

Para los que buscan: Maldiciones infernales, hipotecas (infernales también) y Serie B de la vieja escuela.

Christine trabaja en un banco de Los Ángeles. Su buen trato con los clientes cabrea a su jefe que exige menos flexibilidad, algo que la protagonista pone en práctica negando una moratoria a una anciana que decide maldecir a la pobre Christine. Desde ese momento, será atormentada por fuerzas demoníacas de las que tiene tres días para librarse o será arrastrada al infierno. Como queriendo olvidarse de aquel ‘Spider-Man 3’, Sam Raimi volvió a sus orígenes con esta sencilla, terrorífica y divertida historieta.

Otras recomendaciones:

[•REC]² (Jaume Balagueró, Paco Plaza)

Los mundos de Coraline (Henry Selick)

Anticristo (Lars von Trier)

Halloween II (Rob Zombie)

Bienvenidos a Zombieland (Ruben Fleischer)

Thirst (Park Chan-wook)

The Human Centipede (Tom Six)

2008 – Déjame entrar (Tomas Alfredson)

Déjame entrar

Para los que buscan: Sangre helada, acoso escolar y amistades con sorpresa.

Oskar es un retraído niño de doce años sin demasiados amigos que sufre bullying en clase. Eli, una curiosa nueva vecina de edad indeterminada, consigue convertirse en su compañera de aventuras. Poco a poco, el pequeño irá entendiendo por qué la joven insiste en ser invitada antes de entrar en su casa, la causa del aumento de extraños asesinatos en la zona y el placer de un buen baño nocturno. El sueco Tomas Alfredson se volvió internacional con esta perfecta adaptación de la novela de John Ajvide Lindqvist.

Otras recomendaciones:

Monstruoso (Matt Reeves)

Martyrs (Pascal Laugier)

Los extraños (Bryan Bertino)

Eden Lake (James Watkins)

2007 – [•REC] (Jaume Balagueró, Paco Plaza)

REC

Para los que buscan: Found footage, zombis de bloque y a la Niña Medeiros.

Ángela graba un anodino reportaje sobre el turno de noche de unos bomberos cuando llega un aviso sobre una señora que da gritos en su piso. Al llegar allí, descubrirán que algo extraño ocurre en la comunidad de vecinos, sobre todo cuando las caídas por el hueco de la escalera, los ojos ensangrentados y los mordiscos nerviosos empiezan a ser habituales. Balagueró y Plaza volvieron a unir sus fuerzas tras ‘OT: la película’ para regalarnos otra joya del terror patrio que lo cambió todo.

Otras recomendaciones:

28 semanas después (Juan Carlos Fresnadillo)

Grindhouse (Robert Rodriguez, Quentin Tarantino)

Halloween, el origen (Rob Zombie)

La niebla (Frank Darabont)

Paranormal Activity (Oren Peli)

The Poughkeepsie Tapes (John Erick Dowdle)

El orfanato (J.A. Bayona)

2006 – The Host (Bong Joon-ho)

The Host

Para los que buscan: Monstruos mutantes, familias desesperadas e ineficacia gubernamental.

Algo cuelga sobre el río Han, en Seúl. Al caer al agua, desata el terror en la orilla cuando los curiosos descubren a una criatura que arrasa con todo lo que se encuentra en su camino, incluida una niña a la que toma prisionera para desesperación de su desestructurada familia. No es que Bong Joon-ho tuviese que demostrar nada tras ‘Memories of Murder’, pero con esta película nos descubrió que, una vez dominado el género de la venganza, en Corea del Sur estaban listos para quedarse también con el fantástico y el terror.

Otras recomendaciones:

Silent Hill (Christophe Gans)

Slither: La plaga (James Gunn)

Las colinas tienen ojos (Alexandre Aja)

Ovejas asesinas (Jonathan King)

Wicker Man (Neil LaBute)

2005 – Los renegados del diablo (Rob Zombie)

Los renegados del diablo

Para los que buscan: Sangre, suciedad, gasolina y Lynyrd Skynyrd.

Los Firefly se ven forzados a salir de casa y, por el camino, van a divertirse en una huida hacia adelante llena de violencia, abusos, helados de tutti frutti y balas de todos los calibres. Como ‘La casa de los 1000 cadáveres’ terminó siendo una alegría para Zombie, nos regaló este salvaje spin-off en el que no ofrece cuartel ni a sus protagonistas ni al público.

Otras recomendaciones:

Wolf Creek (Greg McLean)

La guerra de los mundos (Steven Spielberg)

The Descent (Neil Marshall)

Hostel (Eli Roth)

Constantine (Francis Lawrence)

2004 – Saw (James Wan)

Saw

Para los que buscan: Torturas, juegos macabros y automutilaciones.

Dos tipos despiertan encadenados a unas tuberías. No se conocen, no saben cómo han llegado allí y no están demasiado a gusto, sobre todo cuando ven que les acompaña un cadáver. Gracias a un casette cuidadosamente preparado, descubren que uno de ellos tendrá que matar al otro en un plazo de 8 horas o ambos correrán la misma suerte. Así conocimos a Jigsaw, el psicópata que obliga a sus víctimas a jugar a juegos que ponen todo perdido de rojo, y a James Wan, un tipo que la logrado crear franquicias de secuelas interminables, universos formados por múltiples spin-offs y, aun así, no se corta a la hora de cambiar de género y meterse en jaleos de coches y superhéroes.

Otras recomendaciones:

Amanecer de los muertos (Zack Snyder)

Zombies Party (Edgar Wright)

Hellboy (Guillermo del Toro)

El bosque (M. Night Shyamalan)

Three… Extremes (Fruit Chan, Park Chan-wook, Takashi Miike)

2003 – La casa de los 1000 cadáveres (Rob Zombie)

La casa de los 1000 cadáveres

Para los que buscan: Gore, slashers y casas del terror con cementerios en la parte de atrás.

No te pierdas por zonas rurales en Norteamérica y, si lo haces, no aceptes la amabilidad de una familia que, desde el principio, muestra indicios de locura. Por suerte para nosotros, los protagonistas de esta sanguinolenta aventura no siguen esas recomendaciones y terminan en el hogar de los Firefly, colegas del Dr. Satán que se pirran por la tortura, el canibalismo y la necrofilia, en cualquier orden. Rob Zombie rodó la película en el 2000 para Universal y, cuando estos vieron que no les entregaba otra chorrada para adolescentes, cancelaron la atracción que tenían planeada en sus parques temáticos y comenzó un viacrucis de distribuidoras que duró tres años. Gracias, Lions Gate.

Otras recomendaciones:

Dead End: Atajo al infierno (Jean-Baptiste Andrea, Fabrice Canepa)

Dos hermanas (Kim Jee-woon)

Alta tensión (Alexandre Aja)

Identidad (James Mangold)

Underworld (Len Wiseman)

2002 – 28 días después (Danny Boyle)javascript:void(null);

28 días después

Para los que buscan: Pandemias, corre-zombis e Inglaterra en peligro.

Tras cuatro semanas en el hospital, Jim despierta para descubrir que está solo. No parece haber nadie a su alrededor y, cuando sale a la calle, se topa con un Londres absolutamente desierto. Cuando se da cuenta de que una extraña enfermedad ha convertido a la mayor parte de la población en descerebradas criaturas con ganas de carne humana, deseará haber seguido solo. Danny Boyle le hizo al género zombie en esta película lo mismo que a la generación de la heroína en ‘Trainspotting’.

Otras recomendaciones:

The Ring (La señal) (Gore Verbinski)

Señales (M. Night Shyamalan)

La maldición (The Grudge) (Takashi Shimizu)

Dark Water (Hideo Nakata)

Resident Evil (Paul W.S. Anderson)

2001 – Los otros (Alejandro Amenábar)

Los otros

Para los que buscan: Casas encantadas, misterios sobrenaturales y penumbra.

En un enorme caserón victoriano, viven Grace y sus dos hijos a la espera de que el padre de familia vuelva de la Segunda Guerra Mundial. Las estrictas normas bajo las que pasan sus días, y la extraña enfermedad que obliga a los niños a alejarse de la luz solar, no ayudan a que la espera sea sencilla. Tampoco lo harán los extraños fenómenos que parecen señalar inequívocamente que no están solos en su hogar. Tras convertirse en uno de los directores fundamentales de nuestro cine con ‘Tesis’ y ‘Abre los ojos’, Alejandro Amenábar se volvió internacional con este éxito milimétricamente dirigido.

Otras recomendaciones:

El espinazo del diablo (Guillermo del Toro)

Kairo (Pulse) (Kiyoshi Kurosawa)

El pacto de los lobos (Christophe Gans)

Jeepers Creepers (Victor Salva)

2000 – La sombra del vampiro (E. Elias Merhige)

La sombra del vampiro

Para los que buscan: Chupasangres, leyendas y cine dentro del cine.

En 1922, F.W. Murnau estrenó la fundamental ‘Nosferatu’, un relato en el que cambiaba lo suficiente del ‘Drácula’ de Stoker como para librarse de problemas con los herederos del escritor. La leyenda cuenta que Max Schreck, el actor que encarnó al temible Conde Orlok, era realmente un vampiro, excusa perfecta para que E. Elias Merhige recrease aquel misterioso rodaje a través de este cuento con John Malkovich y Willem Dafoe como protagonistas.

Otras recomendaciones:

Battle Royale (Kinji Fukasaku)

La comunidad (Álex de la Iglesia)

American Psycho (Mary Harron)

Pitch Black (David Twohy)

Lo que la verdad esconde (Robert Zemeckis)

Redacción QUO

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‘Black Mirror: Bandersnatch’: Lo que de verdad importa en el juego más macabro de Netflix

‘Black Mirror: Bandersnatch’: Lo que de verdad importa en el juego más macabro de Netflix

En El show de Truman (1998), Peter Weir nos convirtió en espectadores observando espectadores que observan a un hombre encerrado en una mundo falso lleno de cámaras. Un Gran Hermano que causa furor en la vida real por apelar a nuestro sentido más voyeurístico, así como a una autoliberación de nuestra responsabilidad sobre ese individuo, al que vemos a través de un televisor esperando que tome la decisión correcta. Con Black Mirror: Bandersnatch, eso ha cambiado. Ya no somos los inocentes espectadores que se lavan las manos ante lo que ven, sino una suerte de Ed Harris todopoderoso que tiene control sobre las decisiones que toma el protagonista. ¿O es en realidad un control falso, una ilusión del poder que siempre llevará a nuestro “avatar” a un destino trágico?

Hay pocas empresas que sepan armar más escándalo que Netflix, y pocas franquicias que reflexionen de forma tan implacable sobre el mundo moderno como Black Mirror. Su unión en este experimento -o “evento”, como ellos lo han llamado- pone a prueba un nuevo tipo de ficción audiovisual que, pese a no ser nueva, sí avanza en complejidad reflexiva respecto a sus predecesoras. Es decir, que no sólo nos deja escoger entre un camino u otro, entre una decisión y otra, sino que toda su existencia es un gran y apasionante ensayo sobre los límites de la narrativa y de la libertad. Además, la serie creada por Charlie Brooker -quien también escribe esta nueva historia- nos ha venido preparando para un proyecto así. Casi incluso nos ha advertido en sus cinco temporadas de cómo un juego de estas características puede acabar en desastre. Cómo controlar los destinos de los demás -como el de USS Callister– es algo retorcido y peligroso. Pero, ¿cómo vamos a resistirnos a esto?

Netflix

Las redes sociales llevan unos días en llamas con todas las reacciones a Black Mirror: Bandersnatch, que nos introduce en la historia de Stefan (Fionn Whitehead), un joven aspirante a programador de videojuegos que vive obsesionado con su primer proyecto: una adaptación de la novela Bandersnatch del demente Jerome F. Davis, un tipo “Elige tu propia aventura” sobre el papel que ahora el protagonista intenta pasar a los PC de aquel 1984. Pero, en un juego de reflejos, Stefan -cuya salud mental ya venía marcada por la muerte de su madre cuando él era pequeño, accidente del que él tuvo una culpa relativa- también empezará a perderse en sus propios laberintos y las múltiples realidades que se bifurcan cuando uno toma una decisión determinada.

Y es que, de eso va esta “película”: de tomar decisiones y emprender caminos. Hay muchos, pero, según han revelado los creadores, tan sólo llevan a 5 finales: la muerte, la cárcel, la ruptura de la barrera con Netflix, el fin del rodaje -ergo, todo era una representación- y, por último, un final en el que se repite la historia con una programadora de videojuegos contemporánea. Ésta es la hija de Colin (Will Poulter), otro de los personajes claves de esta historia. Es el ídolo de Stefan, un programador de éxito y alguien convencido de que la realidad del mundo no es tan simple como pensamos. Que lo que vivimos es sólo una de las muchas dimensiones posibles. Con él escuchamos una de las reflexiones capitales, que tiene que ver con las consecuencias de nuestras decisiones, el control gubernamental y el Pacman:

“Lo que hacemos en una ruta afecta a lo que hacemos en las demás. El tiempo es una construcción. La gente cree que no puedes volver a cambiar las cosas, pero sí puedes. Esos son los flashbacks. Son invitaciones para volver atrás y tomar una decisión diferente. Cuando tomas una decisión crees que eres tú el que la toma, pero no es así. Es el espíritu que está conectado con nuestro mundo el que decide lo que hacemos. Nosotros solo tenemos que subirnos al carro. El gobierno nos monitoriza. Paga a gente para que se haga pasar por tu familia, echa droga a tu comida y te graba. Hay mensajes en todos los juegos. Como en PACMAN. ¿Sabes qué significa PAC? PAC: Programa y Controla (Program And Control). Es el hombre que programa y controla. Todo es una metáfora. El Pacman cree que tiene voluntad propia pero está atrapado en un laberinto, en un sistema. Lo único que puede hacer es comer (consumir). Le persiguen demonios que probablemente sólo existen en su mente, e incluso si consigue escapar por un lado del laberinto, ¿qué pasa? Que vuelve al otro lado. La gente piensa que es un juego alegre, pero no lo es. Es una puta pesadilla de mundo y lo peor es que es real y vivimos en él”.

Toda esta reflexión encapsula la paranoia que invade al protagonista, y también empieza a perfilar el mensaje principal que esconde Black Mirror: Bandersnatch: en realidad, no tenemos elección. Y esto puede leerse de diversas formas.

Netflix

Como el Pacman, los humanos vivimos en un sistema, por lo que nunca seremos libres del todo aunque los grandes poderes de nuestra sociedad insistan en hacernos creer lo contrario, en inculcarnos que tenemos voluntad de decisión. Pero, como pasa en esta película, las opciones son limitadas. Sí, podemos escoger si Stefan entierra a su padre o lo descuartiza, pero no podemos evitar que lo mate. Podemos hacer que rompa su ordenador o que le tire un té por encima, pero no podemos evitar que lo acabe estropeando. Podemos hacerle morir con su madre en el tren de las 8.45h o hacerle crecer con la sombra de la culpa hasta que acabe con su propia vida de una manera u otra, pero no podemos evitarle la tragedia en su vida. Tenemos opciones, pero no todas, ni las más importantes. Ese es el mensaje último de la historia: la inevitabilidad de la vida. Así, Brooker entra en conceptos filosóficos como el determinismo -que cree que toda acción está predeterminada y no existe el libre albedrío- y el fatalismo -que cree que es imposible cambiar el destino-, que comparten esa creencia de la fuerza imparable de un destino preestablecido.

Esta es una pesadilla sobre la falsa libertad y el destino inevitable que rige nuestras vidas

Por otro lado, la falta de libertad a la que alude la historia también tiene que ver con nuestros deseos compartidos. Al trasladar sus teorías a nuestra realidad podemos pensar que no somos libres si el dinero determina quiénes somos y cómo vivimos, y el hecho de que haya gente que nazca con él y otros que partan desde lo más bajo de la escala social. Tampoco somos libres si la publicidad y la cultura nos obligan a desear esa vida ideal -la de la tostada con aguacate en Instagram, los cuerpos canónicos, el amor romántico o la misma ilusión de la felicidad- que tan sólo es una construcción hecha a la medida de las masas, y que, como teme Stefan, dirige nuestras acciones acorde con los intereses de las élites.

Al fin y al cabo, la pregunta es: ¿somos libres cuando tomamos nuestras decisiones? ¿No es cierto que, muchas veces, las dos opciones que se nos presentan en la parte baja de la pantalla llevan por el mismo camino? Black Mirror: Bandersnatch es una pesadilla sobre la falsedad de la libertad y el destino (casi) inevitable que la vida ya ha sentenciado para todos nosotros, y que representa el personaje intentando resistirse a nuestras órdenes sin demasiado éxito. La conclusión es que hay alguien más en control. Y, en la historia de Stefan, somos -y no somos, al mismo tiempo- los espectadores. En uno de los momentos más delirante del filme, se nos da la opción de revelar al protagonista que le estamos controlando a través de Netflix. Más adelante en la historia, su psicóloga (Alice Lowe) le dirá que esto no podría estar siendo controlado por una empresa de entretenimiento, porque no es nada interesante. Así que la mujer propone una batalla y ambos empiezan a pelearse para, en definitiva, darle al público lo que quiere. Acción, violencia, sangre. Y así, está haciendo un comentario demoledor sobre cómo entendemos la cultura mainstream.

Netflix

Por otro lado está la cuestión de los universos paralelos, gracias a los cuales Colin afirma que las decisiones que tomamos no son tan importantes y que la muerte no existe. Y es que, realmente, es muy difícil saber al ver la película cuándo estamos en una realidad u otra, cuando es un sueño y cuando no. Al dejar de tomarse las pastillas al inicio de la historia -una decisión sobre la que, si recordáis, nosotros no tenemos poder- Stefan entra en un terreno inhóspito, lynchiano, como cuando Neo salía del sueño en Matrix o como cuando Alicia cruzaba el espejo. Justamente de esta última cita harán uso en el relato, cuando Colin asegura que los espejos son las puertas a esas otras realidades y cuando Stefan los utiliza para transportarse al pasado, a la noche antes de la muerte de su madre y el drama del conejito de peluche. No debería extrañarnos esto: el título de esta franquicia se llama, precisamente, “espejo negro”, probablemente en referencia a las pantallas de los dispositivos electrónicos que nos sumergen en mundos donde las reglas del mundo no sirven.

Black Mirror: Bandersnatch es toda una revolución, que marca el camino para una interactividad más compleja y macabra. Una mezcla perfecta de videojuego, cine y filosofía que seguirá dando que hablar en las próximas semanas. Y es que es indudable su capacidad para sorprender al usuario: cuando piensas que has visto todos los caminos y sólo tienes que combinarlos de otras formas, la película sigue avanzando cambiando detalles y acabando en finales inesperados. La intención del show de Brooker siempre ha sido hacernos sentir incómodos con algo tan ampliamente alabado como la tecnología, de avisarnos que todo avance tiene su lado oscuro. Siempre lo ha hecho mostrándonos historias perturbadoras, y ahora nos obliga a ser cómplices de ellas. Ahora, son nuestras acciones las que tienen consecuencias. Y estamos obligados a presenciarlas.

Redacción QUO

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Los Ángeles acoge la mayor subasta de objetos de Marilyn Monroe hasta la fecha

Los Ángeles acoge la mayor subasta de objetos de Marilyn Monroe hasta la fecha

Unas semanas antes de morir, Marilyn Monroe concedió la que sería su última entrevista al periodista Richard Meynman. La publicó a título póstumo la revista Life el 17 de agosto de 1962, doce días después su muerte. En ella, la actriz reflexionaba por primera vez sobre el efecto que provocaba en los demás Marilyn Monroe, no la estrella del cine, no la mujer, no la aspirante a poeta, sino ‘Marilyn Monroe’, el objeto de deseo e icono pop que se había dibujado en el imaginario colectivo del siglo XX con la rapidez de los pensamientos lujuriosos y de las palabras de envidia.

A veces, salgo a la calle con una bufanda y un abrigo, sin maquillaje, a veces solo para caminar, a veces voy de compras; otras solo quiero fijarme en cómo vive el resto de personas que me rodea. Pero, en cuanto salgo, ya sabes, habrá algunos adolescentes que dirán: «Oye. Espera un minuto. ¿Sabes quién creo que es?» Y empezarán a seguirme. Y no me importa. Me doy cuenta de que algunas personas quieren ver si eres real. Los adolescentes, los niños pequeños, sus caras se iluminan. Dicen: «Caramba», y no pueden esperar para contarles a sus amigos que se han encontrado conmigo. Y los ancianos vienen y dicen: «Espera a que se lo cuente a mi esposa». Has cambiado todo su día. A primera hora de la mañana, los basureros que van por la calle 57, cuando salgo por la puerta dicen: «Marilyn, hola. ¿Cómo te sientes esta mañana?» Para mí, es un honor, y les adoro por eso. Me cruzo con hombres que salen de sus casas para ir a trabajar y me silban. Al principio silban porque piensan, oh, es una niña. Piensan: ella tiene el pelo rubio y no está fuera de forma, y ​​luego dicen: «¡Dios mío, es Marilyn Monroe!» Y eso tiene sus… ya sabes, esos son tiempos que son agradables.
La gente sabe quién eres y todo eso, y sientes que significas o has significado algo para ellos.
No sé muy bien por qué, pero de alguna manera siento que entienden por qué hago todo lo que hago y cómo lo hago cuando actúo en la pantalla o cuando les veo en persona y les saludo. Que realmente siempre quiero decir hola, y como estas? En sus fantasías se sienten «Caramba, me puede pasar». Pero cuando eres famoso te topas con la naturaleza humana de una manera cruda. Despierta la envidia, la fama lo hace. La gente con la que te encuentras siente que, bueno, ¿quién es ella que cree que es, Marilyn Monroe? Sienten que la fama les da algún tipo de privilegio para caminar hacia ti y decirte algo, ya sabes, de cualquier tipo de naturaleza y no dañará tus sentimientos. Como si le estuviera pasando a tu ropa. Una vez aquí estoy buscando una casa para comprar y me detuve en este lugar. Salió un hombre que era muy agradable y alegre, y dijo: «Oh, solo un momento, quiero que mi esposa se encuentre con usted». Bueno, ella salió y dijo: «¿Podrías salir de las instalaciones?» Siempre estás corriendo hacia el inconsciente de la gente.

El resto de la entrevista es igual de desgarradora y argumenta a la perfección el poder de atracción de este mito cincuenta y cinco años después de su muerte. Porque el efecto que narraba con afectación Monroe sigue vigente, sólo que ya no se dirige hacia a una mujer de carne y hueso sino que se enfoca hacia sus recuerdos, pequeños (y no tan pequeños) objetos de memorabilia con los que sus adoradores la envidian y veneran a partes iguales. Sólo así se entiende que alguien esté dispuesto a pagar 6.000 dólares por una fotografía de Marilyn junto a sus compañeras de clase de primaria, con anotaciones cariñosas; o 1.500 dólares por el permiso de circulación de la actriz de un Pontiac Catalina de 1950; o 60.000 dólares por un traje de cóctel de seda negra con una deliciosa pajarita blanca gigante; o 6.000 dólares por un frasco vacío de la actriz que un día contuvo gotas para la nariz expedido por una popular cadena de farmacias neoyorquina. Y eso por no hablar de los 150.000 dólares por un master de acetato de la canción Down, boy! de Los caballeros las prefieren rubias.

Getty Images

Como ocurre prácticamente siempre, las mejores subastas llegan y se van sin hacer ruido. Porque la última subasta de objetos de Marilyn Monroe -nada menos que 173-, que se abrió ayer en Los Ángeles, en la casa de subastas Profiles in History, ha pasado sin apenas levantar polvo, aunque ha atraído a los cazadores de nostalgia de todo el mundo. Llama la atención que no haya hecho ruido porque no se conoce ninguna otra colección privada que contenga la amplitud de objetos y el alcance (cubre distintas etapas de la vida de la actriz) presentados en esta subasta. Desde trajes icónicos de pantalla de películas como Los caballeros las prefieren rubias o Cómo casarse con un millonario o El príncipe y la corista o La tentación vive arriba, hasta ropa que se ponía a diario. También están presentes fotografías de la infancia de la actriz muy personales con notas manuscritas, incluida una foto de cuando era bebé con las palabras: «Yo cuando era muy pequeña», y otra con la nota: «Primer novio. Lester Bolender y Norma Jeane, ambos de 5 años ”. La colección se completa con imágenes de su boda con su primer marido Jim Dougherty, seguidas de una selección de fotografías raras de sus primeros trabajos de modelaje.

Uno de los objetos estrella documenta el descubrimiento y la transformación de Norma Jeane en la mega-estrella Marilyn Monroe. Es una fotografía de gran tamaño dirigida al ejecutivo de Hollywood Ben Lyon: «Querido Ben, me encontraste, me llamaste y creíste en mí cuando nadie más lo hizo. Mis gracias y amor por siempre. Marilyn”. Otra de las verdaderas joyas es el guión de trabajo de La tentación vive arriba de la actriz, con más de 500 palabras manuscritas.

Cortesía Profiles in History

Rafael Galán

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Vengadores Endgame: La NASA tiene un plan para salvar a Iron Man

¿Has visto ya el trailer de Vengadores Endgame? Sí, hombre, el que se vio 289 millones de veces en sus primeras 24 horas en YouTube. Nos referimos a si has sufrido con el mensaje de despedida de Tony Stark a Pepper Potts, su amorcito. Porque se hace un nudo en la garganta pantagruélico. Ves a Tony, desprovisto de su armadura, a la deriva, grabando un mensaje en lo que queda de su casco, como si le hablara a una calavera shakesperiana. Le queda poco oxígeno y las cosas pintan mal. No sabemos en qué momento de la película ocurre, pero no podemos dejar de especular: al principio está claro que no es; ha tenido que luchar primero o sacrificarse a lo bestia por todos sus compañeros y por él primero (nosotros tiramos más por la parte del sacrificio) y ahora sólo le queda esperar a la muerte. Le ha tenido que pasar algo muy chungo a nuestro querido Iron Man. Y estamos hechos polvo. Pero la NASA, sí la NASA, la que envía monigotes al espacio -o lo intenta, aunque sea en soyuces rusas- ha querido poner su granito de arena: sin tener ni las más remota de idea de qué va la película, se le ha ocurrido un plan para salvar a Tony Stark, a Iron Man y a nuestros maltrechos corazones:

El problema del plan es que es un poco pobretón, porque: a) sugiere que Tony envíe una señal de ‘Houston, tenemos un problema’ a los Vengadores, algo que ya habrá hecho; y b) los Vengadores tienen que escanear el espacio a la búsqueda de su amigo a la deriva, algo que nos imaginamos que ya se les habría ocurrido. No da más pistas. No sé, algo tipo rescate Interstellar, o incluso loco-loco, tipo The Martian. Así que más allá de la buena voluntad del community manager durante el fin de semana no vemos mucha chicha ahí. Por eso, creemos, le han puesto tibios los fans del Universo Marvel.

Iron Man se salvó en Avengers: Infinity War. Bueno, le ayudó el Doctor Extraño, que sacrificó la gema del tiempo para salvarle la vida. El caso es que se salvó. Primero tuvo que ver morir a Spider-Man, pero se salvó (de hecho, si no hubiera sido testigo de su muerte, y de su Tony, I don’t wanna go, habría perdido dramatismo). Así que los fans respiramos tranquilos: qué bien que se ha salvado Tony Stark. Pero la tranquilidad nos duró poco. Primero que si en una entrevista Gwyneth Paltrow, la actriz que, como sabes, interpreta a Pepper Potts, soltaba un spoiler como una catedral: iban a ser padres. Y en una epopeya cósmica de estas magnitudes esas cosas no salen de la cabecita de un guionista así como así. Salen, cuando salen, para hacernos sufrir. Y es que enseguida los guionistas dijeron que en Vengadores Endgame íbamos a llorar, a pasarlas canutas, no como en Infinity War, que eso ni es sufrir ni es ná. Y luego, encima, fíjate, encima, van y nos cuentan en una supuesta filtración que el comienzo de Spider-Man Far From Home (Spider-Man, Lejos de casa) empieza con Spidey lamentándose de la muerte de Iron Man. Y, claro, el nudo en la garganta empieza a apretarse…

Por cierto, en el cómic original de Infinity War, Iron Man muere bien muerto (luego resucita, pero esa es otra historia). Muere justo después de la Bruja Escarlata. Y no se lo carga Thanos, sino Terraxia, una de sus ayudantes. Le sirve, literalmente, la cabeza de Tony en bandeja. Le planta el casco de Iron Man goteando sangre. Pero bueno, como luego va Nébula y deshace todo lo que había hecho Thanos con el guantelete, pudimos respirar tranquilos. Aunque esta vez, no sé por qué, me parece que Tony, al menos el Tony que conocemos, no se va a ir de rositas.

Rafael Galán

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«IT» es la película más buscada en España para ver en Halloween

«IT» es la película más buscada en España para ver en Halloween

El Halloween americano ya prácticamente ha eclipsado a nuestro tradicional Día de Todos los Santos. No vamos a entrar en si eso es bueno o malo. Tan solo a considerar que es una fiesta que está muy vinculada con el cine de terror; ideal, por tanto para ver películas de ese género.

Y según datos facilitados por la herramienta de marketing digital SEMrush, la película más buscada en nuestro país internet en los días previos a esa festividad es «IT», la adaptación de la célebre novela de Stephen King sobre un payaso diabólico. El filme cuenta con más de 20.000 búsquedas en Google España. Le sigue en segundo lugar, pero a mucha distancia, Psicosis, el clásico imperecedero de Alfred Hitchcock, con más de 5.000 búsquedas.

Los siguientes títulos más buscados en internet son «Saw», «REC», «El Resplandor», «El Exorcista», «Scream», «Poltergeist» y «La Matanza de Texas».

Siempre según los datos de Google, Halloween es ya la segunda fiesta más buscada en internet por los españoles, por detrás tan solo de San Fermín, con 30.000 y 40.000 búsquedas respectivamente. Y les seguirían el Día del Padre y Navidad, con 20.000 y 10.000.

Y respecto a los disfraces, el más buscado del año sería el de bruja, con más 40.000 registros en internet. en las siguientes posiciones se encuentran el de esqueleto, fantasma y demonio, pero todos ellos con menos de 10.000 búsquedas. Y los zombis, tan populares antaño, caen en 2018 hasta el octavo lugar.

Vicente Fernández López

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16 películas censuradas… no aptas para todos los estómagos

16 películas censuradas… no aptas para todos los estómagos

A serbian film se ganó el dudoso honor de ser la película más polémica del año 2010. Estrenada en Cannes y luego proyectada en el Festival de Sitges, esta historia sobre un cineasta enloquecido que pretende rodar el filme más demencial de todos los tiempos, no dejó indiferente a nadie. Escenas de tortura y de violaciones jalonan todo su metraje, pero el punto más escabroso de la cinta es el momento en el que el psicópata viola a un recién nacido delante de su madre.

Una escena tan controvertida y estomagante que hizo que una juez prohibiera cautelarmente la exhibición de dicha película en la Semana de Cine Fantástico de Donosti. Después llegó la noticia de que en Gran Bretaña los tribunales autorizaron la exhibición del largometraje, pero tras obligar a amputarle más de cinco minutos de duración, que incluyen la citada secuencia de pedofilia.

Tan impactante fue el argumento que en 2016 llegó a España solo en formato DVD, con calificación X, y únicamente 500 unidades. Pero no ha sido la única que ha sufrido el guillotinazo de la censura. Aprovechamos para repasar algunos de los filmes más polémicos, prohibidos y escandalosos de toda la historia del cine. Una lista lo más objetiva posible, pero en la que por cuestión de espacio faltan títulos como Holocausto caníbal, que hemos decidido excluir por haberla comentado ya en el reportaje sobre Los 10 falsos documentales más célebres de todos los tiempos. O Lolita, de Stanley Kubrick, cuya exclusión de esta selección explicaremos a lo largo del reportaje.

Así que os invitamos a que penetréis en esta galería y nos acompañéis en un viaje a través de algunos de los hitos del celuloide prohibido. Pero, cuidado: el contenido de algunas de estas películas puede herir la sensibilidad del lector. Avisados quedan.

La última tentación de Cristo (1988)

© D. R.

A igual que la de Godard, esta visió humana y carnal de la vida de Cristo, que en plena agonía fantasea con una vida conyugal al lado de María Magdalena, despertó las iras del fundamentalismo católico. Nuevamente hubo manifestaciones y vigilias frente a los cines españoles que la proyectaron y en algún caso llegaron a producirse cargas policiales. Personalmente, creo que lo más blasfemo que hay en esta película de Martin Scorsese es el haber elegido a un actor, Willem Dafoe, que hasta aquel entónces estaba especializado en hacer papeles de malo, para interpretar a Jesús.

Los hombres detrás del sol (1988)

© D. R.

Hace falta tener estómago y ganas de ver algo realmente desagradable para asomarse hasta esta película producida y rodada en Hong Kong. Originalmente, la idea era hacer un documental sobre las atrocidades cometidas por los japoneses en la ciudad china de Nanking, pero como no se recibió autorización para acceder a las imágenes documentales que se conservaban de aquellos terribles sucesos, el director Tu Fei Mou decidió recrearlos él mismo. Y lo hizo a lo bruto, para que negarlo.

El filme es un festín de atrocidades que incluye lindezas como una autopsia en vivo, una mujer a la que le congelan los brazos y a continuación se los introducen en agua hirviendo para acabar arrancándole la piel y la carne como si fueran las capas de una cebolla… Aunque la escena más recordada es aquella en la que los japoneses arrojan a un gato a un foso lleno de ratas. Aquí no hay trampa ni cartón, ya que usaron un felino de verdad al que se ve como se le eriza el vello de pánico mientras las ratas empiezan a comérselo vivo.

En España se estrenó sin problemas, aunque pasó sin pena ni gloria por las carteleras. Pero en Australia y Japón se prohibió terminantemente su exhibición. El director llegó incluso a recibir amenazas de muerte. Él siempre ha afirmado que solo pretendía hacer un filme históricamente educativo. Muchos, lo dudan. Lo cierto, es que sobre los mismos sucesos se estrenó el año pasado otra película, Ciudad de vida o muerte, mucho menos morbosa y realmente memorable.

Yo te saludo, María (1984)

© D. R.

A Jean Luc Godard siempre le ha gustado provocar. A un tipo al que le encanta montar charadas (como cuando en Cannes contrató a una extra para que le estampara una tarta en la cara), debió de producirle una alegría tremenda todo el revuelo que se montó en torno a esta película. Una fábula sobre una joven que, cual moderna Virgen María, queda embarazada sin haber mantenido relaciones sexuales.

Tras ser tachada de blasfema por el Vaticano, el estreno español de la cinta dejó escenas tan memorables como las vigilias que algunos fanáticos ultracatólicos montaron rezando delante de los madrileños cines Alphaville, donde se proyectaba el filme. La mayoría del público acudió a verla impulsada por el escándalo, encontrándose con que lejos de un filme blasfemo, es, como casi todos los de su autor, un relato hermético y simbólico abierto a tantas lecturas como espectadores se acerquen a él.

A la Caza (1980)

Allan TannenbaumGetty Images

El morbo vende. Pero siempre en su justa medida. Porque si uno se pasa de la raya corre el riesgo de ofender a todo bicho viviente. Y eso fue lo que le ocurrió a William Friedkin (firmante de filmes de impacto y supertaquilleros como The french connection y El exorcista) con este sórdido thriller.

A la caza (Cruising) cuenta la historia de la busca y captura de un sádico asesino de gays. Al Pacino interpreta a un policía que, por ajustarse al perfil físico de las víctimas, tiene que introducirse en el mundillo del sadomasoquismo homosexual para descubrir al matarife. Una investigación que se convertirá en un auténtico descenso a los infiernos, porque además de descubrir los abusos y las humillaciones que sufren los gays, empezará a sentir que su heterosexualidad tal vez no sea tan fuerte como creía…

Pues nada, que Friedkin la lío. Con una escena en la que se ve cómo a un tipo le introducen un puño por el ano y otra en la que se muestra como en un local de ambiente una patrulla de mujeres policías abusa sexualmente de un puñado de gays musculosos, bastó para que la película no le gustara a nadie. La crítica dijo que era gratuitamente morbosa y de escasa de calidad, el público pasó de ella en el momento de su estreno, el Departamento de Policía de Nueva York le puso un pleito al director por la imagen que ofrecía de ellos, y la comunidad homosexual amenazó con hacer otro tanto porque se sentían manipulados y humillados por esta película que los mostraba como máquinas de sexo andante.

Vamos, que ante tal panorama, la productora decidió retirar la cinta de la circulación y A la caza no volvió a ser mostrada ante el público hasta casi una década después.

El crimen de Cuenca (1979)

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Esta crónica de un suceso real acaecido a principios del siglo XX, en el que dos inocentes fueron arrestados, torturados y condenados por un asesinato que nunca sucedió, se convirtió en el filme más controvertido de la transición española. La minuciosa descripción de las torturas que varios agentes de la Guardia Civil ejercen a los sospechosos, asustaron al gobierno de la UCD que ordenó el secuestro judicial de la cinta, que fue puesta a a disposición de las autoridades militares. También se ordenó incoar un proceso igualmente militar contra la directora de la cinta, Pilar Miró, por injurias a la Guardia Civil. Fueron momentos difíciles y duros para la cineasta quien, en 1981, vio por fin hecho realidad su sueño de que la película pudiera estrenarse sin problemas.

Calígula (1979)

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Aunque Tinto Brass siempre ha sentido una especial inclinación por el cine erótico, esta tenía que haber sido originalmente una película seria. Con un guión firmado por el escritor Gore Vidal y con un reparto de campanillas que incluía a Malcom McDowell, Peter O´Toole, John Guieguld y una jovencísima y deliciosa Helen Mirren (en la foto), la intención era mostrar la auténtica cara de la depravación del imperio romano. Pero el productor de la cinta, Bob Guccione, propietario además de la revista Penthouse, consideró que la película tenía poco morbo.

Así que filmó al margen del director escenas directamente pornográficas, que incluían dúos lésbicos y hasta una felación a un caballo, para tratar de darle «más alegría» al producto. El resultado fue que en la mayoría de los países europeos o ni se estrenó o lo hizo tan cortada que casi parecía un resumen. En Inglaterra, por ejemplo, el estreno de la versión íntegra no se autorizó hasta 2008. Antes de ayer como quien dice.

Salo o los 120 días de Sodoma (1976)

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El filme póstumo de Pier Paolo Pasolini, quien fue asesinado sin llegar a verlo estrenado. La película es una adaptación libre de una obra del Marqués de Sade, en la que un grupo de mandatarios del fascismo italiano se encierran en una mansión con varias docenas de adolescentes a los que someten a todo tipo de vejaciones. Dividida en círculos (como el infierno de Dante), el viaje a través del Círculo de la carne, el de la mierda y el de la sangre, es un trayecto sin parada ni freno a lo más bajo de la depravación humana. Lenguas arrancadas, un festín de heces… no hay perversión imaginable que no aparezca en esta película.

Curiosamente, la muerte de Franco propició que tan polémico filme fuera elegido para inaugurar el Festival de Cine de Valencia. Había programados tres pases. Los que la vieron en la primera sesión salieron impresionados y conmocionados. Pero los que tenían entradas para la segunda se quedaron con las ganas, ya que un repentino e inesperado mandamiento judicial ordenó el secuestro de la cinta, iniciándose así un proceso por obscenidad. Faltaban, por tanto, unos años para que la película pudiera por fin verse en nuestro país sin problemas.

El imperio de los sentidos (1976)

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La película erótica más célebre de todos los tiempos. Un cuento de amor y muerte dirigido por Nagisa Oshima. Un filme que podría no haberse finalizado debido a las estrictas leyes censoras que rigen en Japón, lo que obligó a su director a presentarla como una producción francesa. Lindante con lo puramente pornográfico, el filme fue prohibido justo antes de su estreno oficial en el Festival de Cine de Nueva York, aunque poco después se autorizo su exhibición en EE UU, pero solo en salas especiales. Dichas prohibiciones llegaron también a otros muchos países como Inglaterra, donde se cortaron algunas escenas (como aquella en la que seccionan un pene). En España se estrenó en su momento aunque rodeada de una fuerte polémica. Y, años después, se convirtió en la estrella de la programación televisiva de 1986 al ser emitida en un pase de madrugada, una noche de viernes inolvidable en la que, según las crónicas, las discotecas y demás negocios de ocio nocturno se quedaron a dos velas.

Sweet movie (1974)

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Esta cinta del serbio Dusan Makavejec es de las que lo tienen todo para ofender a cualquier persona, sea cual sea su inclinación ideológica, sexo o raza. La película arranca con la celebración de un concurso de belleza, Miss Virgen. La ganadora es obligada a casarse con el magnate de La leche, un tipo morboso y dotado de un pene deforme y monstruoso que provoca el pánico de la novia en su noche de bodas. Repudiada por su marido, la chica llega a París, donde entra en una comuna en la que descubre su verdadero yo mediante actos tan fisiológicos como orinar, defecar… Luego, se convierte en estrella y participa en un anuncio en el que se masturba mientras se baña en chocolate líquido… ¿Seguimos? Para qué ¿verdad?

Basta decir que este festín de actos (algunos de ellos no simulados) sexuales, y cropofílicos (hay una secuencia en la que los miembros de la comuna entonan el Himno de la Alegría mientras comen platos llenos de heces) no gustó a casi nadie en su momento. Al directo, Makavejec, lo expulsaron como castigo de su nación, por entonces aún llamada Yugoslavia, y la película solo logró estrenarse en Tokio y en París, donde irritó tanto al público conservador como a la extrema izquierda (la inclusión de unas imágenes documentales de los polacos masacrados por Stalin en Katyn hizo que el Partido Comunista francés acusara a Makavejec de traidor).

A día de hoy, el filme sigue siendo inencontrable en muchos lugares y en España no pudo verse hasta que TVE lo emitió en un pase madrugada en el año 2003.

El último tango en París (1973)

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Otro de los hitos del cine erótico, aunque la calidad de la película vaya más allá de sus escenas carnales, convirtiéndose en un amargo poema sobre la soledad del ser humano. Las magníficas interpretaciones de Marlon Brando y María Schneider, la banda sonora de Gato Barbieri y la maestría de Bernardo Bertolucci bastarían para convertirla en un filme inolvidable. Aunque el público sigue recordándola básicamente por dos de sus escenas fuertes: la de la penetración anal y aquella en la que Brando utiliza la mantequilla como lubricante. En España no se estrenó hasta 1978, pero muchísima gente viajó hasta la ciudad de francesa de Perpignan para ver el filme, atraída por su aureola escabrosa. La película tuvo igualmente problemas en países como Inglaterra o EEUU. Pero fue Italia quien se llevó la palma en este caso, ya que allí no se autorizó su estreno hasta 1987.

La naranja mecánica (1972)

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Aquí nos enfrentamos a un caso en el que se mezclan la censura pura y dura y la autocensura del propio director. La película no pudo exhibirse en inglaterra hasta 1999, pero fue una decisión tomada por el propio Stanley Kubrick quien, tras leer la noticia del apaleamiento en Londres de un mendigo, un suceso muy parecido al que aparece en su filme, tomó la decisión de retirar el filme del mercado británico. De todas formas, en otros muchos países como en Francia, Australia… la propia censura ya se encargó de realizar el trabajo en lugar de Kubrick, cortando diversas escenas. En España el estreno no se produjo hasta 1979.

Che (1971)

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Si les digo que hay película biográfica sobre el Che Guevara producida por orden de la CIA, se pensarán que les estoy tomando el pelo. Pero no, es cierto. Se trata de Che, dirigida por Richard Fleischer (autor de obras maestras como Los vikingos o El estrangulador de Rillington Place) y que no supo quitarse de encima este embolado. La cinta estaba protagonizada con notable solvencia por Omar Shariff y Jack palance (en la foto) que encarnaban respectivamente al Che y a Fidel castro.

Ellos son lo mejor de un filme burdo y maniqueo que intenta desmontar la imagen romántica e idealista del revolucionario argentino mostrando su supuesto lado oscuro. Una película de semejantes características no despertó demasiadas simpatías. En Argentina su estreno fue prohibido directamente, y en algunas ciudades de Estados Unidos y Europa el público joven, indignado, llegó a prender fuego a las butacas del cine. Lo que hizo que los empresarios del sector se negaran a proyectar un filme que provocaba tales disturbios.

Baby doll (1956)

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Las películas sobre «Lolitas» siempre son carne de escándalo. En este apartado podía haber incluido el filme homónimo de Stanley Kubrick, pero preferí elegir este otro, menos conocido aunque de temática similar.

Baby doll, dirigida por Elia Kazan y con un guión escrito por el gran Tennessee Williams, es una película cargada de una tensión sexual que alcanza límites casi insoportables. Cuenta la historia de una jovencita (Carroll Baker) casada con un hombre maduro (Karl Malden) que no ha consumado aún el matrimonio porque prometió al padre de la chica que respetaría su virginidad hasta que cumpliera los veinte años. El día antes de tan esperada fecha, al esposo se lo comen los nervios, pero aparece en escena un tipo duro y sin escrúpulos (Eli Wallach) que, fascinado por la muchacha, está decidido a ser el primero en comerse su preciado fruto.

Con semejante argumento es fácil entender el escándalo que levantó la cinta allí donde se proyectó. El cartel mostraba además a Carroll Baker chupándose el dedo gordo en una clara alusión a la felación, pero Kazan tuvo que cambiarlo debido a las presiones de la Liga de la Decencia. El filme fue prohibido en varios países, como Suecia, aunque paradójicamente, en España si llegó a estrenarse. Pero tan mutilado por la censura que el argumento resultaba casi incomprensible. La mitología popular cuenta además que en algunas ciudades de provincias había sacerdotes que se apostaban a la entrada de los cines para apuntar los nombres de quienes entraban a ver tan escandalosa y pecaminosa película.

Senderos de gloria (1957)

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Para muchos, entre los que me encuentro, esta puede ser la mejor película rodada por Stanley Kubrick. Con un guión escrito por Jim Thompson (uno de los monstruos sagrados de la literatura negra americana, autor de novelas como La huida) y protagonizada y producida por Kirk Douglas, el filme cuenta una sórdida historia ambientada en la I Guerra Mundial. Tras un frustrado ataque contra un fuerte alemán conocido como El Hormiguero, el alto mando francés decide dar un escarmiento a la tropa y somete a cuatro soldados escogidos al azar a un consejo de guerra acusándoles de cobardía.

El capitán Dax, encarnado por Douglas, se encarga de su defensa tratando de demostrar la mezquindad de los altos mandos militares. Pero sus esfuerzos resultan inútiles y los cuatro reos acaban siendo fusilados. Vista hoy en día, Senderos de gloria sigue siendo uno de los más contundentes alegatos antibelicistas y antimilitaristas jamás rodados y como es lógico, en su momento, no gustó nada a las autoridades de ciertos países.

Los problemas comenzaron tras el estreno en Bruselas en 1958. El gobierno del país y varias asociaciones de excombatientes protestaron por la imagen tan negativa que se ofrecía del ejército franco belga. El ejemplo cundió y otros países como Suiza y la propia Francia decidieron boicotear al filme. Y no hace falta decir que en España, que vivía bajo la dictadura de un general, el filme tampoco gustó nada.

¿Conclusión? Senderos de gloria no pudo estrenarse en Francia hasta en 1973 y en España tuvimos que esperar hasta 1985 para poder ver por fin tan magnífica película.

Freaks (1932)

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Sesenta y ocho años después de su estreno, esta obra maestra de Tod Browning sigue siendo uno de los filmes más radicales y extremos jamás rodados. Y lo es porque la mezcla de morbo y compasión que provoca la visión de su elenco, integrado en su mayoría por auténticos «monstruos humanos», fenómenos de feria, permanece intacta. La historia es de sobra conocida: el enano de un circo ambulante se enamora de la bella pero perversa trapecista, y ésta planea casarse con él para luego, en complicidad con su forzudo amante, asesinarlo y quedarse con sus ahorros.

La película tuvo ya problemas desde el mismo momento del rodaje. Ni Jean Harlow ni Mirna Loy, las actrices previstas por la Metro Godwyn Mayer para encarnar a la trapecista quisieron codearse con la troupe de fenómenos que formaban el reparto. Finalizada la filmación, el estudio obligó a Browning a eliminar algunas de las escenas más crudas, entre ellas la que evidenciaba que los freaks en su sangrienta (pero comprensible) venganza habían castrado al forzudo. Luego, una vez estrenada la película, las reacciones de la crítica (imbuida de un moralismo que hoy nos resulta cuando menos hipócrita) fueron tan negativas que la Metro la retiró de los cines tras solo dos semanas de exhibición. En algunos países ni siquiera llegó a estrenarse, como en Inglaterra, cuya exhibición no se autorizó hasta 1963.

Y así, Freaks, dormitó durante años en un almacén de la Metro hasta que un avispado empresario llamado Dwyne Esper compró los derechos de la película para exhibirla en las ferias ambulantes. Paradójicamente, el filme se reencontraba en este circuito vergonzante con el espíritu y el mundillo que lo habían inspirado. Finalmente, en los años 70, Freaks alcanzó el estatus de filme de culto lo que propicio su regreso a los circuitos oficiales, con reestrenos en Filmotecas y salas de Arte y Ensayo de todo el mundo.

El nacimiento de una nación (1915)

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Los historiadores afirman que con esta cinta nació la narración cinematográfica tal y como la conocemos hoy (las acciones paralelas, los puntos de giro narrativos…). David Wark Griffith filmó una epopeya sureña centrada en la Guerra de Secesión americana y sus consecuencias. Pero, siendo como era hijo de un antiguo coronel sudista, no pudo (o no quiso) evitar que el filme estuviera teñido de un tinte evidentemente racista.

El tramo final de la película narra el nacimiento del Ku Klux Klan, cuyos miembros se convierten en los héroes de la historia, rescatando a la protagonista femenina, Lilliam Gish, de una banda de ex esclavos negros que pretendían violarla. Dichos esclavos estaban además interpretados por actores de raza blanca con la cara tiznada.

No es que en Estados Unidos por aquellos tiempos el tema de los derechos civiles estuviera muy en boga, peor aún así semejante propaganda del Klan indignó a muchísimas personas. Hasta el punto de que cuando el largometraje se estrenó en Boston, se produjo una multitudinaria manifestación que acabó en disturbios y obligó a intervenir a la policía. Hubo estados en los que la película ni siquiera recibió la autorización para exhibirse y, en cambio, en otros (los del Sur) fue recibida con ovaciones. Respecto al racismo de Griffith hay que decir que este es un tema delicado sobre el que los propios biógrafos del cineasta no acaban de ponerse de acuerdo. Porque, si bien es cierto que aquí glosa de forma épica las «hazañas» del Klan, en años posteriores rodó películas con un trasfondo mucho más progresista, como Lirios rotos, donde mostraba y denunciaba el racismo contra los emigrantes orientales, o la monumental Intolerancia, donde condenaba, la xenofobia, el fanatismo religioso, la caridad mal entendida, la hipocresía social, y todos los vicios burgueses que se puedan concebir.

The Kiss (1896)

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Los escándalos cinematográficos son tan antiguos como la propia historia de las películas. De hecho el primer filme polémico se rodó a finales del siglo XIX. Se trata de The kiss, una de las primeras cintas de Thomas Alba Edison. Solo dura 47 segundos y muestra a una pareja besándose apasionadamente. Visto hoy puede parecer hasta candoroso, pero en su momento despertó las iras de las ligas en defensa de la moral y la decencia, hasta el punto de que la policía tuvo que requisar las copias de las salas donde se exhibía. Muy pocos han tenido la fortuna de verlo, pero se conserva una crítica escrita por un comentarista de la época, que afirmaba: «El espectáculo de ver a una pareja acoplando sus labios a un tamaño digno de Gargantúa resulta cuando menos repulsivo». ¿Qué habría pensado el cronista si llega a ver uno de los actuales filmes pornográficos en pantalla grande?

Vicente Fernández López

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Neil Armstrong: la verdadera historia del first man

Neil Armstrong: la verdadera historia del first man

¿Cuándo comienza un niño a mostrar la grandeza que tendrá de adulto? Winston Churchill aseguraba que “el precio de la grandeza es la responsabilidad”. Y Neil Armstrong la tenía desde pequeño. Muy pequeño. A los seis años se montó, con su padre, por primera vez en un avión, un Ford trimotor apodado Tin Goose (‘ganso de aluminio’). Allí supo que quería ser piloto de aviones. Armstrong se puso a ello. Para pagarse las horas de vuelo e instrucción comenzó cortando el césped del cementerio local. Luego obtuvo un puesto en una panadería, donde ayudaba a realizar 110 docenas diarias de pasteles y limpiaba el enorme cazo donde se mezclaba la harina. “Probablemente me dieron ese trabajo porque era lo suficientemente pequeño como para entrar en el cazo”, le confesó a James R. Hansen, en el libro First Man: The Life of Neil A. Armstrong. Tenía diez años y le pagaban un dólar por hora y cada hora de vuelo le costaba siete. A los 16 años reunió el dinero suficiente y obtuvo su licencia de piloto. Antes aún de saber conducir.

Su compromiso con el trabajo (la disciplina de la que hablaba Churchill) para pagarse los vuelos era enorme. A los 15 años, cuando era boyscout (de los 12 hombres que pisaron la Luna, 11 lo habían sido) llevó a cabo una caminata de casi 20 kilómetros, mitad corriendo, mitad caminando, para llegar a tiempo a su trabajo, que empezaba a las cuatro de la tarde. Sus compañeros llegaron por la noche. Pero trabajar no era su única actividad, junto a los estudios: entre los 10 y los 14 años, Armstrong también tocó el fliscorno barítono, un instrumento que pesa casi 10 kilos.

“Leer sobre él me hizo querer ir al espacio”

Mucho antes de que Armstrong la pisara, la Luna llegó a él. Ocurrió cuando tenía 16 años, en 1946, y visitó a Jacob Zint, el astrónomo de su pueblo (Wapakoneta, Ohio), que había construido un observatorio con un telescopio de casi 20 cm de lente. Fue la primera vez que la vio en detalle, pero no hubo romance. “Todas mis aspiraciones en aquellos tiempos estaban relacionadas con los aviones”, aseguraba Armstrong a Hansen. “Cualquier sueño de vuelos espaciales hubiera sido irreal”. Ya entonces, este ‘primer hombre’, un adolescente en realidad, hacía vuelos en solitario de 450 kilómetros, más o menos la distancia que separa Madrid y Granada.

Álvaro Soler Salinas tenía más o menos la misma edad cuando decidió su camino. “Yo también soy ingeniero, como él. Ya decir eso es mucho”, nos explica este español que trabaja diseñando dispositivos para la misión Exo Mars de la Agencia Espacial Europea (ESA). “Leer un libro sobre las misiones Apollo cambió mi vida: fue un antes y un después, fue lo que me motivó para seguir una carrera de ingeniería. Hasta los 14 años sabía que me gustaba el espacio, pero nunca me había visto trabajando en ello. Leer sobre Armstrong me hizo querer ir al espacio, aunque sea a través de algo que pudiera crear o diseñar”.

A Carlos Pérez le sucedió algo similar. Él fue el único español seleccionado por la NASA para ver el final de la misión Cassini-Saturno. Este biólogo, apasionado por la ingeniería espacial y divulgador científico, nos explica que “mi madre contaba siempre en casa que yo vi una noche de agosto con mi abuelo la retransmisión de cómo el hombre llegó a la Luna. Armstrong abrió las puertas a una generación que descubrió que no había que ser ingeniero para ser de la NASA, ni tampoco había que ser militar. Cuando vino a la Campus Party en Valencia coincidí un poco con él, pero yo era un mico. Aún así ya era mi ídolo. Para mí fue como conocer a un Messi o un Ronaldo, pero diferente, porque él de vedad hizo historia”.

Pero para que llegara ese momento aún faltaba un tiempo y Armstrong aceptó una beca de las Fuerzas Aéreas para estudiar ingeniería en Purdue. Allí no solo destacó por su disciplina, sino también en música: fue director y autor de dos musicales de la fraternidad Phi Delta. El primero inspirado en Blancanieves y los sietes enanitos (1953) y el segundo llamado La tierra de Egelloc. ¡Ah! Y ya era capaz, desde los 20 años, de aterrizar en portaaviones.

Al terminar la carrera, se convirtió en piloto de pruebas. Podía pilotar más de 200 tipos de aviones, entre ellos el avión cohete X-15, en el que alcanzó los 6.000 km/h y rozó los 70 km de altura.

Sus constantes vitales vigiladas

Debido a que su beca había sido financiada por militares, fue enviado a la guerra de Corea a mediados de 1950. Allí estuvo apenas un año: cayó derribado y regresó a EEUU. Fue cuando comenzó su andadura espacial. Armstrong era piloto de pruebas de la NACA (el Comité Nacional de Aeronáutica) que en 1958 fue absorbido por la NASA, de modo que a él jamás lo entrevistaron para ser astronauta. De hecho, siempre se reconoció como ingeniero: en una entrevista realizada en el Johnson Space Center, en 2001, aseguró que “cuánto tiempo más seré reconocido como astronauta cuando en verdad soy ingeniero”.

Armstrong fue el único civil de la tripulación del Apollo XI. Y el único en muchos otros sentidos, según José Manuel Grandela, exingeniero controlador de naves espaciales (INTA-NASA). Cuando apenas tenía 23 años, Grandela aceptó un puesto de trabajo en una de las tres estaciones que estarían conectadas a la misión Apollo XI (las otras dos estaban en California y en Australia).

“Yo me encargaba de controlar todos los datos que enviaban los astronautas del Apollo XI a Houston y, al revés”, indica Grandela en una entrevista telefónica. “Debía vigilar los datos de las constantes vitales de los astronautas, sus electroencefalogramas, electrocardiogramas, presión sanguínea… Había que estar alerta a los ordenadores, las baterías, el combustible de sus motores. Era una cantidad de datos enorme”.

De ese modo, Grandela fue testigo de uno de los momentos críticos de la llegada: el alunizaje. Armstrong y Aldrin habían pasado semanas memorizando el paisaje que debían ver a través de las ventanillas, pero al llegar el momento se dieron cuenta de que algo fallaba: el lugar no era el elegido. Y entonces llegó el mensaje: “Os quedan 60 segundos de combustible”.

A Armstrong muchos lo conocían como Iceman (‘hombre de hielo’) por su sangre fría en situaciones extremas. En su primera misión al espacio, durante el programa Gemini, formó parte del primer acoplamiento de dos naves espaciales en órbita y también del primer fallo total del sistema de una nave espacial estadounidense, lo que le obligó a tomar los controles, anular la misión y regresar prematuramente.

Pulsaciones bajo control

“Es cierto”, añade Grandela, “era muy tranquilo. Hay que recordar que la NASA había calculado el lugar ideal para descender, pero Armstrong vio que la zona de aterrizaje estaba llena de piedras y que podían dañar la nave y hasta impedir el retorno. Entonces cogió los mandos, el Apollo iba en automático, y comenzó a buscar un lugar más seguro. Entonces, Houston gritó: ‘¡Solo quedan treinta segundos!’. Si el combustible se acababa se quedarían allí. Vimos cómo la nave se acercaba a la superficie de la Luna a una velocidad tremenda, hasta que Armstrong vio un pequeño sitio y aterrizó. Fue un momento de enorme tensión y tanto en Houston, como en Madrid, que tuvimos la suerte de estar conectados en ese momento, comenzamos a gritar. Yo tenía acceso al electrocardiograma de Armstrong en aquel momento. Y sus pulsaciones nunca pasaron de 90 por minuto”.

Contrariamente a lo que se puede imaginar, en ese momento no se levantaron, abrieron la escotilla y salieron a pisar la Luna, aunque era lo que querían. Armstrong y Aldrin llevaban cuatro días de viaje, durmiendo mal y, tras la tensión del alunizaje, Houston les dijo que debían dormir.

“Pero de eso nada de nada”, explica Grandela, autor del libro Fresnedillas y los hombres de la Luna, en la que cuenta su experiencia de aquellos tiempos. “Los dos estaban que no cerraban ojo. Entonces la NASA claudicó. Solo les dijo que debían dejar todo preparado para el despegue y ponerse los trajes, algo que, con ayuda, les llevaba dos horas”.

La misión estaba planeada minuto a minuto. Por eso Armstrong, a pesar de haber sido el primero en pisar la Luna, solo aparece en cinco imágenes, y todas ellas reflejadas en el casco de Buzz Aldrin o sale apenas visible.

Al regresar los tres, Collins, Armstrong y Aldrin debieron pasar tres semanas en cuarentena. Encerrados en un pequeño módulo, el Hornet 3, los visitaban con frecuencia cuatro médicos que se habían presentado como voluntarios, ya que nadie sabía cómo podía afectarles el espacio.

Para la mayoría de los astronautas, el regreso no fue muy grato: alcoholismo, divorcios, prensa constante y viajes. Algunos se dedicaron a la política, otros se establecieron como asesores de diferentes empresas, pero Armstrong (y su bendita disciplina), no. Dos años después ya ocupaba un puesto como profesor de Ciencias Aeronáuticas de la Universidad de Cincinnati, donde enseñaría durante casi una década. Mas de una vez le tentaron para que entrara en política, pero no lo hizo.

“En 1979 participó en el programa La clave, en RTVE, por los diez años de su llegada a la Luna y le conocí personalmente”, concluye Grandela. “Le acompañé a recorrer Madrid y cuando compramos algunos recuerdos, a la hora de pagar, dijo su nombre [había que firmar los cheques de viaje]. Ya a la gente ni le llamaba la atención. ‘Estoy acostumbrado’, me dijo. A mí me dio pena, pero para él esa humildad era normal. Nunca quiso ser reconocido y hablaba muy poco”.

La fama no le interesaba. Durante años no tuvo ningún problema en firmar autógrafos, pero cuando se enteró de que los subastaban por Internet, dejó de hacerlo. Solo aceptó hacer una publicidad y fue para Chrysler, la fábrica de automóviles, que, pese a tener un gran departamento de ingeniería, atravesaba una crisis en aquellos momentos (1979). Aceptó para echarles una mano en reflotar el negocio.

The First Man

Ahora se estrena The First Man, dirigida por el ganador del Óscar Damien Chazelle (La La Land) y protagonizada también por Ryan Gosling. Narra la dureza de la preparación física y psicológica a la que tuvo que someterse. “Gracias a mi carrera he tenido la oportunidad de conocer a varios astronautas en persona, incluso Buzz Aldrin [segundo hombre en la Luna], pero desafortunadamente nunca conocí a Neil Armstrong. He oído que era bastante humilde y siempre defendió que los verdaderos héroes fueron los ingenieros de programa Apollo”. Quien afirma esto es la también ingeniera Vanesa Gómez-González, que actualmente trabaja en varios proyectos de la NASA. “Siempre me había preguntado cuándo llegaría una superproducción de Hollywood y me alegro de que por fin se haya hecho”, relata a QUO esta experta. Seguro que inspirará a una nueva generación.

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La piscina de la tranquilidad

Imagen familiar de Armstrong con Jane (su primera mujer) y sus dos hijos: Rick y Mark. Es marzo de 1969 y la Luna aún está muy lejos.

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Hermano mayor

Cuando Neil Armstrong tenía tres años, nació su hermana June, y un año después llegó Dean. Ambos recordaban, en entrevistas, que su hermano mayor siempre se comportó como tal: cuidándolos desde pequeños.

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A prueba de todo

Junto al X-15, que en 1962 lo llevaría a una altura de más de 62 km. En poco más de 12 minutos, Armstrong recorrió 560 km, el récord de los 199 vuelos realizados en un X-15.

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Ingeniero a bordo

Armstrong y Scott analizan el interior de la Gemini VIII, cuyo vuelo tuvo que regresar antes de lo programado por problemas de combustibe.

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Otra primera vez

Armstrong no solo fue el primero en pisar la Luna. Junto a David Scott (izq.), fueron los primeros en hacer un acoplamiento de dos naves en órbita, durante la misión Gemini VIII, en 1966. Estas misiones recibieron su nombre porque siempre estaban formadas por dos tripulantes.

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El presidente Nixon

les da la bienvenida a Armstrong, Aldrin y Collins a su regreso de la Luna. Los astronautas se encuentran en un hábitat móvil en cuarentena que contaba con sitios para dormir y realizar análisis médicos. Para los exámenes se presentaron cuatro médicos voluntarios: nadie sabía qué podían traer de la Luna.

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Mi padre, el lunático

Armstrong, con sus dos hijos y su esposa Janet, Foto tomada en Washington dos semanas antes de que el astronauta pisara la Luna.

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Traje de supervivencia

Los ejercicios de supervivencia se realizaron en el desierto de Nevada. Armstrong es el segundo de pie, desde la derecha.

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De la luna a Madrid

En octubre de 1969, Armstrong y Collins visitaron Madrid y le entregaron al por entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, una imagen de la gesta.

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Su favorita

Armstrong no era lo que se dice un sibarita en lo que a comida respecta. Sus platos favoritos eran los italianos, en particular pasta con albóndigas y pizza.

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Profesor Armstrong

A mediados de los años 70, Armstrong ya estaba establecido como profesor de ingeniería de la Universidad de Cincinnati.

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No a la política

Pese a ser tentado por demócratas y republicanos, solo fue al congreso para hablar sobre el futuro de la era espacial.

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Juan Scaliter

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16 películas censuradas

16 películas censuradas

A serbian film se ganó el dudoso honor de ser la película más polémica del año 2010. Estrenada en Cannes y luego proyectada en el Festival de Sitges, esta historia sobre un cineasta enloquecido que pretende rodar el filme más demencial de todos los tiempos, no dejó indiferente a nadie. Escenas de tortura y de violaciones jalonan todo su metraje, pero el punto más escabroso de la cinta es el momento en el que el psicópata viola a un recién nacido delante de su madre.

Una escena tan controvertida y estomagante que hizo que una juez prohibiera cautelarmente la exhibición de dicha película en la Semana de Cine Fantástico de Donosti. Después llegó la noticia de que en Gran Bretaña los tribunales autorizaron la exhibición del largometraje, pero tras obligar a amputarle más de cinco minutos de duración, que incluyen la citada secuencia de pedofilia.

Tan impactante fue el argumento que en 2016 llegó a España solo en formato DVD, con calificación X, y únicamente 500 unidades. Pero no ha sido la única que ha sufrido el guillotinazo de la censura. Aprovechamos para repasar algunos de los filmes más polémicos, prohibidos y escandalosos de toda la historia del cine. Una lista lo más objetiva posible, pero en la que por cuestión de espacio faltan títulos como Holocausto caníbal, que hemos decidido excluir por haberla comentado ya en el reportaje sobre Los 10 falsos documentales más célebres de todos los tiempos. O Lolita, de Stanley Kubrick, cuya exclusión de esta selección explicaremos a lo largo del reportaje.

Así que os invitamos a que penetréis en esta galería y nos acompañéis en un viaje a través de algunos de los hitos del celuloide prohibido. Pero, cuidado: el contenido de algunas de estas películas puede herir la sensibilidad del lector. Avisados quedan.

La última tentación de Cristo (1988)

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A igual que la de Godard, esta visió humana y carnal de la vida de Cristo, que en plena agonía fantasea con una vida conyugal al lado de María Magdalena, despertó las iras del fundamentalismo católico. Nuevamente hubo manifestaciones y vigilias frente a los cines españoles que la proyectaron y en algún caso llegaron a producirse cargas policiales. Personalmente, creo que lo más blasfemo que hay en esta película de Martin Scorsese es el haber elegido a un actor, Willem Dafoe, que hasta aquel entónces estaba especializado en hacer papeles de malo, para interpretar a Jesús.

Los hombres detrás del sol (1988)

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Hace falta tener estómago y ganas de ver algo realmente desagradable para asomarse hasta esta película producida y rodada en Hong Kong. Originalmente, la idea era hacer un documental sobre las atrocidades cometidas por los japoneses en la ciudad china de Nanking, pero como no se recibió autorización para acceder a las imágenes documentales que se conservaban de aquellos terribles sucesos, el director Tu Fei Mou decidió recrearlos él mismo. Y lo hizo a lo bruto, para que negarlo.

El filme es un festín de atrocidades que incluye lindezas como una autopsia en vivo, una mujer a la que le congelan los brazos y a continuación se los introducen en agua hirviendo para acabar arrancándole la piel y la carne como si fueran las capas de una cebolla… Aunque la escena más recordada es aquella en la que los japoneses arrojan a un gato a un foso lleno de ratas. Aquí no hay trampa ni cartón, ya que usaron un felino de verdad al que se ve como se le eriza el vello de pánico mientras las ratas empiezan a comérselo vivo.

En España se estrenó sin problemas, aunque pasó sin pena ni gloria por las carteleras. Pero en Australia y Japón se prohibió terminantemente su exhibición. El director llegó incluso a recibir amenazas de muerte. Él siempre ha afirmado que solo pretendía hacer un filme históricamente educativo. Muchos, lo dudan. Lo cierto, es que sobre los mismos sucesos se estrenó el año pasado otra película, Ciudad de vida o muerte, mucho menos morbosa y realmente memorable.

Yo te saludo, María (1984)

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A Jean Luc Godard siempre le ha gustado provocar. A un tipo al que le encanta montar charadas (como cuando en Cannes contrató a una extra para que le estampara una tarta en la cara), debió de producirle una alegría tremenda todo el revuelo que se montó en torno a esta película. Una fábula sobre una joven que, cual moderna Virgen María, queda embarazada sin haber mantenido relaciones sexuales.

Tras ser tachada de blasfema por el Vaticano, el estreno español de la cinta dejó escenas tan memorables como las vigilias que algunos fanáticos ultracatólicos montaron rezando delante de los madrileños cines Alphaville, donde se proyectaba el filme. La mayoría del público acudió a verla impulsada por el escándalo, encontrándose con que lejos de un filme blasfemo, es, como casi todos los de su autor, un relato hermético y simbólico abierto a tantas lecturas como espectadores se acerquen a él.

A la Caza (1980)

Allan TannenbaumGetty Images

El morbo vende. Pero siempre en su justa medida. Porque si uno se pasa de la raya corre el riesgo de ofender a todo bicho viviente. Y eso fue lo que le ocurrió a William Friedkin (firmante de filmes de impacto y supertaquilleros como The french connection y El exorcista) con este sórdido thriller.

A la caza (Cruising) cuenta la historia de la busca y captura de un sádico asesino de gays. Al Pacino interpreta a un policía que, por ajustarse al perfil físico de las víctimas, tiene que introducirse en el mundillo del sadomasoquismo homosexual para descubrir al matarife. Una investigación que se convertirá en un auténtico descenso a los infiernos, porque además de descubrir los abusos y las humillaciones que sufren los gays, empezará a sentir que su heterosexualidad tal vez no sea tan fuerte como creía…

Pues nada, que Friedkin la lío. Con una escena en la que se ve cómo a un tipo le introducen un puño por el ano y otra en la que se muestra como en un local de ambiente una patrulla de mujeres policías abusa sexualmente de un puñado de gays musculosos, bastó para que la película no le gustara a nadie. La crítica dijo que era gratuitamente morbosa y de escasa de calidad, el público pasó de ella en el momento de su estreno, el Departamento de Policía de Nueva York le puso un pleito al director por la imagen que ofrecía de ellos, y la comunidad homosexual amenazó con hacer otro tanto porque se sentían manipulados y humillados por esta película que los mostraba como máquinas de sexo andante.

Vamos, que ante tal panorama, la productora decidió retirar la cinta de la circulación y A la caza no volvió a ser mostrada ante el público hasta casi una década después.

El crimen de Cuenca (1979)

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Esta crónica de un suceso real acaecido a principios del siglo XX, en el que dos inocentes fueron arrestados, torturados y condenados por un asesinato que nunca sucedió, se convirtió en el filme más controvertido de la transición española. La minuciosa descripción de las torturas que varios agentes de la Guardia Civil ejercen a los sospechosos, asustaron al gobierno de la UCD que ordenó el secuestro judicial de la cinta, que fue puesta a a disposición de las autoridades militares. También se ordenó incoar un proceso igualmente militar contra la directora de la cinta, Pilar Miró, por injurias a la Guardia Civil. Fueron momentos difíciles y duros para la cineasta quien, en 1981, vio por fin hecho realidad su sueño de que la película pudiera estrenarse sin problemas.

Calígula (1979)

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Aunque Tinto Brass siempre ha sentido una especial inclinación por el cine erótico, esta tenía que haber sido originalmente una película seria. Con un guión firmado por el escritor Gore Vidal y con un reparto de campanillas que incluía a Malcom McDowell, Peter O´Toole, John Guieguld y una jovencísima y deliciosa Helen Mirren (en la foto), la intención era mostrar la auténtica cara de la depravación del imperio romano. Pero el productor de la cinta, Bob Guccione, propietario además de la revista Penthouse, consideró que la película tenía poco morbo.

Así que filmó al margen del director escenas directamente pornográficas, que incluían dúos lésbicos y hasta una felación a un caballo, para tratar de darle «más alegría» al producto. El resultado fue que en la mayoría de los países europeos o ni se estrenó o lo hizo tan cortada que casi parecía un resumen. En Inglaterra, por ejemplo, el estreno de la versión íntegra no se autorizó hasta 2008. Antes de ayer como quien dice.

Salo o los 120 días de Sodoma (1976)

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El filme póstumo de Pier Paolo Pasolini, quien fue asesinado sin llegar a verlo estrenado. La película es una adaptación libre de una obra del Marqués de Sade, en la que un grupo de mandatarios del fascismo italiano se encierran en una mansión con varias docenas de adolescentes a los que someten a todo tipo de vejaciones. Dividida en círculos (como el infierno de Dante), el viaje a través del Círculo de la carne, el de la mierda y el de la sangre, es un trayecto sin parada ni freno a lo más bajo de la depravación humana. Lenguas arrancadas, un festín de heces… no hay perversión imaginable que no aparezca en esta película.

Curiosamente, la muerte de Franco propició que tan polémico filme fuera elegido para inaugurar el Festival de Cine de Valencia. Había programados tres pases. Los que la vieron en la primera sesión salieron impresionados y conmocionados. Pero los que tenían entradas para la segunda se quedaron con las ganas, ya que un repentino e inesperado mandamiento judicial ordenó el secuestro de la cinta, iniciándose así un proceso por obscenidad. Faltaban, por tanto, unos años para que la película pudiera por fin verse en nuestro país sin problemas.

El imperio de los sentidos (1976)

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La película erótica más célebre de todos los tiempos. Un cuento de amor y muerte dirigido por Nagisa Oshima. Un filme que podría no haberse finalizado debido a las estrictas leyes censoras que rigen en Japón, lo que obligó a su director a presentarla como una producción francesa. Lindante con lo puramente pornográfico, el filme fue prohibido justo antes de su estreno oficial en el Festival de Cine de Nueva York, aunque poco después se autorizo su exhibición en EE UU, pero solo en salas especiales. Dichas prohibiciones llegaron también a otros muchos países como Inglaterra, donde se cortaron algunas escenas (como aquella en la que seccionan un pene). En España se estrenó en su momento aunque rodeada de una fuerte polémica. Y, años después, se convirtió en la estrella de la programación televisiva de 1986 al ser emitida en un pase de madrugada, una noche de viernes inolvidable en la que, según las crónicas, las discotecas y demás negocios de ocio nocturno se quedaron a dos velas.

Sweet movie (1974)

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Esta cinta del serbio Dusan Makavejec es de las que lo tienen todo para ofender a cualquier persona, sea cual sea su inclinación ideológica, sexo o raza. La película arranca con la celebración de un concurso de belleza, Miss Virgen. La ganadora es obligada a casarse con el magnate de La leche, un tipo morboso y dotado de un pene deforme y monstruoso que provoca el pánico de la novia en su noche de bodas. Repudiada por su marido, la chica llega a París, donde entra en una comuna en la que descubre su verdadero yo mediante actos tan fisiológicos como orinar, defecar… Luego, se convierte en estrella y participa en un anuncio en el que se masturba mientras se baña en chocolate líquido… ¿Seguimos? Para qué ¿verdad?

Basta decir que este festín de actos (algunos de ellos no simulados) sexuales, y cropofílicos (hay una secuencia en la que los miembros de la comuna entonan el Himno de la Alegría mientras comen platos llenos de heces) no gustó a casi nadie en su momento. Al directo, Makavejec, lo expulsaron como castigo de su nación, por entonces aún llamada Yugoslavia, y la película solo logró estrenarse en Tokio y en París, donde irritó tanto al público conservador como a la extrema izquierda (la inclusión de unas imágenes documentales de los polacos masacrados por Stalin en Katyn hizo que el Partido Comunista francés acusara a Makavejec de traidor).

A día de hoy, el filme sigue siendo inencontrable en muchos lugares y en España no pudo verse hasta que TVE lo emitió en un pase madrugada en el año 2003.

El último tango en París (1973)

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Otro de los hitos del cine erótico, aunque la calidad de la película vaya más allá de sus escenas carnales, convirtiéndose en un amargo poema sobre la soledad del ser humano. Las magníficas interpretaciones de Marlon Brando y María Schneider, la banda sonora de Gato Barbieri y la maestría de Bernardo Bertolucci bastarían para convertirla en un filme inolvidable. Aunque el público sigue recordándola básicamente por dos de sus escenas fuertes: la de la penetración anal y aquella en la que Brando utiliza la mantequilla como lubricante. En España no se estrenó hasta 1978, pero muchísima gente viajó hasta la ciudad de francesa de Perpignan para ver el filme, atraída por su aureola escabrosa. La película tuvo igualmente problemas en países como Inglaterra o EEUU. Pero fue Italia quien se llevó la palma en este caso, ya que allí no se autorizó su estreno hasta 1987.

La naranja mecánica (1972)

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Aquí nos enfrentamos a un caso en el que se mezclan la censura pura y dura y la autocensura del propio director. La película no pudo exhibirse en inglaterra hasta 1999, pero fue una decisión tomada por el propio Stanley Kubrick quien, tras leer la noticia del apaleamiento en Londres de un mendigo, un suceso muy parecido al que aparece en su filme, tomó la decisión de retirar el filme del mercado británico. De todas formas, en otros muchos países como en Francia, Australia… la propia censura ya se encargó de realizar el trabajo en lugar de Kubrick, cortando diversas escenas. En España el estreno no se produjo hasta 1979.

Che (1971)

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Si les digo que hay película biográfica sobre el Che Guevara producida por orden de la CIA, se pensarán que les estoy tomando el pelo. Pero no, es cierto. Se trata de Che, dirigida por Richard Fleischer (autor de obras maestras como Los vikingos o El estrangulador de Rillington Place) y que no supo quitarse de encima este embolado. La cinta estaba protagonizada con notable solvencia por Omar Shariff y Jack palance (en la foto) que encarnaban respectivamente al Che y a Fidel castro.

Ellos son lo mejor de un filme burdo y maniqueo que intenta desmontar la imagen romántica e idealista del revolucionario argentino mostrando su supuesto lado oscuro. Una película de semejantes características no despertó demasiadas simpatías. En Argentina su estreno fue prohibido directamente, y en algunas ciudades de Estados Unidos y Europa el público joven, indignado, llegó a prender fuego a las butacas del cine. Lo que hizo que los empresarios del sector se negaran a proyectar un filme que provocaba tales disturbios.

Baby doll (1956)

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Las películas sobre «Lolitas» siempre son carne de escándalo. En este apartado podía haber incluido el filme homónimo de Stanley Kubrick, pero preferí elegir este otro, menos conocido aunque de temática similar.

Baby doll, dirigida por Elia Kazan y con un guión escrito por el gran Tennessee Williams, es una película cargada de una tensión sexual que alcanza límites casi insoportables. Cuenta la historia de una jovencita (Carroll Baker) casada con un hombre maduro (Karl Malden) que no ha consumado aún el matrimonio porque prometió al padre de la chica que respetaría su virginidad hasta que cumpliera los veinte años. El día antes de tan esperada fecha, al esposo se lo comen los nervios, pero aparece en escena un tipo duro y sin escrúpulos (Eli Wallach) que, fascinado por la muchacha, está decidido a ser el primero en comerse su preciado fruto.

Con semejante argumento es fácil entender el escándalo que levantó la cinta allí donde se proyectó. El cartel mostraba además a Carroll Baker chupándose el dedo gordo en una clara alusión a la felación, pero Kazan tuvo que cambiarlo debido a las presiones de la Liga de la Decencia. El filme fue prohibido en varios países, como Suecia, aunque paradójicamente, en España si llegó a estrenarse. Pero tan mutilado por la censura que el argumento resultaba casi incomprensible. La mitología popular cuenta además que en algunas ciudades de provincias había sacerdotes que se apostaban a la entrada de los cines para apuntar los nombres de quienes entraban a ver tan escandalosa y pecaminosa película.

Senderos de gloria (1957)

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Para muchos, entre los que me encuentro, esta puede ser la mejor película rodada por Stanley Kubrick. Con un guión escrito por Jim Thompson (uno de los monstruos sagrados de la literatura negra americana, autor de novelas como La huida) y protagonizada y producida por Kirk Douglas, el filme cuenta una sórdida historia ambientada en la I Guerra Mundial. Tras un frustrado ataque contra un fuerte alemán conocido como El Hormiguero, el alto mando francés decide dar un escarmiento a la tropa y somete a cuatro soldados escogidos al azar a un consejo de guerra acusándoles de cobardía.

El capitán Dax, encarnado por Douglas, se encarga de su defensa tratando de demostrar la mezquindad de los altos mandos militares. Pero sus esfuerzos resultan inútiles y los cuatro reos acaban siendo fusilados. Vista hoy en día, Senderos de gloria sigue siendo uno de los más contundentes alegatos antibelicistas y antimilitaristas jamás rodados y como es lógico, en su momento, no gustó nada a las autoridades de ciertos países.

Los problemas comenzaron tras el estreno en Bruselas en 1958. El gobierno del país y varias asociaciones de excombatientes protestaron por la imagen tan negativa que se ofrecía del ejército franco belga. El ejemplo cundió y otros países como Suiza y la propia Francia decidieron boicotear al filme. Y no hace falta decir que en España, que vivía bajo la dictadura de un general, el filme tampoco gustó nada.

¿Conclusión? Senderos de gloria no pudo estrenarse en Francia hasta en 1973 y en España tuvimos que esperar hasta 1985 para poder ver por fin tan magnífica película.

Freaks (1932)

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Sesenta y ocho años después de su estreno, esta obra maestra de Tod Browning sigue siendo uno de los filmes más radicales y extremos jamás rodados. Y lo es porque la mezcla de morbo y compasión que provoca la visión de su elenco, integrado en su mayoría por auténticos «monstruos humanos», fenómenos de feria, permanece intacta. La historia es de sobra conocida: el enano de un circo ambulante se enamora de la bella pero perversa trapecista, y ésta planea casarse con él para luego, en complicidad con su forzudo amante, asesinarlo y quedarse con sus ahorros.

La película tuvo ya problemas desde el mismo momento del rodaje. Ni Jean Harlow ni Mirna Loy, las actrices previstas por la Metro Godwyn Mayer para encarnar a la trapecista quisieron codearse con la troupe de fenómenos que formaban el reparto. Finalizada la filmación, el estudio obligó a Browning a eliminar algunas de las escenas más crudas, entre ellas la que evidenciaba que los freaks en su sangrienta (pero comprensible) venganza habían castrado al forzudo. Luego, una vez estrenada la película, las reacciones de la crítica (imbuida de un moralismo que hoy nos resulta cuando menos hipócrita) fueron tan negativas que la Metro la retiró de los cines tras solo dos semanas de exhibición. En algunos países ni siquiera llegó a estrenarse, como en Inglaterra, cuya exhibición no se autorizó hasta 1963.

Y así, Freaks, dormitó durante años en un almacén de la Metro hasta que un avispado empresario llamado Dwyne Esper compró los derechos de la película para exhibirla en las ferias ambulantes. Paradójicamente, el filme se reencontraba en este circuito vergonzante con el espíritu y el mundillo que lo habían inspirado. Finalmente, en los años 70, Freaks alcanzó el estatus de filme de culto lo que propicio su regreso a los circuitos oficiales, con reestrenos en Filmotecas y salas de Arte y Ensayo de todo el mundo.

El nacimiento de una nación (1915)

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Los historiadores afirman que con esta cinta nació la narración cinematográfica tal y como la conocemos hoy (las acciones paralelas, los puntos de giro narrativos…). David Wark Griffith filmó una epopeya sureña centrada en la Guerra de Secesión americana y sus consecuencias. Pero, siendo como era hijo de un antiguo coronel sudista, no pudo (o no quiso) evitar que el filme estuviera teñido de un tinte evidentemente racista.

El tramo final de la película narra el nacimiento del Ku Klux Klan, cuyos miembros se convierten en los héroes de la historia, rescatando a la protagonista femenina, Lilliam Gish, de una banda de ex esclavos negros que pretendían violarla. Dichos esclavos estaban además interpretados por actores de raza blanca con la cara tiznada.

No es que en Estados Unidos por aquellos tiempos el tema de los derechos civiles estuviera muy en boga, peor aún así semejante propaganda del Klan indignó a muchísimas personas. Hasta el punto de que cuando el largometraje se estrenó en Boston, se produjo una multitudinaria manifestación que acabó en disturbios y obligó a intervenir a la policía. Hubo estados en los que la película ni siquiera recibió la autorización para exhibirse y, en cambio, en otros (los del Sur) fue recibida con ovaciones. Respecto al racismo de Griffith hay que decir que este es un tema delicado sobre el que los propios biógrafos del cineasta no acaban de ponerse de acuerdo. Porque, si bien es cierto que aquí glosa de forma épica las «hazañas» del Klan, en años posteriores rodó películas con un trasfondo mucho más progresista, como Lirios rotos, donde mostraba y denunciaba el racismo contra los emigrantes orientales, o la monumental Intolerancia, donde condenaba, la xenofobia, el fanatismo religioso, la caridad mal entendida, la hipocresía social, y todos los vicios burgueses que se puedan concebir.

The Kiss (1896)

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Los escándalos cinematográficos son tan antiguos como la propia historia de las películas. De hecho el primer filme polémico se rodó a finales del siglo XIX. Se trata de The kiss, una de las primeras cintas de Thomas Alba Edison. Solo dura 47 segundos y muestra a una pareja besándose apasionadamente. Visto hoy puede parecer hasta candoroso, pero en su momento despertó las iras de las ligas en defensa de la moral y la decencia, hasta el punto de que la policía tuvo que requisar las copias de las salas donde se exhibía. Muy pocos han tenido la fortuna de verlo, pero se conserva una crítica escrita por un comentarista de la época, que afirmaba: «El espectáculo de ver a una pareja acoplando sus labios a un tamaño digno de Gargantúa resulta cuando menos repulsivo». ¿Qué habría pensado el cronista si llega a ver uno de los actuales filmes pornográficos en pantalla grande?

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10 cerdos famosos

10 cerdos famosos

Como bien dice un refrán español: «del cerdo se aprovechan hasta los andares» y no solo para alimentación, la ‘farmacia‘ o para grandes avances en biomedicina, sino que también en el cine han sabido sacar tajada del Sus scrofa domestica, uno de los pocos animales que nunca muere de viejo. Ahora, 150 científicos de 12 países distintos han logrado secuenciar el genoma del cerdo según un reciente estudio publicado en la revista Nature.

En el nombre del cerdo

Procedentes de 40 instituciones científicas diferentes, los investigadores han conseguido secuenciar el genoma del cerdo. Lo han logrado también con varias especies de Sus scrofa (jabalíes) y de distintas razas domésticas procedentes de China y Europa. Este trabajo, además de secuenciar el genoma del cerdo, tan adorado en varias culturas, despreciado en algunas por impuro (como en el cashrut judío y el halal musulmán) e incluso ‘sagrado’ en otras, constata que la separación entre el jabalí asiático y el europeo se produjo hace más de un millón de años. Además, la investigación detalla las implicaciones de este mamífero artiodáctilo en la biomedicina e incluso explica por qué los cerdos «comen de todo«.

Según declaraba para EFE uno de los investigadores españoles que participa en el estudio, Miguel Pérez Enciso, de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), esto supone «un hito en la genómica animal y sus implicaciones a nivel científico, tecnológico y biomédico pronto se harán notar». Precisamente, con respecto a sus implicaciones en la biomedicina, los investigadores explican que el cerdo contiene varias mutaciones cuyo efecto en seres humanos se asocia a aumentos de riesgo de padecer enfermedades como diabetes, dislexia o alzhéimer. También les permitirá estudiar los riesgos de los xenotrasplantes (trasplante de células, tejidos u órganos de una especie a otra).

¿Por qué come de todo?

El cerdo es la especie que tiene un número más elevados de genes funcionales relacionados con el olfato. Esto, demuestra la gran importancia que tiene este sentido en los Sus scrofa domestica. Según explica la investigación, «demuestra que la evolución de muchos de los genes relacionados con la percepción de los sabores ha sido distinta en el cerdo y otras especies como la nuestra».

Este animal, cuyo orgasmo dura más de 30 minutos, es de las pocas especies que es capaz de degustar alimentos que otras especies no pueden o rechazan. El cerdo no distingue el sabor amargo, así como tampoco declina otros. «Estos resultados, por tanto, explican por qué el cerdo realmente come de todo», explicaba la UAB para EFE.

Los 10 genomas porcinos que todos adoramos

Es imposible poner en duda que el cerdo es una de las especies ganaderas económicamente más importante, junto con el bovino y el pollo. Precisamente, a pesar de ser la más importante, era la única de estas tres que aún quedaba por secuenciar. Por ello, nosotros queremos rendir homenaje a este simpático artiodáctilo, al que no solo hemos sabido sacar partido en la cocina, sino también en el cine o la televisión como muestra esta fotogalería.

Miss Piggy

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Aunque empezó como personaje secundario en Muppet Show (Los Teleñecos), pronto se hizo uno de los personajes centrales de la serie, responsable de los suspiros de nuestra querida rana Gustavo.

No en vano, Miss Piggy se puso de moda a finales de los años 70 y eclipsó a la rana Gustavo y a otros Muppets en popularidad. Vendió más merchandising que ningún otro y además ‘escribió’ un libro que terminó en el New York Times, concretamente en la Lista de libros más vendidos.

Porky Pig: ¡Eso es to… eso es to… e-eeesto es todo amigos!

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Imposible no recordar a este entrañable personaje de Looney Tunes que, además de en divertidos capítulos acompañado del gato Silvestre u otros, aparecía al final de cada episodio con esa inconfundible musiquita diciendo: «¡Eso es to… eso es to… e-eeesto es todo amigos!».

Babe, el cerdito multidisciplinar

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De ‘Valiente’ a urbanita, Babe es un cerdo que quería ser ingeniero. La película, dirigida por Cris Noonan en 1995, recurrió a más de 500 animales entrenados por 59 personas distintas para su filmación.

Nominada a 7 premios Oscar, fue un éxito de crítica y, como no, también de taquilla.

Hamm, de Toy Story

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Ham es el cerdito hucha de Toy Story que tiene un tapón de corcho en lugar de estómago.

Es el mejor amigo del Sr. Patata, y de todos los juguetes de la habitación de Andy, es el que mejor orientación exterior tiene para salir adelante en las distintas aventuras.

Spider-Pig

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Entre las grandes hazañas del famoso Spidercerdo de los Simpson se encuentra: caminar por el techo, aparecer en los Simpson y no haber muerto de obesidad mórbida a pesar de tener 20 años y vivir en EEUU.

Para verlo en acción haz clic AQUÍ

Piglet, de Winney de Pooh

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Muy pequeño y aparentemente cobarde, Piglet, el cerdito de las aventuras del oso más goloso de la TV, acaba siempre imponiéndose a sus miedos.

Es el mejor amigo de Winney de Pooh.

Pumba

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Aunque no es un esencia un cerdo, el facóquero Pumba no se libra de nuestra lista de honores. Este ‘jabalí verrugoso’ (por su mote en inglés, warthog) enseñará a Simba la filosofía de vivir sin preocupaciones. En dos palabras: Hakuna Matata.

Los 3 cerditos

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Esta popular fábula, a la que Looney Tunes, Disney y editoriales de cuentos infantiles han sabido sacar partido, se remonta a comienzos del s. XVIII, o al menos esas son las pruebas documentales que se tienen, pues algunos afirman que podría ser incluso más antigua.

Napoleón y Snowball

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Napoleón y Snowball son dos cerdos inspirados en Stalin y Trotsky, protagonistas de ‘Rebelión en la Granja’ (1945) de George Orwell.

Los ideales marxistas que alimentaban el ansía revolucionario de la granja, acaban evolucionando hacia algo que no se esperaban: los mismos métodos dictatoriales contra los que protestaban en un principio.

Sin duda una divertida y sagaz novela para filosofar mientras disfrutas una buena tapa de jamón de bellota.

Wilbur

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Wilbur es el protagonista de «La telaraña de Carlota» (Charlotte’s Web), una película basada en una novela infantil de E. B. White. En ella, se narra la historia de un cerdo y su amistad con una araña llamada Carlota.

Es considerado un clásico de la literatura infantil.

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Así nació el cine

Así nació el cine

Hoy hace extactamente 116 años que se exhibió la primera película cinematográfica. Dos franceses son los ‘responsables’ de ello: Auguste Marie y Louis Lumière fueron los inventores del proyector cinematográfico. Desde pequeños, trabajaron en el taller fotográfico de su padre, Antoine Lumière, donde aprendieron gran parte de sus conocimientos. En el caso de Louis como físico, y en el de Auguste, en el puesto de administrador.

Fue a partir del año 1892, cuando ambos hermanos decidieron comenzar a estudiar la posibilidad de manejar imágenes en movimiento. Para ello, idearon un sistema que les serviría a la par de cámara y proyector: el mundialmente conocido cinematógrafo, basado en el efecto de la persistencia retiniana de las imágenes sobre el ojo humano. En sus inicios, los Lumière cargaban las piezas de la cámara filmadora en un pequeño cajón para su traslado de un sitio a otro.

Tras patentar el 13 de febrero de 1894 el invento, ese mismo otoño los hiperactivos hermanos llevaron a cabo su primera filmación, que fue exhibida el 22 de marzo de 1895 en París. La muestra fue en una sesión realizada en la Société d’Encouragement à l’Industrie Nacionale. Las imágenes que allí se mostraron, son un clásico para cualquier buen cinéfilo: La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (la salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon).

Tras varias presentaciones del invento en sociedades científicas, en algunos sitios como Bruselas o la Universidad de la Sorbona se inició la explotación comercial del cine. El primer espectáculo de pago fue exhibido el 28 de diciembre de 1895 en el Salon Indien del Grand Café de París, (Boulevard des Capucines). Allí, además de la salida de los obreros ya conocida de antes, se exhibió la Llegada de un tren a la estación de la Ciotat, El Desayuno del bebé o El regador regado. Con este pequeño y entrañable catálogo el cine comenzó su historia: como testigo de la vida cotidiana y con actores del día a día (no profesionales). La proyección causó un gran impacto en el público. Muchos de ellos no comprendían que estaba pasando ante sus ojos, por ello, cuando veían un tren en movimiento que se dirigía hacia ellos, algunos salían corriendo de la sala. Bendita inocencia.

A pesar de que los hermanos Lumière nunca confiaron en que el cine tuviera ningún futuro además de la «documentación familiar», intentaron usar todos aquellos mecanismos, técnicas e inventos a su alcance, que les permitiera desarrollar mejor esta nueva herramienta y de paso, invertir en un negocio sólido y rentable. Hay que reconocerles que la capacidad de imaginación e inventiva era total, y lograron recoger efectos especiales caseros que, además de ser pioneros, resultaban realmente sorprendentes.

Pronto comenzaron a grabar actos solemnes como la Coronación del Zar Nicolás, u otros eventos. Allí donde se necesitaba un cinematógrafo estaban ellos. Gracias a las cintas rodadas en diferentes rincones del planeta fue como surgió el montaje y las intenciones de seguir una continuidad dentro de la argumentación visual (guión).

Gracias a su cómoda posición económica y el gran interés que sentían ambos hermanos por la ciencia, los hermanos Lumière no supieron sacar toda la rentabilidad a este gran negocio que ellos mismos impulsaron y acabaron en bancarrota. Esto fue lo que les obligó a abandonar la producción cinematográfica. Aunque aún les quedó un invento más que aportar: el proceso para realizar fotos en color (Autochrome Lumière) que patentaron en 1903.

Quién sí le sacó un buen provecho al invento de los hermanos franceses fue Thomas Alva Edison, un empresario e inventor prolífico que cuenta en su haber con más de 1000 inventos. Edison comenzó una guerra de patentes contra los hermanos Lumière en 1897 por la primera máquina de cine. Ya sabemos quién ganó.

Si te ha gustado no te pierdas también: «La primera película sonora«

Redacción QUO

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